El lenguaje no verbal en la evangelización

Hay dificultades de entendimiento, pero lo más grave es que hay problemas en el momento de mostrar la coherencia del lenguaje con el ejemplo de vida del evangelizador.

20 DE ABRIL DE 2021 · 16:05

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Foto de Marcos Luiz Photograph en Unsplash CC.

La verdad es que siempre que hablo de evangelización saltan los puros, los que creen que me separo de las agencias evangelizadoras evangélicas tradicionales. No es así, aunque, a veces, diga que ha habido agencias misioneras, pues en España también ha habido o hay alguna que otra, que han estado transmitiendo que la evangelización que deben estar haciendo nuestras iglesias debe ser una evangelización fundamentada en el lenguaje, en la verbalización de la Palabra y, además, se podría estar usando, en muchos casos, un vocabulario que, en varios aspectos, es inentendible para nuestros coetáneos no creyentes. Hay dificultades de entendimiento, pero lo más grave es que hay problemas en el momento de mostrar la coherencia del lenguaje con el ejemplo de vida del evangelizador. Más que crítica es una constatación empírica. 

Quiero hablar hoy del lenguaje no verbal en la evangelización, tanto de nuestros entornos como en la evangelización del mundo. ¡Cómo se debería insistir en nuestras iglesias que la evangelización necesita de la coherencia que debe dar el lenguaje no verbal, el comportamiento de los creyentes, sus compromisos sociales y culturales, sus estilos de vida y prioridades! Si no cuidamos este lenguaje no verbal, es posible que nuestra verborrea esté cayendo como nieve fría en los corazones de los que, curiosamente, algún día se paran para escucharnos, como agua helada que congela los corazones de los que oyen el mensaje. No encuentran coherencia entre el lenguaje verbal y el no verbal de los creyentes.

Jesús fue un Maestro en el uso del lenguaje no verbal. Lenguaje no verbal, era su posicionamiento al lado de los que sufren, de los pobres y de los oprimidos, para desde allí, desde punto o, si se quiere, lugar teológico, lanzar sus mensajes evangelizadores. Así, como iremos viendo, el lenguaje no verbal fue determinante en la evangelización de Jesús. Un lenguaje no verbal que daba credibilidad a la verbalización que hacía de su Palabra, de la Palabra. Usaba sus gestos, modos de ser, señales, signos, dignificaciones de personas, milagros, compromisos con los débiles, alimentación de las multitudes hambrientas. ¿Podemos usar nosotros, dentro de nuestras posibilidades, usar algo de este lenguaje no verbal en la evangelización?

¿Desde que posicionamiento o lugar teológico estamos evangelizando? ¿Evangelizamos como Jesús desde el compromiso con los pobres y con los oprimidos, desde acciones concretas que son las que van a dar credibilidad a la palabra? ¿Qué ejemplos de vida dan o damos, están o estamos dando los evangelizadores? ¿Desde qué compromisos evangelizamos? ¿Qué estilos de vida estamos adoptando en el mundo? ¿Son estilos de humildad, de sencillez económica, de compromiso con los débiles, de prioridades que no se alineen con un mundo consumista? ¿Cuáles son nuestras búsquedas y trabajos por la justicia, la igualdad de todos ante Dios, la condena de los desiguales repartos de los bienes de la tierra, de las acumulaciones y de la opresión en general? ¿Pueden notar los que nos escuchan que nuestra evangelización está alineada con estos principios bíblicos que exponen, trabajan y viven tanto los profetas como Jesús, quizás el último de los profetas de relevancia en el mundo?

En Jesús se podían ver todas estas características que, en el fondo, en su evangelización, eran lenguajes no verbales totalmente afianzados por su compromiso con el mundo y con el hombre, con los últimos, con los que sufren, con los considerados como unos don nadie. Así, sí que podía tener éxito su evangelización entre las masas de gente que le seguían por la coherencia entre su mensaje y su vida. 

Pregunta: en nuestras campañas de evangelización, ¿entiende la gente que allí está también presente el compromiso de este lenguaje no verbal como un paradigma de evangelización? ¿Estamos comprometidos con el mundo, con sus problemáticas, con sus inquietudes para que la gente se pare ante nuestro mensaje verbal porque ya está avalado por las características del lenguaje no verbal? ¿Somos las manos y los pies del Señor en medio de un mundo de dolor para que, al vernos hablar y transmitir mensajes verbales, la gente se pare a escuchar porque tenemos ese respaldo de compromiso no verbal y de acción con el mundo? 

No me cabe duda de que la evangelización, como en los tiempos de Jesús, necesita ir precedida o acompañada de esos signos y señales no verbales que dan credibilidad al mensaje hablado. Debe haber toda una gramática especial en la evangelización que unifique el lenguaje verbal con el no verbal como las dos caras de una y la misma realidad evangelizadora, una sintaxis evangelizadora siguiendo los pasos del Maestro, un lenguaje evangelístico integral que unifique el lenguaje verbalizado con el lenguaje no verbal. Hay que compartir en este mundo la Palabra, la vida y el pan, entendiendo por pan ese todo activo y comprometido que es ser la mano tendida hacia el prójimo siguiendo al Maestro.

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