“Muchos negocios están cerrando y la gente está perdiendo su empleo”, lamentan evangélicos portugueses

“Quienes necesitan ir a trabajar están muy preocupados y los ancianos están ahora más aislados y solos”, asegura el secretario general de la Alianza Evangélica, Josué da Ponte.

Joel Forster , Redacción PD

Evangelical Focus · LISBOA · 26 DE OCTUBRE DE 2020 · 11:30

El famoso tranvía de Lisboa, recorriendo una calle de la ciudad. / <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@runningvita?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Vita Marija Murenaite</a>, Unsplash CC,
El famoso tranvía de Lisboa, recorriendo una calle de la ciudad. / Vita Marija Murenaite, Unsplash CC

Portugal ha alcanzado un nuevo récord de casos diarios de Covid-19 (tal y como está ocurriendo en España y otros países europeos) y la situación podría empeorar. La preocupación no solo es palpable entre las personas con un perfil de riesgo alto, sino también entre quienes temen perder sus empleos, sobre todo en sectores especialmente como el turismo, uno de los principales en Portugal.

El gobierno portugués ha decretado un nuevo Estado de Calamidad que reduce las reuniones sociales en espacios públicos a cinco personas y ya se está redactando una ley para hacer obligatorio el uso de la mascarilla. “Los portugueses se sienten realmente deprimidos en este momento”, dice el secretario general de la Alianza Evangélica Portuguesa, Josué Filipe Pereira da Ponte.

En una entrevista con Evangelical Focus, ha abordado cuestiones como la respuesta de las iglesias, la realidad de la inmigración en el país, y los desafíos y oportunidades por delante.

 

Pregunta: ¿Cómo describirías el estado de ánimo de los portugueses en este momento, después de siete meses de crisis de la Covid-19?

Respuesta: Los portugueses se sienten realmente deprimidos en este momento. Quienes necesitan ir a trabajar están muy preocupados, las familias que tienen que enviar a sus hijos a los colegios también están asustadas, y los ancianos están ahora más aislados y solos. El alma del país está enferma.

 

P: En este contexto de ‘nueva normalidad’, ¿las iglesias en Portugal han reflexionado sobre qué cambios necesitan hacer en sus comunidades para continuar teniendo un testimonio efectivo en la sociedad? ¿Han habido iniciativas creativas?

R: Hemos visto algunas iniciativas, algunas ideas para utilizar las redes sociales y los grupos de WhatsApp, pero la mayoría de iglesias se limitan a sobrevivir a esta gran crisis. Algunas iglesias emergentes han invertido mucho en la retransmisión de eventos en directo y la calidad de las emisiones de contenido cristiano ha crecido mucho. Esto es una cosa buena en esta pandemia. Las células y los grupos de hogar que han dado el paso a las reuniones de Zoom han crecido, y también los ministerios en internet.

“Muchos negocios están cerrando y la gente está perdiendo su empleo”, lamentan evangélicos portugueses

El secretario general de la Alianza Evangélica Portuguesa, Josué Filipe Pereira da Ponte./AEP

P: Algunos activistas han denunciado un crecimiento del racismo en Portugal (contra inmigrantes, políticos, deportistas, grafitis en las paredes). ¿Qué puedes decirnos sobre esto?

R: Hemos tenido algunas situaciones aisladas que han hecho que el problema sea más visible, pero no creemos que haya un aumento del racismo. Sin embargo, el debate sobre el racismo ha aumentado y esto es algo bueno. La creciente conciencia hace que los políticos y el conjunto del país sean más sensibles a esta cuestión.

 

P: La extrema derecha entró en el Parlamento por primera vez en 2019. ¿Crees que obtendrán más apoyo o que los portugueses, en general, no están abiertos a estas ideologías?

R: Sí, podrían crecer pero no más del 10%. La población portuguesa vivió en un régimen fascista en el pasado, pero ahora hay una generación que no sabe muchos sobre aquella época. Nuestra sociedad es muy tolerante, y la mayoría de las personalidades influyentes y de los medios de comunicación están en contra de de esas ideologías nacionalistas de extrema derecha.

 

P: ¿Cómo son de diversas a nivel étnico las iglesias evangélicas en Portugal? ¿Pueden ser estas comunidades un ejemplo de integración y trabajo común entre personas que provienen de diferentes trasfondos?

R: La mayoría de las iglesias en las ciudades son étnicamente diversas. Los brasileños son la comunidad extranjera más numerosa y, a causa de su ‘cultura evangélica’, normalmente envían a muchos pastores para hacer seguimiento de sus creyentes. Así que tenemos muchas iglesias brasileñas que trabajan con su propia comunidad y se comportan como si estuvieran en Brasil. 

Así que sí, tenemos algunas iglesias étnicas, pero es muy común encontrar a personas de origen africano en nuestras iglesias. Las iglesias contemporáneas y las grandes denominaciones tratan de integrar a todo el mundo.

“Muchos negocios están cerrando y la gente está perdiendo su empleo”, lamentan evangélicos portugueses

Imagen del puente del 25 de abril, en Lisboa./Viktoria Spokojna, Unsplash CC

P: ¿Qué proyecto os emociona más en estos momentos a nivel de Alianza Evangélica? ¿Y cuál dirías que es el mayor reto en los próximos años?

R: El proyecto en el que invertimos más ahora es el de la enseñanza religiosa evangélicas en las escuelas públicas. Es un gran proyecto pero con todas las restricciones que afrontamos ahora, necesitamos más voluntarios y estamos trabajando para involucrar a las iglesias en ello. También hay planes de oración que estamos trabajando para realizar juntos. El gran reto es movilizar a las iglesias a nivel nacional para trabajar conjuntamente y perseverar en la proclamación del evangelio en nuestra nación, porque a veces las iglesias tienden a enfocarse solamente en sus propios proyectos. 

 

P: ¿Cómo pueden orar por Portugal los cristianos de otros países?

R: Orad para que, a través de esta crisis, la gente pueda anhelar a Dios y encontrarle. Orad por la situación económica. El turismo es uno de nuestros principales sectores y con esta pandemia muchos negocios están cerrando y la gente está perdiendo su trabajo. 

Orad por las iglesias, que intentan sobrevivir a nivel financiero y mantener sus proyectos misioneros. Orad por la Alianza Evangélica, para que podamos ser un terreno común para movilizar a la Iglesia en la oración y la proclamación del evangelio. Orad por la gran comunidad de inmigrantes, porque son los primeros en perder sus empleos.

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