Pila electrónica de agua bendita contra la gripe A

En tiempos de gripe A, se multiplican las medidas preventivas. Luciano Marabese, el inventor de un dispositivo electrónico dispensador de agua bendita, declaró a Efe que la idea del aparato surgió hace varios años, como medida sanitaria. Pero lo cierto es que a partir de la expansión de la gripe A, ha recibido peticiones de varios países, entre ellos España. Marabese, propietario de un restaurante en la localidad de Briosco, unos 50 kilómetros al norte de Milán, concibió la pila del agua bendita electrónica durante una conversación con amigos en el local. “Me tomaron por loco”, recuerda el inventor, quien afirma que no está “todos los días en la iglesia pensando qué le falta”, sino que la idea surgió por casualidad. Le siguió dando vueltas a la idea y conversando con la gente del pueblo descubrió que muchos evitaban meter las manos en el agua bendita porque les daba asco. Así, Marabese decidió construir varios prototipos, que se colocaron en la iglesia de Fornaci di Briosco, donde vive, en 2005. Por eso, apunta, “este fue el único templo del mundo inmune desde el principio a la gripe A”. EXPANSIÓN DE LA IDEA La pandemia ha motivado que últimamente recibiera varios cientos de peticiones de todo el mundo, incluida España, donde iglesias de las provincias de Alicante y de Madrid ya se han interesado por su invento. El interés ha crecido aún más después de que la catedral de Milán “suspendiera” la presencia del agua bendita en las pilas del templo, hace una semana. Aunque el dispensador aún no ha llegado al mercado, ya que se encuentra en fase de producción, su creador afirma que las parroquias podrán elegir entre un aparato con receptor de agua incorporado y uno que podrá ser instalado sobre la pila ya existente en la iglesia. El precio final oscilará entre los 1.400 y los 1.500 euros, dependiendo del modelo. Es interesante saber que una parte de esos 1.500 euros irán a parar a obras de caridad. “Cuando instalamos los aparatos en la iglesia de Fornaci di Briosco le prometí al párroco que parte de las ganancias irían para excavar pozos de agua en África, por lo que cada gota que caiga del dispensador será una gota que irá a los niños africanos”, aseguró Marabese.