Más de un siglo de presencia evangélica en Gros (San Sebastián)
En Gros, un barrio de San Sebastián donde el primer templo evangélico se abrió hace más de un siglo, el número de cristianos evangélicos se ha multiplicado en los últimos años. Esto ha motivado que la congregación que pastorea Unai Arretxe en el barrio haya tenido que buscar un nuevo sitio donde reunirse.
SAN SEBASTIÁN · 27 DE DICIEMBRE DE 2010 · 23:00
Cuando la iglesia evangélica de Gros abrió sus puertas el pasado domingo 19 para acoger un festival de Navidad con canciones y teatro infantil, se trataba de una de sus últimas celebraciones, porque el templo se clausura en breve. Su pastor, el joven donostiarra Unai Arretxe (San Sebastián, 1978), explicó en una entrevista periodística los motivos que llevan al cierre del local que ocupan desde hace cuatro años en la Avenida de Navarra.
“Nos hemos visto desbordados por el número de personas que asisten a nuestra iglesia. Este local resultaba al principio muy grande y cuatro años después, se nos ha quedado pequeño, lo cual supone una limitación física para seguir con nuestra labor. De todos modos, antes de marcharnos tenemos que agradecer a los vecinos el que hayan sido muy abiertos y tolerantes”, expresó el pastor.
El primer templo evangélico de Gros se abrió hace más de un siglo y estaba ubicado en la calle Secundino Esnaola, frente al cine Trueba. La apertura del local de la Avenida de Navarra conecta con esa tradición evangélica en el barrio, pero a partir del 2 de enero las reuniones de los domingos se celebrarán en el auditorio del Colegio de San Ignacio. “También a ese centro tenemos que agradecer su hospitalidad y las facilidades que nos ha dado. Dispondremos de un equipamiento excelente con capacidad para 300 personas”, dijo Arretxe, admitiendo que tal ubicación en San Ignacio “será temporal, a la espera de encontrar otro espacio más apropiado”.
UNA COMUNIDAD QUE CRECE
Las instalaciones actuales tienen capacidad para unas 50 personas, pero los domingos se reúnen allí más de 100. Según informó el pastor, cada fin de semana pasan por este local 140 personas, pero no todas acuden a la misma reunión. “A lo largo del año pasado atendimos a nivel social a más de medio millar. Nos da pena movernos, pues éste era un lugar de fácil acceso y rápido de encontrar por aquellos que nos necesitan”, acotó.
El sitio que esperan encontrar para una ubicación permanente debe ser un lugar preparado para recibir a mucha gente y “preferiblemente apartado de viviendas para molestar lo menos posible, dado el carácter festivo de nuestras celebraciones, en las que solemos tener música y cantamos”, explicó el pastor. “Podría ser un antiguo supermercado, una guardería en desuso, un cine o una fábrica. Además, estamos solicitando al Ayuntamiento un terreno para usos religiosos. Madrid ha concedido tres terrenos a la iglesia evangélica. También en otras ciudades, como Sevilla y León, se han hecho concesiones similares”, dijo.
Al margen del resultado que pudiera tener esta gestión, la congregación seguirá afincada en Gros. “No podemos dejar este barrio sin su iglesia. Es donde estamos trabajando. Y si no es Gros, lo más cerca posible, en Egia, Ategorrieta o Herrera. Cuando haya noticias al respecto, las anunciaremos en www.iglesiaevangelica.info”, señaló Arretxe.
Mientras muchos templos tienen el problema de que se quedan vacíos, aquí se trata de lo contrario. A esta paradoja el pastor responde: “Es verdad que las iglesias católicas tienen el problema de la falta de gente. Nosotros tenemos la gente, pero nos faltan los espacios. Puede parecer una situación interesante. La iglesia evangélica pone mucho énfasis en la comunidad. Celebramos dos tipos de reuniones. La primera y más fuerte es la que se celebra los domingos, en la que cantamos a Dios. La otra es la que se lleva a cabo en hogares. Se forman grupos que no exceden de las 12 personas y se dan cita en casa de uno de los integrantes. Ahora mismo tenemos grupos en Gros, Egia, El Antiguo, el Centro y Oiartzun. Sólo nos falta ese espacio en el que compartir la fe”.
Tal vez porque la crisis es un momento muy adecuado para buscar a Dios, lo que hoy vive la comunidad de fe de Gros está sucediendo en otros lugares. “La nuestra es ya, después de la católica, la segunda religión más fuerte del país. En otros lugares, los locales ya no dan abasto y hay que buscar otros nuevos”, enfatizó el pastor Arretxe.
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