Semblanzas de reformadores/as (IV)
Recuperar su lugar en la historia permite asomarse a una época en que fue posible participar intensamente en la vorágine que significó reacomodar las ideas y las creencias en camino hacia la modernidad.
25 DE NOVIEMBRE DE 2016 · 06:15

Miles de nombres se entrelazaron profundamente con los impulsos reformadores en la Europa del siglo XVI. Su testimonio, que en ocasiones los llevó a la muerte, hizo de estos hombres y mujeres, protagonistas activos de un cambio que resquebrajó para siempre a la Cristiandad y abrió las puertas para nuevas formas de convivencia social y de fe.
Recuperar su lugar en la historia, a veces escrita sólo con mayúsculas, permite asomarse a una época en que fue posible participar intensamente en la vorágine que significó reacomodar las ideas y las creencias en camino hacia la modernidad.
49. Johannes Reuchlin (1455-1522)
Humanista alemán nacido en Pforzheim y muerto en Stuttgart. Luego de los estudios básicos en su ciudad natal, continuó en Friburgo, Basilea, Orleans y Poitiers. Además de artes, estudió derecho y antes de graduarse publicó un diccionario de latín en 1478. Su interés más profundo fue el griego; en 1482 comenzó su carrera jurídica en la corte del conde Eberhard V de Württemberg, donde llegó a ser juez. Es célebre como fundador de la hebraística cristiana por su gramática de 1506, además de sus obras cabalísticas. Aunque siempre fue fiel al catolicismo, junto con eruditos judíos impactó en la historiografía protestante como precursor del descubrimiento de la veritas hebraica. Sus enfrentamientos por conservar la literatura judía lo colocan en la serie de testigos de la fe cercanos a la Reforma Asimismo, fue el púnico especialista consultado que se opuso a la confiscación de los escritos judíos promovida por el converso Pfefferkon. Ello lo llevó a un juicio por herejía y en 1520 fue condenado a pagar el proceso y a callar. Polemizó contra los excesos de la piedad popular en su comedia Sergius, de 1504 (Stefan Rhein).
50. Erasmo de Rotterdam (1467-1536)
51. Hugh Latimer (1485-1555)
Reformador inglés nacido en Thurcaston y fallecido en Oxford, después de estudiar en Cambridge abrazó en 1524 la fe evangélica bajo la influencia de Thomas Bilney. Como predicador muy estimado se vio envuelto en una serie de controversias de púlpito en Cambridge y otros lugares. Apoyó el divorcio de Enrique VIII y su segundo matrimonio. En 1535 persiguió, como obispo de Worcester, un decidido proyecto de reforma contando con la ayuda de sacerdotes y vicarios con talento. Apoyó la política eclesiástica favorable a la reforma de T. Cromwell y T. Cranmer, pero renunció tras la publicación de los Seis Artículos, de Enrique VIII (1539), de marcado cariz católico. Bajo Eduardo VI regresó a la vida pública y desarrolló una fuerte actividad de predicación mediante una crítica a la nobleza por sus dispendios. Fue encarcelado cuando María I permitió en 1553 la misa. En 1554 fue llevado, junto con Cranmer y el obispo de Londres Nicholas Ridley ante el tribunal de Oxford por negar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Fue quemado junto con Ridley ().
52. Ulrich von Hutten (1488-1523)
53. Bernhard Rothman (1495-¿?)
Predicador evangélico y teólogo anabautista nacido en Westfalia y muerto en fecha y lugar desconocidos. Acudió a la escuela en Deventer y Münster, fue maestro en Warendorf y, a partir de 1529, vicario en la colegiata de St. Mauritz, cerca de Münster. Viajó a Wittenberg, Marburgo y Estrasburgo. Por sus sermones evangélicos fue expulsado por el príncipe obispo Federico von Wied, de Münster. En esa ciudad fue párroco de San Lamberto desde 1532. Tras reiniciar sus sermones evangélicos, lo hizo contra el bautismo de párvulos. Los melchoritas holandeses lo bautizaron en 1534 y después pasó a un segundo plano detrás de Jan de Leyden y Jan Matthijs, pero siguió trabajando hasta el último momento en la ciudad sitiada por las fuerzas imperiales católicas. Al caer Münster, escapó quizá a Oldenburgo. En sus textos teológicos muestra la influencia de Melanchton, Capitón, y Hoffman. Sus escritos de 1535 estuvieron dedicados a preparar la segunda venida de Cristo. La novela de Antonio Orejudo, Reconstrucción (2005), muestra muy bien la forma en que actuó desde joven (Ralf Klötzer).
54. Conrad Grebel (1498-1526)
Cofundador del movimiento anabautista de Zúrich, nacido en esa ciudad y muerto en Maienfeld. Curso estudios humanísticos en Basilea, Viena, París, y otras universidades. En 1520 regresó a Zúrich, donde se hizo seguidor de Zwinglio. En 1522 tuvo una vivencia de conversión que lo marcó profundamente. A partir de 1523 comenzó a tener diferencias con Zwinglio y la ruptura definitiva con él se produjo a raíz del primer “bautismo en la fe” (1525). “Zwinglio no comparte la urgencia que le proponen, y por su parte los radicales inician el 21 de enero de 1525 la Iglesia de creyentes. Ésta es de asociación voluntaria, libre de nexos con el Estado y practica el bautismo consciente de creyentes, es decir, se declara contraria al paidobautismo, al bautismo de infantes. También subrayan el absoluto pacifismo que debe caracterizar a los seguidores y seguidoras de Jesús. Hacen del Sermón del Monte (Mateo, capítulos 5 al 7) norma de conducta personal y grupal, pero sin pretender imponerla por la fuerza” (Carlos Martínez García). El anabautismo se difundió rápidamente gracias a su amplia labor de predicación junto con otros colegas. Debilitado por la persecución, murió víctima de la peste (Hanspeter Jecker).
55. Andreas Osiander (1498-1552)
Reformador nacido en Gunzenhausen y muerto en Königsberg. En 1515 se inscribió en la Universidad de Ingolstadt y adquirió en sus estudios humanísticos buenos conocimientos de hebreo y griego. Después de su ordenación (1520), fue docente de hebreo en Nüremberg, donde se familiarizó con los escritos de Lutero. A partir de 1522 fue predicador en St. Lorenz, donde impulsó el movimiento de Reforma hasta que en 1525, cuando representó a la parte evangélica en el Coloquio religioso, la ciudad adoptó la nueva confesión. Sus informes sirvieron para plasmar la teología de la Reforma de la ciudad frente al emperador y el imperio. Sus ordenamientos eclesiásticos (1530-1533) condujeron a fuertes tensiones con sus compañeros de ministerio. Escribió algunas obras de especulación apocalíptica y fue requerido como asesor en el Interim de Augsburgo. Luego dejó Nüremberg y partió a Königsberg para reunirse con Alberto de Brandenburgo-Anspach, su seguidor, pero tuvo problemas por ser impuesto como profesor y, posteriormente, fue condenado unánimemente por el luteranismo contemporáneo y posterior (Gottfried Seebass).
56. Juan Gil (Doctor Egidio) (1500-1555)
Predicador y, presuntamente, fundador de la comunidad protestante de Sevilla, nacido en Olvés, Zaragoza, y muerto en Sevilla. De 1525 a 1531 estudió teología en Alcalá. En 1531 llegó a ser profesor de teología en esa misma universidad y, en 1537, canónigo catedralicio en Sevilla, donde se dedicó exclusivamente a predicar y formó parte del círculo de humanistas que simpatizaban con la Reforma. Entre sus alumnos se cuentan Antonio del Corro, Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina. Inmediatamente después de su nombramiento como obispo de Tortosa (1549) fue denunciado junto con Constantino Ponce de la Fuente ante la Inquisición. Como abjuró de algunas tesis, tuvo una pena menos severa. En una revisión del proceso fue condenado en 1559 de forma póstuma como hereje y su cadáver fue exhumado y quemado. No se han conservado obras de su autoría (Fernando Domínguez). (Véase: Emilio Monjo Bellido, “El Dr. Egidio: la fuerza de la flaqueza”, en Protestante Digital, 20 de febrero de 2011, http://protestantedigital.com/magacin/11681/El_Dr_Egidio_la_fuerza_de_la_flaqueza).
57. Pietro Carnesecchi (1508-1566)
58. Elizabeth de Brunswick (Brandenburgo) (1510-1558)
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