Anglicanos ortodoxos crean una red global, independiente de Canterbury, dentro de la Comunión anglicana
La Fellowship of Confessing Anglicans (FOCA) es como han bautizado a la nueva comunidad anglicana creada este pasado fin de semana en una reunión de 11.000 anglicanos ortodoxos en Jerusalén, entre ellos trescientos obispos. Se decidió también romper todo vínculo con las alas liberales de las iglesias de Estados Unidos y Canadá, y actuar con independencia del arzobispo de Canterbury.
JERUSALEN · 29 DE JUNIO DE 2008 · 22:00
En una reunión celebrada esta pasado fin de semana en Jerusalén bajo las siglas de GOFCA (Conferencia Mundial sobre el Futuro del Anglicanismo, GOFCA por sus siglas en inglés), se decidió también romper todo vínculo con las alas liberales de las iglesias de Estados Unidos y Canadá, y actuar con independencia del arzobispo de Canterbury, hasta ahora cabeza de la Iglesia Anglicana. Sin embargo, de momento no habrá cisma oficial en el sentido de ruptura total ya que la FOCA afirma su deseo de continuar en la llamada Comunión anglicana desde la autonomía. La crisis del anglicanismo no tiene precedentes desde tiempos de la Reforma protestante, según los expertos.
Los prelados firmantes rechazan además "la autoridad de todas las iglesias y líderes que han negado la fe ortodoxa en palabra u obra" y acusan en concreto a la Iglesia Episcopal de Estados Unidos y a la Anglicana de Canadá de "crear un falso evangelio".
ROBAN WILLIAMS, MUY CRITICADO
Sin embargo, la declaración publicada al término de la llamada Conferencia Mundial sobre el Futuro del Anglicanismo (GOFCA, por sus siglas en inglés) pone claramente en tela de juicio el papel del arzobispo de Canterbury. Los conservadores critican al actual arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, por no haberse atrevido a disciplinar a estadounidenses y canadienses. De hecho, eAkinola, el influyente arzobispo de Nigeria le acusó de ser el principal causante de que la comunión anglicana se encuentre actualmente en un estado de "confusión y de quiebra".
"Aunque reconocemos la naturaleza de Canterbury como sede histórica, no aceptamos que la identidad anglicana la determine necesariamente el eventual reconocimiento por parte del arzobispo de Canterbury", reza la "declaración de Jerusalén".
Es más, 200 de los 300 obispos y arzobispos que asistieron a la conferencia de Jerusalén se han propuesto boicotear este verano la llamada conferencia de Lambeth (nombre de la residencia londinense del arzobispo de Canterbury y primado anglicano) que reune este verano a representantes de toda la Comunión anglicana.
CONTRA LA TEOLOGÍA LIBERAL
La gota que colmó el vaso de la paciencia de los ortodoxos anglicanos fue la consagración en el 2003 en Estados Unidos por la Iglesia Episcopal de ese país de Gene Robinson, el primer obispo que se declaró públicamente homosexual con pareja. Muchos anglicanos reaccionaron también con repulsa cuando se publicó la noticia de la reciente bendición en una ceremonia religiosa en una iglesia de Londres de dos sacerdotes anglicanos que habían contraído antes una unión de carácter civil.
Los anglicanos ortodoxos, la mayoría de África, Latinoamérica y Asia, critican el "falso evangelio" predicado por muchas parroquias de los países ricos y censuran sobre todo la consagración del obispo homosexual de New Hampshire (EEUU), Gene Robinson.
"Vivimos tiempos poco corrientes. La agenda revisionista que ha fructificado en uniones de personas del mismo sexo es una auténtica agenda misionera que quiere influir y difundir a nivel internacional sus opiniones teológicas", criticó el arzobispo de Sydney.
Por su parte, el arzobispo de Nigeria, Peter Akinola, dijo también en Jerusalén que "buena parte del Reino Unido y de Europa está siendo atacada por las fuerzas (seculares y liberales)", fenómeno al que atribuyó la caída del número de fieles anglicanos. Akinola explicó que la declaración final de la conferencia de Jerusalén reforzará a la comunión anglicana a ojos de los musulmanes africanos y de las iglesias cristianas. "Hasta ahora, los musulmanes y otros grupos cristianos se preguntaban qué tipo de iglesia era la nuestra", dijo Akinola.
El obispo estadounidense David Anderson explicó, por su parte, que un día los anglicanos ortodoxos de Norteamérica "tendrán su propia provincia" evangélica.
La reacción frente a la teología liberal no es algo nuevo. Así, ya hay docenas de obispos consagrados por líderes de las iglesias anglicanas africanas tradicionalistas que se han fijado la tarea de servir y guiar a parroquias ortodoxas o conservadoras de Estados Unidos.
Por ejemplo, Gregory Venables, arzobispo del Cono Sur que se ocupa de varios países suramericanos, ha acogido espiritualmente en su seno a la “diócesis rebelde” de San Joaquín (California, EEUU) y, según The Guardian, se cree que quiere hacer algo parecido con las de Pittsburgh y Fort Worth (Texas).
“ENORME ERROR ESTRATÉGICO"
Según el obispo australiano Jensen, los obispos norteamericanos cometieron "un enorme error estratégico" en el 2003 consagrando al homosexual Robinson porque creyeron que ese acto no iba a tener consecuencias. "Las consecuencias se han visto en los cinco últimos años. Ahora su iglesia está dividida, y parece que, de una forma u otra, la división será permanente", agregó Jensen en Jerusalén. "Debido a lo ocurrido en Canadá y en Estados Unidos se ha despertado en todo el mundo el gigante dormido del anglicanismo evangélico ortodoxo. Fue una locura lo que hicieron", dijo el arzobispo de Sydney en referencia a la consagración de homosexuales con vida sexual activa.
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