La familia Figueirido ha comunicado este miércoles el fallecimiento de Álvaro Figueirido Bibiloni, querido hermano vinculado a las Asambleas de Hermanos de Galicia, donde sirvió por más de 60 años como obrero encomendado.

El velatorio se llevará a cabo en el Tanatorio de Ribeira (Pompas Fúnebres Noroeste, Xarás) a partir de este miércoles por la tarde. El acto de despedida tendrá lugar el jueves 11 de diciembre a las 16h, en la Capilla de Castiñeiras (Ribeira). A continuación será enterrado en el cementerio El Buen Pastor, en Castiñeiras.

Breve reseña biográfica

Nació en Palma de Mallorca, en el seno de una familia comprometida con el Evangelio. Su abuelo, Juan Bibiloni, ex-monje, era colportor y pastor evangélico. Con 12 años, debido a circunstancias consecuencia de la guerra civil, la familia se trasladó a Vigo (Pontevedra).

En Vigo se integraron en la iglesia evangélica, en la calle Pi y Margall, pastoreada por Edmundo Woodford, que llegaría a ser su suegro. Joven activo y comprometido pronto manifestaría sus dones de servicio, predicación y liderazgo.

En torno a la edad de 30 años fue encomendado a la Obra del Señor a tiempo completo, ocupándose especialmente de la juventud y de la visita a grupos de creyentes en lugares alrededor de Vigo y por el resto de Galicia. Asimismo realizaba giras por España para tener ministerio en diferentes ciudades, incluido Madrid, Barcelona, Sevilla, Canarias, etc., visitando iglesias grandes así como creyentes aislados.

Posteriormente pastoreó por años la iglesia en Castiñeiras, Ribeira, atendiendo otros lugares como Cabo de Cruz, Boiro y Taragoña. Movilizó a los jóvenes en campañas de reparto de literatura por los pueblos.

En 1965 fundó en Castiñerias uno de los Campamentos de verano más antiguos de España, y en 1981 las Conferencias anuales de Semana Santa, que reunían a creyentes de toda España, primero en Panjón, donde llegaron a reunirse 600 personas, y luego en Carballino, hasta la pandemia, ya con 90 años.

Enseñó a sus hijos a amar la Palabra de Dios, a estudiarla, a predicarla y a llevarla a los pueblos. Todos ellos involucrados en la Obra de Dios, dos de ellos como Obreros a tiempo completo y los demás con diferentes responsabilidades.

Damos gracias a Dios por la vida de nuestro hermano y oramos para que en estos momentos de despedida, Él colme de paz y consuelo a su familia y todos aquellos que fueron bendecidos gracias a su labor.