Maltrato de género entre adolescentes

Si el veintidós por ciento cree que es aceptable y admisible impedir que su pareja vea a sus amigas o insultarla cuando le venga en gana o provocarle miedo mediante amenazas, alguien tendrá que decirles que eso no es de recibo. Que algo más del nueve por ciento de las adolescentes asegure que ha sufrido en alguna ocasión maltrato físico o verbal por parte de sus parejas, es y debe ser preocupante. Si, como parece, más del trece por ciento de los chicos reconoce tener conductas y actitudes de maltrato, eso debiera llevarnos a algo más que sorprendernos o no sorprendernos y seguir como si tal cosa. No vamos bien, en algo fundamental y muy grave nos estamos equivocando como sociedad. Sería desacertado por parte de los adultos cargar todas las culpas en los jóvenes y no hacer nada al respecto. Hasta tendría una fuerte componente de cobardía. Tampoco sería bueno liberarles de toda su responsabilidad porque en la medida que alcanzan capacidad de decidir tienen que ser responsables de sus actos, actitudes y conductas. Y eso también abarca a sus relaciones personales y amorosas. Casi seguro que las causas son múltiples y que tanto los medios de comunicación como los políticos tienen algo que ver. También los maestros deben tener alguna cosa que decir. Pero no se puede minimizar la importancia primordial que los padres y las madres tienen en la educación de sus hijos, la transmisión de valores y la enseñanza de pautas sanas de conducta. Si los patrones de conducta machista se siguen reproduciendo en las nuevas generaciones por algún sitio habrá que empezar a romper esa cadena perversa ¿No será hipócrita censurar en los jóvenes la falta de respeto y la violencia verbal o física, cuando están viendo que ese es el estilo de sus padres en su trato mutuo? En otro orden de cosas las chicas deben saber de una vez por todas que ese tipo de conductas no mejoran con el tiempo sino más bien al contrario. Que ese chico tan atractivo y “echao-p’alante” que hoy maltrata, mañana no lo hará menos sino más y de manera más grave. Que si no te respeta es que no te quiere, que si te maltrata es que no te ama. Que conviene marcar distancias y romper las relaciones sin titubeos. Que no hay que esperar a salir en los telediarios cuando ya no tenga remedio. Que hay muchos chicos que no maltratan y esos sí que valen de verdad la pena.