La campeona olímpica de los 400 metros vallas: “Puedo correr por el peso que Dios me ha quitado de los hombros”

La atleta estadounidense Sydney McLaughlin ha ganado una medalla de oro y ha batido el récord mundial, que también le pertenecía a ella.

Redacción PD

TOKIO · 04 DE AGOSTO DE 2021 · 12:30

Sydney McLaughlin, campeona olímpica de 400 metros vallas y récord mundial. / Twitter @Olympics,
Sydney McLaughlin, campeona olímpica de 400 metros vallas y récord mundial. / Twitter @Olympics

Más allá de la emoción del deporte, una competición olímpica suele ser un espacio en el que emergen testimonios de deportistas cristianos que hablan abiertamente de su fe en Jesús. Y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a pesar de no contar con público en los estadios, no están siendo diferentes en ese sentido. 

Diferentes campeones olímpicos, como el medallista de oro en surf, Ítalo Ferreira, o la ganadora de la final de natación de 200 metros braza, Tatjana Schoenmaker, han reconocido la importancia de su fe cristiana en sus vidas en estos Juegos. A ellos, ahora se suma la atleta estadounidense Sydney McLaughlin, campeona de la carrera de 400 metros con vallas. 

McLaughlin también ha batido el que hasta ahora era el récord mundial en esta categoría (51’90’’), que también lo había establecido ella misma, y ha superado la prueba con la marca de 51’46’’. Se trata del tercer récord mundial en atletismo que se supera en esta edición de los Juegos Olímpicos, después de Yulimar Rojas, en el triple salto de longitud, y de Karsten Warholm, en la carrera masculina de 400 metros con vallas.

“La gran diferencia es mi fe”

Precisamente, McLaughlin había establecido el nuevo récord mundial en la carrera de 400 metros con vallas hacía apenas unas semanas, en las pruebas de selección olímpicas para representar a Estados Unidos en Tokio 2020. En una entrevista posterior a la carrera, la atleta aseguraba que “la mayor diferencia de este año es mi fe, confiar en Dios y saber que Él tiene el control de todo”. “El peso que el Señor me ha quitado de los hombros es la razón por la que he podido correr. Mientras haga el trabajo duro, Él me ayudará. Y realmente no puedo hacer nada más que darle la gloria en este momento”, aseguraba McLaughlin.

 

 

Con la marca mundial nuevamente pulverizada en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Sydney McLaughlin regresa a casa con una medalla de oro que ya no solo la alejado más de la barrera de los 52 segundos, sino de su principal rival y compañera en el equipo olímpico estadounidense, Dalilah Muhammad, que ha quedado segunda con un tiempo de 51’58’’.

“Ya no corro por el reconocimiento, sino para reflejar su perfecta voluntad”

“Ya no corro por el reconocimiento de mí mismo, sino para reflejar Su perfecta voluntad que ya está escrita en piedra. No me merezco nada. Pero por la gracia, por la fe, Jesús me lo ha dado todo. Los registros van y vienen. La gloria de Dios es eterna”, compartía McLaughlin en las redes sociales antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

“Más allá de ser una gran atleta, quiero ser conocida como una buena persona de fuerte fe e integridad”, añadía en otra publicación.

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