Conversión y discipulado, de Bill Hull

En este libro quiero mostrar que la conversión y el discipulado, aunque distintos, son en realidad dos caras de la misma moneda. No puede haber uno sin el otro.

29 DE JULIO DE 2021 · 18:00

Detalle de la portada del libro. / Andamio,
Detalle de la portada del libro. / Andamio

Un fragmento de “Conversión y discipulado. No se puede dar una cosa sin la otra”, de Bill Hull (Andamio Editorial, 2021). Puede saber más sobre el libro aquí.

Este libro propone que todos los que son llamados a la salvación, también están llamados al discipulado, sin excepciones. Muchos cristianos hoy, sobre todo en Occidente, creen que han comprendido la salvación a la perfección. Pero si les preguntases sobre el discipulado, dudarían o te mirarían con confusión. ¿Discipulado? ¿No es eso lo que se hace después de convertirte en creyente? ¿Qué tiene que ver el discipulado con convertirse en cristiano? ¿Qué tiene que ver el discipulado con la conversión?

En este libro quiero mostrar que la conversión y el discipulado, aunque distintos, son en realidad dos caras de la misma moneda. No puede haber uno sin el otro. Pero no te limites a creer en lo que yo diga: a lo largo de este libro, se demostrará que esto es lo que enseña la Biblia y la intención que Jesús tenía con sus seguidores.

Empecemos con algunas definiciones.

Conversión: según lo utilizaremos en este caso, la conversión es la “jerga teológica” que expresa que una persona decide ser cristiana.

Discipulado: el discipulado tiene lugar cuando alguien responde al llamamiento a aprender de Jesús y de otros cómo vivir su vida según lo haría Jesús. Como resultado, el discípulo llega a ser una persona que realiza de forma natural lo que Jesús hacía.

Ahora empezamos a ver algunas señales de que la Iglesia se está tomando el discipulado más en serio, especialmente entre los pastores y líderes más jóvenes. (...) Creo que ha llegado la hora de construir un lenguaje común para el interés en el discipulado. Hasta ahora hemos usado las mismas palabras, pero estábamos hablando lenguajes distintos. Si no tenemos claro por qué es importante el discipulado, qué son realmente los discípulos, el papel clave que juegan en el plan redentor de Dios, y cómo todo está unido en el fondo… lo que el Espíritu Santo comenzó desaparecerá en una niebla teológica confusa. Por eso necesitamos una teología del discipulado.

¿Cómo es una teología del discipulado? Primeramente, debe abordar la relación entre el discipulado y la salvación. La visión de la salvación del cristianismo actual deja poco espacio al discipulado. Nuestras doctrinas de la gracia tienden a impedir que definamos claramente lo que significa ser un discípulo y solemos tratar la experiencia de la conversión y el proceso de convertirse en discípulo como dos cosas completamente aparte. Esta separación ha llevado a un problema común al que nos enfrentamos hoy. Las personas profesan hacerse cristianas; sin embargo, creen que no necesitan seguir a Jesús. Hemos definido el discipulado como algo opcional, una elección y no un requisito. Para muchos que hoy se consideran cristianos, ser cristiano o ser salvo no está muy ligado a un compromiso continuo a ser hecho más a imagen de Cristo.

Mi objetivo en este libro no es presentar ideas nuevas; creo que ya existe una teología del discipulado y se encuentra en la Escritura. Hay otros libros, algunos de los cuales he escrito yo mismo, en los que se aborda esta separación problemática en un capítulo o dos, pero en este en concreto pretendo encarar el problema directamente. Por eso, con temor y temblor, voy a desarrollar el problema para que lo puedas considerar. Estoy seguro de que mis ideas tendrán fallos y serán criticadas, y que, tan pronto como sean publicadas, querré cambiarlas; pero mi objetivo es iniciar una conversación que trascienda los círculos académicos.

Quiero ver pastores y líderes de iglesias (que se dedican a hacer discípulos en todas partes) participando en esta conversación. Mi esperanza es ayudarles a comprender más a fondo la base teológica del discipulado, para que puedan trabajar mejor tratando de conseguir que la vida de Cristo se refleje en otras personas.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Fragmentos - Conversión y discipulado, de Bill Hull