España atraviesa una crisis poblacional que no parece fácil de resolver. Los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre nacimientos y defunciones confirma que, un año más, mueren muchas más personas de las que nacen, es decir, se produce un crecimiento vegetativo negativo.

En total, se ha producido un saldo vegetativo negativo de 113.256 personas. La cifra no es peor que la del año anterior (133.000) pero confirma una tendencia de la última década: se producen cada vez menos nacimientos en España, lo que implica un envejecimiento progresivo de la población.

En 2023, la cifra que más destaca es la de los nacimientos, por registrarse el número más bajo en doce meses desde que se tienen registros. Así, el año pasado solo vio nacer en España a 322.075 niños, un 2% menos que el año anterior.

Entre los factores que apuntan los especialistas, se encuentra el retraso de la maternidad en las mujeres, que las parejas deciden tener menos hijos que antes (1,3 de media en España) y el descenso de los matrimonios.

Crisis profunda

Cabe recordar que la cifra de abortos en nuestro país se acerca cada año a los 100.000.

Un informe reciente realizado en Alemania mostraba que la tasa de natalidad está relacionada con las creencias y la perspectiva de vida de las personas. Incluso en el caso de los niños, había grandes diferencias entre aquellos que desean formar una familia y tener hijos y los que no, dependiendo de la fe y los valores en los que han sido educados.