¿Evangelismo en la calle? El caso de Jacob Bock y su caja roja

¿Pasaron los tiempos de salir a la calle a predicar? La pregunta se ha planteado en la mayoría de iglesias evangélicas en España. Ya entrando en la segunda década del siglo XXI, y en una sociedad posmoderna, el compartir el evangelio en espacios públicos parece haber perdido fuerza. Pero ahí están quienes siguen creyendo en la importancia de predicar a pleno pulmón en la calle. Es el caso de Jacob Bock, que junto a otras decenas de voluntarios se sube a su “caja roja” (red box) en la Plaza del S

MADRID · 20 DE SEPTIEMBRE DE 2010 · 22:00

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Bock explica sus opiniones con sencillez, sin muchas complicaciones, y con una convicción muy fundamentada por experiencias concretas. Siete años de predicar en el centro de Madrid le sirven de prueba que eso de que la gente ya no se para a escuchar es un mito. Cree en el evangelismo en la calle, sin demasiados rodeos: “Nuestro estilo se súper sencillo: una caja, orar unas horas antes, sales, te subes encima de la caja, levantas tu voz sin megafonía y empiezas a hablar con la gente”. La clave no está en los artificios. “Amor, pasión, creatividad y un toque de Dios en tu vida”, con esto basta. “Y mira cómo la gente responde”, añade. A su iniciativa, ‘Kilómetro 0’, se han añadido con los años otros creyentes de trasfondos diferentes. “Somos gente de muchas iglesias, un poco de todo, pero aquí no llevamos chapa, nada de distintivos”. El grupo ha crecido hasta convertirse en un equipo importante: “Hace unos meses contamos la gente que venía a participar, y éramos unos 150 personas”, de todas las edades. Jacob no habla de ninguna fórmula nueva de predicar. De hecho, el método no puede ser más antiguo. Sólo se trata de poner en práctica lo que la Biblia dice, cree, “a veces complicamos mucho el tema del evangelismo”. Basta con ser ingenioso con lo que se tiene a mano, del día a día, y no limitar la creatividad de Dios. “Tenemos unos 80 objetos que utilizamos”, entre ellos planchas, maniquíes, un reloj de arena, un yugo de buey... La clave es transmitir un mensaje claro, apoyado con algo visible entre manos que llame la atención de los paseantes. Y con eso basta. Lo que debe destacar es el mensaje, cree Bock, que “es sumamente importante”. Importante, y claro: “el pecado es la enfermedad que nos lleva a una muerte física y a una muerte eterna. Cristo tiene una solución, es la cura, nuestro remedio”. Y la cuestión es comunicar esto de tantas formas diferentes como sea posible. Y LA GENTE ESCUCHA… Pero, ¿realmente funciona esto de predicar en la calle? Bock reacciona con cierta incredulidad: “¡Yo a lo mejor veo algo que otros no ven!”. Y explica una par de experiencias. Recuerda una plaza en Pontevedra en la que mientras hablaba se pararon a escuchar unas 100 personas, “todos gallegos, y no teníamos suficientes personas para hablar con todos ellos”. O momentos en otras partes de Europa, como Bosnia, donde después de un mensaje en la calle se formaban colas para “hablar de las cosas de Dios”. Su sueño es que los evangélicos en España salgan de su frustración y renueven la visión en cuanto a la evangelización. Se remite a las palabras de Jesús: ‘Levantad vuestros ojos que la cosecha está lista’. “Pero es difícil levantar tus ojos” explica con ironía, “cuando estás frente a la tele… tienes que estar en la calle”. Porque pese a todo lo que se diga, “la gente se acerca cuando predicas el evangelio de la Biblia, y dicen: ‘Háblame de eso’”. ¿Debe pues la evangelización ser siempre en la calle, con gente desconocida? No siempre, cree Bock. “Estoy a favor de la corriente ahora en España, sobre el evangelismo a través de amistades”. Cree que es básico basarse en relaciones, en amistades, para compartir el evangelio. El problema sin embargo, puede ser que “algunos sólo se basan en esto, diciendo que otras cosas no funcionan”. No se debe olvidar, opina, que la Biblia “habla también de la proclamación del evangelio, por medio de la locura de la predicación, por la que algunos se salvan”. Al fin y al cabo, no se trata tanto de los métodos, como de quién está detrás. Hablar no va a convencer a nadie, “lo que sí es fundamental es la presencia de Dios”. Por ello para los impulsores de ‘Kilómetro 0’ es central buscar la guía de Dios. Oran 6 horas al día en grupitos diferentes y piden a Dios por la ciudad de Madrid, y la gente con la que se van a encontrar en la calle. CURIOSIDAD DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN La peculiar forma de comunicar de Jacob Bock y el equipo de la “caja roja” ha llamado la atención de los medios de comunicación; además de forma positiva, algo que no es lo habitual con quienes predican el evangelio fuera de la iglesia católica. En octubre de 2009 fue uno de los invitados en el programa de Jesús Quintero en Canal Sur, ‘Ratones Coloraos’. También el diario ‘El País’ se ha interesado por las iniciativas de ‘Kilómetro 0’ escribiendo un reportaje sobre las “parábolas” que se explican sobre la caja roja de la Puerta del Sol. Y en sus viajes a otros países de Europa, Bock también ha tenido oportunidades de explicar a otros periodistas sobre su ilusión por hablar de Dios en la calle. Así que una de las cosas que por las que trabaja Block es recuperar la figura de los “pregoneros”, que anunciaban las noticias en las plazas de las ciudades. Y con este objetivo ‘Kilómetro 0’ ha organizado una “Conferencia para predicadores al aire libre”, en un hotel muy cercano a la Puerta del Sol, con un programa bilingüe español-inglés, para asistentes tanto españoles como de otras partes de Europa. Será del 23-26 de este mismo mes de septiembre y la información se puede encontrar en la web de Kilómetro 0. Bock, pues, seguirá apostando por predicar en la calle. En cuanto al debate sobre las formas de evangelizar, concluye de su propia experiencia que “muchas veces el evangelismo no funciona porque no estamos teniendo un mensaje correcto”. La clave, según él, no está tanto en la forma, como en la validez y relevancia de lo que se comunica. MULTIMEDIA - AUDIO: Puede escuchar aquí la entrevista con Jacob Block SOBRE Km. 0. - NOTICIA Y VIDEO: Jacob Bock en “Ratones Coloraos”.

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