Ateísmo y anticlericalismo

Ortega y Gasset dice que hay épocas en que “emerge de improviso el acantilado de la Divinidad. Y se impone gritar ¡Dios a la vista!”. Esa época es hoy, es ahora.

06 DE MAYO DE 2021 · 20:00

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Foto de Pawel Nolbert en Unsplash CC.

Eduardo de Rotterdam, graduado en Teología en Turín el año 1506, dijo que el anticlericalismo ha existido en todas las épocas y en todas las religiones. La constitución de una religión con el apoyo del emperador Constantino (año 313) hizo que aquella iglesia fuera acumulando cada vez más intereses económicos y políticos y en consecuencia surgiera una fuerte oposición anticlerical.

Durante la Revolución Francesa, que de hecho empezó con la Asamblea de los Estados Generales en octubre de 1795, el conflicto con la Iglesia católica dio lugar a situaciones de enfrentamientos no solo ideológicos. Hubo profanación de conventos y monasterios, 30.000 sacerdotes huyeron del país, el calendario fue reemplazado por otro de carácter republicano, dio lugar al culto a la Razón y todos los templos no consagrados a este culto fueron cerrados.

La mayor ola de protesta anticlerical que ha conocido Europa.

El fin primordial de este artículo es demostrar cómo el anticlericalismo ha llevado al ateísmo a destacadas personalidades de la historia.

Tal vez el ateo más conocido y leído, incluso en nuestros días, sea el filósofo Thomas Paine (1737-1809). Nació en Inglaterra, pero emigró a Estados Unidos. Allí escribió La edad de la razón, injustamente llamada La Biblia del ateo. En este libro dice: “Todos los grandes ateos de Estados Unidos, de Europa y de América Latina hemos salido de la Iglesia católica o de las iglesias protestantes. Fuimos excomulgados por ser simplemente anticlericales. Esto nos empujó al ateísmo”.

La afirmación de Paine me llevó a un minucioso y paciente trabajo de investigación. Con ayuda de la Enciclopedia Británica (33 tomos), el Diccionario de autores (3 tomos) y La Biblia del ateo, me enfrasqué en el estudio biográfico de conocidos personajes de antes y de ahora.

Thomas Hobbs (1588-1679), hijo de un pastor anglicano es contribuyente de La Biblia del ateo, ya comentada en otros artículos.

Los franceses Volataire (1694-1778) y Diderot (1713-1784) coautores de la famosa Enciclopedia Francesa, fueron ambos brillantes alumnos de colegios jesuitas. En La Biblia del ateo Voltaire escribe: “La religión teológica es la fuente de todas las locuras y desórdenes imaginables. Es la madre del fanatismo y la discordia civil. Es el enemigo de la humanidad”.

Paul Henri Holbach, enciclopedista y filósofo francés (1723-1789) criado en una familia de fuerte tradición católica cayó en el anticlericalismo ateo. Escribió El Cristianismo sin velo, donde ataca a la religión en la que había sido educado. En La Biblia del ateo escribe: “Un ateo es un hombre que destruye quimeras que son dañinas para la raza humana, a fin de devolver a los hombres a la naturaleza, a la experiencia y a la Razón”.

Ludwig Feuerbach, filósofo alemán (1804-1872), estudió teología en Heideberg, luego destacó en el anticlericalismo y acabó escribiendo esto en La Biblia del ateo: “Dios no existe. Es tan claro como la luz del sol y tan evidente como el día que Dios no existe”.

Donotien Sade, marqués de Sade, escritor francés (1740-1814). Procedía de una familia muy católica, profundizó en la religión guiado por un tío suyo, abate católico. En cuanto adquirió libertad de pensamiento defendió el anticlericalismo, luego el ateísmo. Dice en La Biblia del ateo: “La idea de Dios es el único error por el que no puede perdonar a la humanidad”.

Josef Stalin, estadista soviético (1879-1953). Estudió para sacerdote ortodoxo en un seminario de la misma religión en Tiflis. Expulsado por sus ideas anticlericales fue el político que extendió el ateísmo por toda la Unión Soviética.

Fidel Castro, abogado y político cubano (1926-2016). Fue educado en colegios jesuitas en Santiago de Cuba. Cuando llegó al poder en la isla el año 1959 expulsó a sacerdotes, cerró templos religiosos, dictó leyes anticlericales. En La Biblia del ateo figura una frase suya originalmente publicada en el curso de una entrevista en The Economist: “Mi padre me enseñó que para ser un buen católico tenía que confesarme. Pero decidí que la religión no estaba hecha para mí”. En su lugar defendió la ortodoxia marxista-leninista.

Marlene Dietrich, actriz de cine estadounidense de origen alemán (1904-1991), de familia protestante, durante su estancia americana se inclinó al anticlericalismo y de ahí al ateísmo. En La Biblia del ateo confiesa: “He rechazado cualquier creencia en Dios”. Citando a Goethe, añade: “Si Dios creó este mundo, debería revisar su plan”. A Paine, Voltaire y Feuerbach los cité en el artículo La religión del ateísmo.

Dos grandes equívocos hay que atribuir al anticlericalismo. Uno enredarse en política y protagonizar hechos brutalmente sanguinarios, especialmente en Francia, o sin derramamiento de sangre, pero en abierto atentado contra los derechos humanos como la expulsión de jesuitas de Francia, España y Portugal.

El anticlerical tiene ahora mismo dos opciones. Una es identificarse plenamente con el ateísmo, tal como lo hicieron los anticlericales de ayer y de hoy que cito en este artículo. Me refiero al anticlerical ideológico, no al agresivo mata curas y quema conventos que se refugia en principios religiosos para cometer hechos criminales. Pero el anticlerical ha de tener claro que para el ateo Dios no existe, no ha existido, ni puede existir jamás. Existen hombres y mujeres que crean a los dioses a su imagen y semejanza.

Una segunda opción que tiene el anticlerical, la más acertada, es entregarse definitivamente en los brazos de Dios. En su famoso artículo Dios a la vista Ortega y Gasset dice que hay épocas en que “emerge de improviso el acantilado de la Divinidad. Y se impone gritar ¡Dios a la vista!”.

Esa época es hoy, es ahora.

Dios a la vista.

Dios en el corazón.

Dios en la mente.

Dios en el alma.

Dios en la vida toda.

No el dios de las religiones tradicionales.

No el Dios convertido en imagen de alfarero.

No el buen dios inventado por los franceses, un Juan calzones sin voluntad y sin capacidad de decidir sabiamente.

El anticlerical tiene a la vista, a su alcance, al Dios que se revela en 66 libros de la Biblia, Palabra inspirada. El Dios creador y sustentador del Universo. El Dios cantado y contado por Moisés en el único Salmo que lleva su nombre: “Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo hasta el siglo, tu eres Dios” (Salmo 90:2).

Antes de la formación del mundo.

Antes de la formación de la tierra.

Antes de la formación de los montes, desde el siglo y hasta el siglo, de generación en generación, Él es Dios.

Dios que, como el viento, se nota en todas partes, pero no se le ve en ninguna. Está en nosotros y somos calentados por su soplo. Es el corazón y no la razón el que siente Dios.

El político y revolucionario italiano Giuseppe Mazzini (1805-1872), acusado de anticlerical por la Iglesia católica, escribió este hermoso párrafo sobre Dios en Los deberes del hombre: “Dios existe. No debemos ni queremos probarlo; intentarlo sería locura el negarlo. Dios existe, porque nosotros existimos, porque nosotros existimos. Dios vive en nuestra conciencia, en la conciencia de la humanidad y en el universo que nos rodea. La humanidad ha podido transformar y menospreciar el santo nombre, pero nunca suprimirlo”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Enfoque al ateísmo - Ateísmo y anticlericalismo