Nosotras, las mujeres de sal
Día internacional de la Mujer, 8 de marzo. Un poema de Amelia Arellano. (selecciona Isabel Pavón)
05 DE MARZO DE 2015 · 22:25
Nosotras, las mujeres de sal
Somos las fundadoras de tormentas abruptas
Tenemos incendiada la boca y salitre en las venas.
Aprendemos lunas y enseñamos soles
Seguimos denunciando, sobre la tinta seca
La vigencia total de Sodoma y Gomorra.
Una a una han caído nuestras vestiduras.
Transgresoras, en desnudez de sal,
Seguimos nuestro norte
Mirando nuestro Sur.
Con cuchillos de viento
Han tatuado nuestra piel milenaria.
Se ha hecho carne y sangre la siembra,
Y en cada primavera llueven rosas de sal
Que cubren en tibieza el oprobio y olvido.
No somos la mujer de Lot, sin embargo, paso a paso
En danza del picaflor giramos hacia atrás
Vamos certero el rumbo, sinuosas las caderas
A parir la palabra, siempre nueva
Eternamente fiel a la memoria
El punto exacto es donde termina el arco iris.
Hemos jurado en resuellos de tiza
No olvidar un pasado engendrado
Desde la sal y el agua.
Desde la llanura de la mansedumbre.
Desde el pajonal donde esconde a vergüenza
Un sol hecho de sangre.
Desde los extensos salitrales de las monedas de oro.
Desde el Perú.
Desde Chile, Bolivia y Argentina.
Desde los Andes
Que aun miran azorados las hilachas de
Del poncho denigrado del arriero.
Desde la revolución de ríos subterráneos.
Desde el portal del trigo.
Desde el umbral del guanaco y de la llama.
Desde Hiroshima.
Mientras tanto,
El soplo universal del viento blanco sorbe espumas de mar
De nuestra boca abrupta.
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