Una sentencia judicial reabre el debate sobre el aborto de bebés con síndrome de Down en Reino Unido

“Hay una gran variedad de formas en que los cristianos pueden marcar la diferencia”, dice Mark Arnold, que trabaja apoyando a familias con “necesidades especiales” en el país.

Joel Forster , Redacción PD

Evangelical Focus · LONDRES · 30 DE NOVIEMBRE DE 2022 · 11:00

Heidi Crowter habla con los medios tras enterarse de que su apelación había sido desestimada. / <a target="_blank" href="https://mobile.twitter.com/HeidiCrowter95">Twitter Heidi Crowter</a>.,
Heidi Crowter habla con los medios tras enterarse de que su apelación había sido desestimada. / Twitter Heidi Crowter.

La iniciativa por cambiar la ley en el Reino Unido que permite el aborto de bebés con síndrome de Down hasta el momento del nacimiento no ha tenido éxito. El Tribunal de Apelaciones ha rechazado el recurso de Heidi Crowter, una mujer de 27 años que tiene síndrome de Down.

La Ley del Aborto, ha dictaminado el tribunal, no viola el derecho de los “discapacitados vivos”. Pero “el tribunal reconoce que muchas personas con síndrome de Down y otras discapacidades se sentirán molestas y ofendidas por el hecho de que un diagnóstico de discapacidad grave durante el embarazo sea tratado por la ley como una justificación para la terminación [de la vida], y que lo consideren como algo que implica que sus propias vidas son de menor valor”, agrega la corte.

Tras conocer la decisión, y apoyada por su esposo (también con síndrome de Down) y otros familiares, Cowter a asegurado que “seguirá luchando porque ya informamos y cambiamos los corazones y las mentes y cambiamos la opinión de la gente sobre la ley”.

El Servicio Británico de Asesoramiento sobre el Embarazo, que brinda servicios de aborto en el Reino Unido, ha expresado su aprobación con el fallo judicial y ha dicho que la legislación del Reino Unido no otorga “derechos humanos” a los fetos. Un portavoz de la institución también ha defendido que el derecho de las mujeres “no solo al aborto, sino a tomar sus propias decisiones durante el parto”, habría sido atacado si la apelación hubiera tenido éxito.

Entrevista

Mark Arnold, conferenciante y formador que trabaja como director del ministerio ‘Additional Needs’, de la organización cristiana Urban Saints, ha respondido a unas preguntas de Evangelical Focus sobre el caso.

 

Pregunta: Explícanos más acerca del contexto de esta norma vigente.

Respuesta: La Ley de Aborto, que es la legislación vigente relevante para Inglaterra, Gales y Escocia, establece que hay un límite de tiempo de 24 semanas para el aborto, a menos que “exista un riesgo sustancial de que si el niño naciera sufriría tales anomalías físicas o psíquicas como para ser gravemente discapacitado”. Este término algo anticuado incluye el síndrome de Down.

Heidi Crowther apeló contra la Ley del Aborto alegando que la discriminaba a ella y a otras personas con síndrome de Down y que “no respetaba su vida”. Los jueces del Tribunal de Apelación han dictaminado que la Ley del aborto no interfiere con los derechos de las personas discapacitadas vivas, por lo que han fallado en contra de Heidi y su equipo.

 

P: Heidi Crowter ha dicho que estaba feliz de que, a pesar de perder la apelación, su campaña ha podido cambiar la forma de pensar de muchos. ¿Estás de acuerdo?

R: Este caso ciertamente ha elevado el perfil de este importante debate. Es difícil decir si ha cambiado la forma de pensar de muchos, o si simplemente ha afianzado más profundamente las posiciones de las comunidades provida y proelección.

La crispación que rodea este debate en los E.E.U.U. probablemente haya tenido algún efecto aquí también. Podría haber atraído a personas que no habían pensado mucho en esto, en una dirección u otra, pero no creo que una resolución esté más cerca. Ambos ‘lados’ reclaman aspectos positivos de esta resolución, por lo que el debate continuará.

 

P: ¿Qué están haciendo los cristianos para marcar la diferencia en todo este debate sobre la discapacidad y el derecho a la vida? ¿Y qué podrían hacer mejor?

R: Hay una gran variedad de formas en que los cristianos pueden marcar, y están marcando, una diferencia en todo este debate. Ya sea apoyando pastoralmente a las personas que toman estas decisiones increíblemente difíciles, vinculando a las personas con las redes de apoyo adecuadas, o ayudando y apoyando a las personas que continúan con su embarazo y tienen un hijo discapacitado para criarlo como una parte valiosa de la familia de su iglesia.

Necesitamos más iglesias que den un paso al frente y ayuden a las familias de estas formas positivas. Me rompe el corazón cuando veo y escucho que las mujeres que han tomado la difícil decisión de interrumpir su embarazo son juzgadas con dureza y tildadas de ‘asesinas’. Aprendamos de Jesús, quien mostró compasión y cuidado, quien se acercó a las personas en su momento de necesidad; él todavía lo hace y nosotros también deberíamos hacerlo.

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