La fuerza del honor

El honor tiene que ver con nuestra palabra y nuestro corazón. Es la base de la confianza y la amistad.

24 DE FEBRERO DE 2025 · 13:37

Imagen de <a target="_blank" href="https://unsplash.com/es/@paulina_milde_jachowska?utm_content=creditCopyText&utm_medium=referral&utm_source=unsplash">Paulina Milde-Jachowska</a> en Unsplash.,
Imagen de Paulina Milde-Jachowska en Unsplash.

"La fuerza del honor" es una película dirigida e interpretada por Alex Hendrick. Narra la historia de dos policías que tienen que luchar en situaciones difíciles, pero también enfrentar el reto más grande de sus vidas: ser padres. Merece la pena verla, ¡sin ninguna duda! son muy pocas las películas que tratan sobre el honor. 

Honor. No sólo es difícil definirlo, creo que muchos ni siquiera pueden comprender de qué estamos hablando. La cultura de nuestro llamado "primer mundo" se aleja a pasos agigantados de todo lo que tiene que ver con la fidelidad, el compromiso, la lealtad e incluso la amistad. Lo que está sucediendo es que no le damos lugar al honor porque creemos que nos hace perder muchas oportunidades y nos aleja de situaciones en las que la ganancia sería fácil y rápida; además, despierta en nuestra conciencia sensaciones y sensibilidades que no nos sirven en absoluto para triunfar en la llamada sociedad de consumo. Si alguien sabe que somos personas honradas, puede usarlo en nuestra contra, y eso es peligroso. 

Hace años, nuestros padres sellaban un trato con un sencillo apretón de manos y eso era ley: las dos partes asumían el honor de la otra persona. Hoy cuando se firma cualquier negocio, hay que pagar cantidades impresionantes a abogados para que estudien a fondo la letra pequeña de  ese contrato, porque incluso lo que uno ha firmado puede llegar a no servir para nada. Todos asumen su propio deshonor y el del otro.

Tenemos que ser claros: El honor, se tiene o no se tiene, no se puede aparentar. El honor tiene que ver con nuestra palabra y nuestro corazón. El honor es la base de la confianza y la amistad. Puedes creer que tienes cientos de amigos si todo va bien, pero sólo conoces a los que realmente son tus amigos cuando está en juego el honor. Sólo eres un amigo "como Dios manda", cuando estás dispuesto a perderlo todo, antes que la amistad. 

Muchos sufren cuando son traicionados, y es normal, porque todos somos de carne y hueso, pero una persona de honor jamás es derrotada. El que se equivoca siempre es el que traiciona, aunque aparentemente parezca ser alguien "inteligente" que ha ganado una batalla. El verdadero amigo no ve la traición, siempre espera lo mejor del otro ¡Incluso siendo engañado! De eso se trata el honor, de hacer lo correcto, de no preocuparse por lo que las circunstancias u otras personas puedan hacernos; de luchar por la amistad, aunque quién nos traicione sea uno de nuestros mejores amigos. porque el honor vive también del perdón, aunque normalmente el que traiciona jamás pueda llegar a entenderlo. Es una ley psicológica casi inapelable, que siempre se termina odiando a quien se ha ofendido.

No debemos engañarnos. Son las personas de honor las que realmente saben vivir. Los que triunfan en lo más trascendental: la Vida con mayúsculas. Cuando estemos en la presencia de Dios, nos llevaremos una de las mayores sorpresas de nuestra vida, al ver a aquellos a quienes Dios honra. No serán los que aparentemente hayan triunfado en la vida, sino aquellos a quienes Dios considera mujeres y hombres de honor.  El mundo no es digno de ellos (Cf. Hebreos 11:38).

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - La fuerza del honor