Todas las novelas de Unamuno: ‘Cómo se hace una novela’

Este es un libro eminentemente autobiográfico. Condensa una honda experiencia interior.

08 DE OCTUBRE DE 2020 · 20:20

Portada de la edición de la Editorial Verbum. / Verbum,
Portada de la edición de la Editorial Verbum. / Verbum

El último capítulo de esta obra unamuniana está firmado en Hendaya en julio de 1927, sí bien hubo una redacción anterior en 1925 en París. En España no se publicó hasta 1950, con algunos cambios que fueron corregidos en ediciones posteriores.

Cómo se hace una novela es, a gusto mío, la mejor novela de Unamuno, respetando Niebla, La tía Tula, y San Manuel Bueno, mártir. Porque Cómo se hace una novela es libro eminentemente autobiográfico. Condensa una honda experiencia interior. Los temas tratados por Unamuno en este libro fueron aquellos que le obsesionaron a lo largo de su vida: El tiempo, la eternidad, la religión, Dios, la fe, la inmortalidad, el sentido de la existencia, creer o no creer, verdades o dudas de la Biblia, la muerte, sobre todo la muerte, identificada en su grito: “No quiero morir, ni quiero quererlo”.

Estas son las ideas principales que encierran las páginas de Cómo se hace una novela.

Pero no son las únicas. Para el gran vasco “hay otro mundo, novelesco también, hay otra novela. No la de la carne, sino la de la palabra, la de la palabra hecha letras. Y esta es propiamente la novela que, como la historia, empieza con la palabra o propiamente con la letra, pues sin el esqueleto no se tiene en pie la carne”.

La edición de Cómo se hace una novela que tengo a la vista cuando escribo es la que figura en el tomo VIII de las Obras Completas de Unamuno, publicadas por la Editorial Escelicer de Madrid, en 1966. Antes de la novela, que se inicia en la página 719 del tomo, figura una introducción de seis páginas escritas por Jean Cassou con el título Retrato de Unamuno.

Cassou, escritor francés nacido en Deusto en 1897 y desnacido en 1986, era 23 años más joven que Unamuno. Estuvo considerado como uno de los mejores intérpretes de la literatura española en Francia. Publicó traducciones de Unamuno, Cervantes, Blasco Ibáñez y otros.

En la segunda página del Retrato, Cassou dice de Cómo se hace una novela: “A Shakespeare, a Pascal, a Nietzche, a todos los que han intentado retener a su trágica aventura personal un poco de esta humanidad que se escurre tan vertiginosamente, viene a añadir Unamuno su experiencia y su esfuerzo. Su obra no palidece al lado de esos nobles nombres: significa la misma avidez desesperada”.

En el otro lugar del prólogo Cassou es menos amable. Dice que “Unamuno, feroz y sin generosidad… que no tiene una doctrina propia, no ha escrito más que libros de comentarios”.

Esto no es verdad. El gran vasco escribió artículos de prensa, escribió obras profundas de pensamiento, escribió literatura, escribió filosofía, escribió sobre países, escribió sobre viajes, escribió biografías, escribió excelentes novelas, como las 11 que he comentado en esta sección, escribió buenas obras de teatro y se escribió así mismo en multitud de páginas.

Nada más empezar las primeras líneas de la novela Unamuno recoge el guante y dice a Cassou que “la Ilíada no es más que un comentario de la guerra de Troya, la Divina Comedia un comentario a la teología católica medieval, los Evangelios y las epístolas Paulinas no son más que escritos (comentarios) de circunstancias”.

Gonzalo Torrente Ballester se ha fijado en los diferentes géneros, no sólo literarios, también vitales, que Unamuno utiliza en sus novelas. Un acercamiento a ellos nos hará dar la razón a Ballester.

Género histórico. La novela histórica tiene una amplia aceptación en lectores de todo el mundo. Este estilo de novela ha de estar bien documentado. Es lo que hace Unamuno en Paz en la guerra.

Género crítico. El género crítico consiste en utilizar la novela para descalificar otras novelas o ideas imperantes. Unamuno lo justifica en Amor y pedagogía, donde denuncia el absurdo de pretender racionalizar la vida.

Género funerario. Hablar de la muerte es una constante en la literatura universal. Unamuno lo hace en toda su obra. En El espejo de la muerte, una colección de 26 cuentos, Unamuno trata el tema de la muerte y de la perduración con necesidades para aquietar el diario vivir.

Género filosófico. ¿Existen novelas que planteen las inquietudes filosóficas que mueven el cerebro humano? Muchas. Desde el Platón de ayer al Milán Kundera de hoy. En Niebla, tal vez su más famosa novela, Unamuno compone narraciones planteadas a partir de previos filosóficos.

Género bíblico. Es el que se deduce de la novela, Abel Sánchez.

La Biblia ha dado lugar a un género de escritura que han tenido en cuenta los más famosos autores. Ernest Hemingway, el escritor norteamericano Premio Nobel de Literatura en 1954, dijo que había aprendido a escribir leyendo la Biblia. En mis libros Los Evangelios en Shakespeare y La Biblia en el Quijote expongo la gran influencia que tuvo la Biblia en la novela de Cervantes y en los dramas de Shakespeare. Sin la Biblia no existirían La Divina Comedia, ni El paraíso perdido, ni ninguna de las grandes obras presentes en la literatura universal. El lector de Unamuno encuentra en sus novelas frecuentes referencias al Antiguo y Nuevo Testamento. Aunque para convencernos del gran conocimiento que Unamuno tenía de la Biblia basta con leer su Cristo de Velázquez.

Género dramático. El género dramático está presente en casi todas las novelas de Unamuno, quien suele matar a los personajes que crea. De forma más cruda, el género dramático, que utiliza la idea para componer el drama, lo trata Unamuno en la ya citada Abel Sánchez.

Género legendario. En Tulio Montalbán y Julio Macedo Unamuno refiere la leyenda del caudillo libertador supuestamente muerto cierto día desembarca en una ciudad donde vive Elvira con su padre, Juan Manuel Solórzano. Las leyendas convertidas en novelas disfrutan de prestigio entre lectores de todos los países. Basta con recordar La leyenda del Parnaso, de Catulle Mendés o las Leyendas románticas, de Ángel Saavedra.

Género trágico. A este género literario se le llama también “tragedia griega”, tal vez pensando en Esquilo, Sófocles y Eurípides, primeros cultivadores del género. 

Tragedia griega es el libro Tres novelas ejemplares y un prólogo, escrito por Unamuno en 1920. Dos madres, El marqués de Lumbría y Nada menos que todo un hombre, es el arte narrativo de Unamuno, que infunde terror y lástima en una mezcla de lo trágico y lo cómico.

Género amoroso. Parodiando al apóstol Juan, creo que en el mundo no cabrían los libros y las canciones que se han escrito con el amor como protagonista único. El amor es sólo uno, pero de él existen mil copias distintas. En La tía Tula, considerada una de las mejores novelas de Unamuno, el de Gertrudis es un amor dominante, casi enfermizo, hasta que al final de la novela confiesa con el corazón dividido el amor que siempre había sentido por el hombre que maltrataba: su cuñado.

Género de intriga. Si en Abel Sánchez destaqué la frecuencia del género bíblico en las novelas de Unamuno, en San Manuel Bueno, mártir el gran vasco abunda en temas que le preocuparon y trató a lo largo de su vida: La intriga y la hipocresía religiosa. Don Manuel, el cura de Valverde de Lucerna, al que Unamuno trata con cariño, al pueblo le parecía hombre “incrédulo e hipócrita por piedad”.

La religión, todas las religiones, pues vienen a parar en lo mismo, constituyen un filón novelístico. Ahí tenemos, como único ejemplo, la superventa El código da Vinci.

Género humorístico. El humorismo, género literario que hermana la gracia con la ironía y la tristeza con la alegría, tiene poca cabida en las novelas de Unamuno, que tienden a ponernos en guardia contra el drama de la vida. Si acaso, es posible advertir breves notas de humor en Don Sandalio, jugador de ajedrez. Según Cervantes, el hacer reír es obra de grandes ingenios. Él lo demostró ampliamente en su Don Quijote.

Baruch Espinoza decía que las novelas de humor tienen multitud de seguidores fieles.

Según sus críticos y sus biógrafos, el aspecto más vigoroso de Unamuno es el ensayo. En tercer lugar está la poesía y después del ensayo la novela.

Los más destacados géneros literarios, aquellos que puedan interesar a los aprendices de novelistas, los encontrarán aquí, en Cómo se hace una novela.

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