Manuel Machado (siglos XIX y XX)

Su primer libro de poemas, Alma, representa un preludio y síntesis de la orientación más personal y genuina que su poesía iba a adoptar en los años siguientes.

09 DE SEPTIEMBRE DE 2022 · 10:00

Manuel Machado, hacia 1914. / Fot. Cartagena, Wikimedia Commons.,
Manuel Machado, hacia 1914. / Fot. Cartagena, Wikimedia Commons.

Manuel Machado era solo un año mayor que Antonio. Apenas se les distingue en las fotografías que presentan a los dos hermanos juntos. Nació en Sevilla el 29 de agosto 1874. De Sevilla se trasladó a Madrid donde, al igual que su hermano, ingresó en la Institución Libre de Enseñanza. Vivió dos años en París, de 1898 a 1900, período que coincidió con lo mejor de su producción poética, que luego continuaría con intensidad.

En Sevilla cursó la carrera de Filosofía y Letras. En un segundo viaje a París conoció y entabló amistad con Rubén Darío. Fue miembro de la Real Academia Española de la Lengua. A su regreso de París, donde trabajó un tiempo en la editorial Garnier, publicó su primer libro de poemas, Alma, libro que representa un preludio y síntesis de la orientación más personal y genuina que su poesía iba a adoptar en los años siguientes.

Si bien Antonio como Manuel son conocidos como poetas, también escribieron obras de teatro: Julianillo Valcárcel, Las Adelfas, El hombre que murió en la guerra. La guerra incivil le sorprendió en Burgos. Allí publicó en 1938 Horas de oro, versos de carácter nacionalista y religioso que dedicó al general Franco. Murió en Madrid el año 1947.

Saeta

La saeta está en el ápice del cante hondo. El carácter religioso de este linaje de canciones no empece a su profunda raíz flamenca, o gitana (que todo es uno y lo mismo). Es cante que no precisa el concurso de la guitarra. Suele tener por acompañamiento, en cambio, algo tan maravillosamente policromo como la calle sevillana en noche de Semana Santa. Pero cuando la copla nace en una ventana o en medio de la misma calle –ante los pasos de Jesús y de María Santísima –es en el corazón de un silencio aromado de flores y de inciensos donde se dilata y resuena.

Maneja la saeta los tópicos cardinales del cante hondo: el amor y la muerte, la pena y la madre. Solo que aquí el amor es Divino y la Madre es la Virgen. Es copla dramática por excelencia en el drama sublime del Calvario; se inspira en el dolor, como todos los dramas divinos y humanos habidos y por haber. Y con qué detalles de realismo magnífico se alude a la misma Cruz donde está enclavado Nuestro Señor:

Tan estrecha era la cama

que el Rey del Cielo tenía, 

que por no caber en ella un pie sobre otro ponía.

 

Dice una saeta popular. 

Y otra pide:

Quién me presta una escalera 

para subir al madero

y así arrancar los clavos 

a Jesús el Nazareno.

 

Y otra canta (llora):

Míralo por dónde viene 

el mejor de los nacidos...

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Dios en la poesía religiosa española - Manuel Machado (siglos XIX y XX)