Extimidad y mercadeo de lo íntimo

La intimidad ha sido —y lo sigue siendo para muchos todavía— lo más interno de cada persona, esa especie de zona espiritual o patrimonio reservado donde se concentra lo que de verdad es cada cual. Algo a preservar de amenazas exteriores de personas o instituciones con suficiente poder que pudieran violarla y dar publicidad a datos e información confidencial sin saberlo el propio interesado, sin su consentimiento y contra su voluntad.

04 DE ABRIL DE 2009 · 22:00

,
Sin embargo la postmodernidad ha modificado de manera sustancial la relación entre lo público y lo privado. La telerealidad, las redes sociales, Facebook, Tuendi, los blogs, Internet y demás han dado un vuelco impresionante al tratamiento de la intimidad hasta forzar la aparición de una nueva palabra ´Extimidad´ acuñada por Jacques Lacan aunque con un significado bien distinto al que se le da en la actualidad. Para el psicoanalista francés la extimidad tenía que ver con lo más íntimo de la persona, irreconocible para el propio sujeto porque se sitúa en un espacio mental ajeno a su consciencia. En la actualidad extimidad se refiere a hacer externa la intimidad, convertir en vivencia pública el mundo de las emociones en contra de su consideración tradicional como fenómenos íntimos. La vida privada se convierte en un espectáculo con audiencia incluida. Se cuenta lo que se quiere contar, que acostumbra a ser algo que deja en buen lugar al interesado, o así se lo parece a él. La extimidad no consiste sólo en mostrar lo que está dentro sino que, al hacerlo, se construye de otra manera lo que hay dentro de la propia persona. No siempre aparece el dinero como contraprestación aunque son evidentes los casos en que es así. Jade Goody, la joven británica que a partir de su polémica participación en el programa Big Brother mediatizó desde su cáncer de cuello de útero hasta su propia muerte pasando por la boda, el banquete y el bautizo de sus hijos, es el paradigma de la extimidad por lo menos por el momento; no sabemos lo que nos deparará el futuro. La intimidad se ha convertido en un producto más del mercado, un objeto de compraventa al que primero se apuntaron los famosos y ahora está al alcance de todo el mundo. En cualquier caso la extimidad en el sentido actual del término es, después de todo, una manera de dibujar lo más íntimo de la persona, esa parte irreconocible para uno mismo situada en el espacio mental ajeno a su propia consciencia.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cartas de un Amigo - Extimidad y mercadeo de lo íntimo