Bloqueos y un grito para acabar con la corrupción en Serbia: “Dios lo ve todo”

Una estudiante y una profesora universitaria explican por qué su forma de entender la Biblia les empuja a protestar pidiendo más democracia y un futuro digno.

Joel Forster

Evangelical Focus · 14 DE FEBRERO DE 2025 · 13:50

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Una manifestación a finales de diciembre contra la corrupción en Serbia. / Stefan Miljus, dominio público

Serbia sigue convulsionada por las protestas de estudiantes que exigen cambios radicales que acaben con la corrupción.

El derrumbe, el 1 de noviembre de 2024, de parte de la estación de tren en la ciudad de Novi Sad, en el que murieron 15 personas, muchas de ellas estudiantes, ha llevado a la ira contra el gobierno por los indicios de posible corrupción en la concesión de permisos de construcción.

Tras una huelaa inicial en la Facultad de Letras, las protestas se extendieron a todas las universidades serbias, y comenzaron los cortes de tráfico en las principales ciudades. En los últimos tres meses, decenas de miles de personas han salido a la calle hasta provocar la dimisión del Primer Ministro de Serbia, Miloš Vučević, el 25 de enero. Antes, habían caído dos otros ministros y el alcalde Novi Sad.

Profesores, agricultores, taxistas, trabajadores sanitarios, actores y pensionistas, se han sumado a las que ya son las mayores protestas de la historia de Serbia.

Por su parte, el presidente Aleksandar Vučić, principal foco de atención, ha descartado dimitir y ha pedido salidas dialogadas, pero también ha amenazado en varias ocasiones con utilizar toda la fuerza del Estado contra los manifestantes.

 

Una cristiana identificada con las luchas de su generación

Kristina Tešić, estudiante de filología francesa, es una de las estudiantes que se ha sumado al movimiento porque “estamos hartos de la corrupción, lo vemos todo, lo sabemos y queremos un cambio”, explica a Evangelical Focus.

“Los jóvenes no están dormidos”, continúa, y como no basta con quejarse en las redes sociales, lo hacen en las calles en pleno invierno.

Ella, como muchos otros de su generación, está “cansada de cómo el gobierno dirige nuestro país y de ver cómo sufren  compañeros a los que quiero”.

Lamenta que Serbia “no sea un país democrático”, porque es más fácil conseguir trabajo si apoyas al partido político de la élite gubernamental. También se queja de la fuerte subida de los precios de la energía y los salarios estancados.

La polarización no ha hecho más que agravarse con los atropellamientos intencionados y repetidos contra manifestantes en varias ocasiones, alentados por aquellos que animan a “pisotear y humillar a los estudiantes durante las protestas pacíficas”, afirma la estudiante.

 

“Los cristianos debemos ser visibles”

Tešić está en su último año de carrera y es miembro del movimiento estudiantil evangélico serbio EUS (conocido mundialmente como IFES). Participar en las protestas, dice, es una expresión natural de su fe.

“Creo que como cristianos debemos ser visibles en lo que defendemos y defender los verdaderos valores. Ser sal y luz en la sociedad y en los tiempos que corren. Estamos llamados a mostrar a Cristo en cada situación”, dice.

Echa de menos esa visibilidad clara de la iglesia. “Los estudiantes están comenzando a pensar en el propósito de sus vidas y en un futuro que les genera miedo y ansiedad”, dice. “Nosotros, como cristianos, tenemos una cura para eso. Tenemos agua viva, la palabra de Dios. Tenemos a Cristo”.

 

La esperanza de una profesora

Evangelical Focus también ha hablado con Tatjana Samardžija, una de los más de 5.000 profesores universitarios que se calcula que apoyan las protestas. Es profesora asociada en la Universidad de Belgrado.

“Durante treinta años he trabajado con estudiantes, pero desde hace tres meses vivo y trabajo entre ellos de una manera especial. En mi despacho, cuando estoy sola, me arrodillo y oro por ellos. Pido a Dios que les guíe durante el día”.

En el campus, se encuentra con ellos “a la entrada de mi Facultad de Filología: siempre están sonrientes y son educados”. De hecho, hace poco los estudiantes y el profesorado se reúnen semanalmente para debatir. “Estas reuniones han sido iniciadas por los estudiantes porque decían que querían escuchar nuestra opinión sobre su protesta”, cuenta Samardžija, que admira el diálogo democrático y la tranquilidad con la que organizan estas asambleas llamadas 'plenums'.

La profesora define la situación en Serbia citando al profeta Isaías: “Porque tus manos están manchadas de sangre, tus dedos de culpa. Tus labios han hablado en falso, y tu lengua murmura cosas perversas”.

Dice estar cansada del “nepotismo por el que los allegados a los líderes políticos obtienen contratos millonarios” y afirma estar harta de “la omnipresencia del presidente y su partido político en la televisión”.

“A los profesores nos ha llamado vagos y desagradecidos el propio presidente, en televisión”, explica.

También critica que “diferentes partidos intentan sacar provecho de estas protestas, esforzándose por robar el protagonismo a los estudiantes”.

Bloqueos y un grito para acabar con la corrupción en Serbia: “Dios lo ve todo”

 Protestas en Belgrado y otras ciudades serbias a finales de 2024 y principios de 2025.
 

 

Isaías, Martín Lutero y la esencia de ser protestante

Según Samardžija, ser cristiano significa en la práctica “reaccionar ante la injusticia, la violencia, el robo, la corrupción”. Por eso le decepciona oír a “muchos miembros de iglesia decir: 'Esta no es nuestra batalla. Nosotros esperamos el retorno de Cristo'”.

Ya hace semanas que tiene intensos debates con otros creyentes en las redes sociales, explica. “Debo decir que hay mucha confusión e incluso conflicto sobre la cuestión de la implicación cristiana en diferentes tipos de activismo social, especialmente en tiempos de crisis profunda y abierta como esta”.

Ve “miedo a meterse en política” entre los evangélicos, algo que no ve entre los cristianos ortodoxos del país.

“¿Hay que guardar la sal en una caja o ponerla en la comida? ¿Por qué estamos los cristianos en el mundo? No sólo para brillar por nuestra 'justicia', sino también para dar calor a la gente con nuestro amor. Debemos alzar la voz y llamar a las cosas por su nombre”, dice, señalando los ejemplos de Jeremías y Juan el Bautista en la Biblia, Martín Lutero en Alemania, los hugonotes en Francia o Desmond Doss y Martin Luther King en Estados Unidos.

Los estudiantes, añade, “son la futura élite intelectual de la nación y tienen el deber de reaccionar y alzar la voz. Tienen, por el bien de su futuro y de su nación, que criticar y pedir responsabilidades a los dirigentes de su país”.

 

Oraciones por Serbia

La estudiante Kristina Tešić cita Romanos 12, donde Pablo anima a los creyentes a estar “alegres en la esperanza, pacientes en la aflicción, fieles en la oración” y a “practicar la hospitalidad, bendecir a los que os persiguen, alegraros con los que se alegran y llorar con los que lloran”.

“Mi oración es que Dios toque a Serbia con su mano”, subraya. “Que Dios infunda temor en los corazones de las personas que dirigen este país. Que conozcan a Dios, se arrepientan y se centren en los valores buenos y morales. Que conozcan quién es Cristo”.

También ora “que el pueblo de Serbia comprenda que su única esperanza y consuelo, felicidad y plenitud está en un Dios que es bueno, paciente con todos, lleno de amor y misericordia, que está ahí. Un Dios que lo ve todo y cuya palabra será la última”.

La profesora Samardžija añade que “debemos orar para que los estudiantes encuentren a Dios y para que el Espíritu de Dios permanezca entre ellos. Hemos de orar que resistan a quienes, desde el Gobierno, ya les amenazan e intentan sobornarles”.

“Roguemos a Dios para que impida un posible estallido de violencia, ya que el partido en el poder está cada vez más desesperado e impaciente”, concluye.

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