Más de 7.000 personas se reunieron el 5 de octubre en el Pabellón Olímpico de Badalona en una celebración histórica de fe, unidad y expansión. Torre de Gracia, liderada por los pastores Gustavo y Valeria Marto, celebra 25 años de ministerio con más de 600 células activas y cientos de españoles integrados a su visión.

Una iglesia bondadosa por naturaleza

Torre de Gracia no solo ha crecido en número, sino en espíritu. Su rasgo más visible es la bondad. Desde sus primeros años, los pastores Gustavo y Valeria Marto enseñaron que la bondad no es un gesto, sino una naturaleza. La iglesia se ha caracterizado por una cultura de servicio, generosidad y abrazo al necesitado. En sus propias palabras, “una iglesia bondadosa en su actitud y auténtica en su naturaleza refleja el corazón del Padre”.

Comprometidos con la evangelización de Barcelona

Como parte de su vocación misionera local, Torre de Gracia está comprometida con la evangelización de la ciudad de Barcelona, colaborando estrechamente con las iglesias de la ciudad. Es un honor ser amigos y colaboradores de esas comunidades, trabajando unidos para apoyar a pastores, fortalecer la unidad del Cuerpo de Cristo y ser parte activa del movimiento de avivamiento que viene a España y Europa. Su compromiso con la ciudad combina acción, oración y cooperación: una fe que se expresa en hechos.

Una visión celular que se multiplica

Con más de 600 células en España y en expansión internacional, Torre de Gracia ha logrado sostener un crecimiento orgánico y saludable. Las células —grupos de 4 a 15 personas— son el motor de la iglesia: lugares donde se ora, se enseña la Palabra y se forman discípulos que luego forman a otros. Este modelo ha permitido que cientos de españoles se integren activamente a la vida espiritual y ministerial, encontrando un espacio cercano donde vivir la fe y desarrollar liderazgo.

“Los encuentros son los pies de la visión; cada multiplicación hace que la visión avance”, se enseña dentro del sistema de formación.

Una iglesia de lo sobrenatural cotidiano

La vida espiritual en Torre de Gracia no se limita a la celebración del domingo. El mover del Espíritu Santo es parte del día a día. La oración es constante, práctica y con propósito: se intercede por necesidades reales, se ministra a los enfermos y se crean ambientes donde el poder de Dios se manifiesta. El liderazgo, desde su concepción, se entiende como servicio que ora, visita y transforma vidas. Para esta comunidad, lo sobrenatural es lo normal cuando hay fe y obediencia.

Prosperidad sana y con propósito

La enseñanza sobre la prosperidad en Torre de Gracia ha sido uno de sus pilares más equilibrados y prácticos. Los pastores Marto insisten en una prosperidad sana, basada en principios bíblicos, alejada de excesos y siempre orientada al Reino. En su visión, las finanzas —junto a otros elementos esenciales como la fe, la oración y la organización— son necesarias para que la iglesia avance. “Sin finanzas no podemos avanzar”, repiten con claridad, pero siempre subrayando que la verdadera prosperidad es tener los recursos suficientes para servir mejor, cuidar más y extender el Reino con generosidad. Esa visión ha permitido sostener proyectos sociales, eventos multitudinarios y la apertura de nuevas iglesias en diferentes regiones.

25 años de enfoque y avance

Durante 25 años de ministerio, Gustavo y Valeria Marto han permanecido enfocados en una sola meta: ver la iglesia avanzar. Su liderazgo ha sido constante, con una combinación única de fe práctica, sensibilidad pastoral y dirección estratégica. Hoy, Torre de Gracia es una comunidad madura, organizada y poderosa en su influencia espiritual y social.

Clave: la visión en rieles

En Torre de Gracia, la visión no es una consigna inspiracional, sino un sistema que se escribe, se lee y se corre (Habacuc 2:2). Se le llama “la visión en rieles” porque mantiene a toda la iglesia alineada, estable y en movimiento. Cada célula, ministerio y proyecto se articula en torno a un propósito común, permitiendo avanzar sin perder el rumbo. “Donde hay visión, hay dirección, fuerza y unidad”, es una de las frases más repetidas en su formación interna.

Una iglesia que inspira

Torre de Gracia representa una generación de iglesias hispanas que han sabido combinar lo organizativo con lo espiritual, lo local con lo global. Su testimonio —visible en cada célula, en cada encuentro y en cada nueva vida transformada— demuestra que una visión firme, en rieles y guiada por el Espíritu Santo, puede cambiar el destino de ciudades enteras.

Mª Rosa Barrachina es pastora y miembro de la Plataforma Española de Misiones.

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