“Me encantaría que otros ‘Imperfect’ salieran en España”

Daniel Requena, pastor de la Iglesia Evangélica de Castelldefels, repasa la trayectoria del proyecto de restaurante solidario desde su creación, hace siete años, y los retos presentes.

BARCELONA
04 DE ABRIL DE 2023
19:30 CEST
Daniel Requena, pastor y promotor del restaurante Imperfect en Castelldefels./ Jonatán Soriano,
Daniel Requena, pastor y promotor del restaurante Imperfect en Castelldefels./ Jonatán Soriano

Tiempo de lectura: 14 minutos

Siete años después de su inauguración, ‘Imperfect’ sigue su particular camino de perfeccionamiento. Después de superar unos duros inicios que Daniel Requena, pastor de la Iglesia Evangélica de Castelldefels, recuerda con la imagen del “camarero cargado con muchos platos”, y tras sobrevivir al impacto de la pandemia del coronavirus que cerró la hostelería durante los meses de confinamiento, el proyecto de restaurante solidario ahora está mejor que nunca.

Con más de personas contratadas y trabajando en ‘Imperfect’, Requena reconoce que “no hay color en comparación a cuando comenzamos”. El proyecto ha ganado reconocimiento entre la población, las entidades y las instituciones de Castelldefels. “Hay varios proyectos de involucramiento en la ciudad que me apasionan”, dice.

Uno de los retos presentes es acabar de consolidar económicamente el proyecto. “A día de hoy, casi lo estamos logrando, después de siete años. Pero siempre se necesitan mecenas, empresarios, donantes y entidades que nos apoyen”, explica Requena. En la actualidad, el 37% de los ingresos provienen de la actividad derivada del restaurante. Un 20% se debe a subvenciones y ayudas, un 23% a la aportación del Ayuntamiento de Castelldefels, y otro 20% a donativos.

En cuanto al futuro, asegura que se encuentran “en un momento de escuchar a Dios a ver qué quiere hacer con el proyecto”.

 

Pregunta: ¿Cuál es la visión de ‘Imperfect’?

Respuesta: Se trata de un proyecto que existe para sacar a la persona vulnerable de la situación en la que vive. Su finalidad más importante es ayudar a las personas vulnerables, es decir, que lo están pasando mal por motivos como el desempleo, la depresión, la falta de recurso, etc. No debemos pensar únicamente en la persona que está sin vivienda y en la calle, sino que es un amplio espectro de personas que lo están pasando mal en un momento de sus vidas.

‘Imperfect’ acompaña a las personas durante un periodo aproximado de unos cuatro meses, en los cuales montamos como excusa un restaurante como proyecto en el que se puedan sentir validadas y útiles y, así, vincularlas otra vez a nuestra sociedad.

“Me encantaría que otros ‘Imperfect’ salieran en España”

P: ¿Cómo es el proceso con la persona a la que se integra en ‘Imperfect’?

R: El Ayuntamiento nos deriva a personas en situación de vulnerabilidad. No son contratadas, sino que vienen como voluntarios. Tienen un contrato de voluntariado y nos regimos por la ley del voluntariado de Cataluña, que estipula que no pueden hacer más de 39 horas mensuales. Es el Ayuntamiento el que conoce mucho mejor a esas personas y nos las recomienda. Ellos nos derivan alrededor del 90% de quienes vienen como voluntarios a este proyecto.

También hacemos convenios con diferentes entidades, casi todas del tercer sector, para que vengan a servir personas con discapacidad, o con los servicios penales de la Generalitat, para que vengan quienes han cometido delitos leves y que no entran en prisión pero que deben pagar con servicio a la comunidad.

 

P: ¿Qué seguimiento se hace luego de las personas que pasan por ‘Imperfect’?

R: El 99% de la gente que pasa por este proyecto, luego encuentran trabajo. Lo bonito de este proyecto, de hecho, es que luego se hace un seguimiento y los mismos que han sido ayudados, luego vienen a ayudar a otros. Son personas que se han sentido ayudadas en un momento crítico de sus vidas, y luego vienen a ayudar a otros. Eso es un regalo.

“Me encantaría que otros ‘Imperfect’ salieran en España”

P: Entiendo que, además de la voluntad de ayudar a personas, el proyecto tiene que tener garantías de sostenibilidad.

R: Nosotros regalamos unos 6.000 menús al año. Eso lo tiene que pagar alguien. Con los menús que vendemos no podemos hacer frente a ello. Buscar el equilibrio ha sido difícil. A día de hoy, casi lo estamos logrando, después de siete años. Pero siempre se necesitan mecenas, empresarios, donantes y entidades que nos apoyen.

Este proyecto se sostiene a sí mismo. Vendiendo menús, conseguimos que se pueda apoyar a otras personas a las que difícilmente se llegaría. Es un puzzle complejo de encajar. Comenzamos con mucho déficit los primeros años, y la Iglesia Evangélica de Castelldefels tenía que apoyar mucho al proyecto. Aunque lo sigue haciendo, porque creemos que es una visión de iglesia, ahora ya casi estamos a punto de equilibrar la situación.

 

P: ¿Un restaurante que regala menús?

R: La persona que pasa a formar parte del proyecto nos da su trabajo e ‘Imperfect’ le provee de formación y también de su comida. En estos meses de voluntariado, que varían en función de la persona, se provee de desayuno, comida y cena a quien venga. Es en ese tiempo de acompañamiento donde les conocemos, hablamos con ello y entablamos relación. Es un momento de estar a su lado. Forma parte del programa proveerles de su comida.

También ofrecemos ayuda puntual cuando el Ayuntamiento nos llama para decirnos que hay personas que necesitan comida. Cada vez más, buscamos a alguien que subvencione los menús de esas personas. Por ejemplo, al poco tiempo de comenzar la guerra en Ucrania lanzamos una campaña para que la gente se animase a pagar los menús de los refugiados que venían al restaurante a comer.

 

P: Al final, la visión de cuidar a una persona en situaciones extremas, se corresponde con la visión de la iglesia. También hay personas de la iglesia que trabajan en ‘Imperfect’. ¿Cómo es que una iglesia se mete en un proyecto así?

R: Siempre le digo a la iglesia que aunque nos costase más dinero mantener el restaurante, habría que buscarlo. Yo pagaría, y de hecho hemos pagado, por tener esto. A veces pensamos en misión pero no somos capaces de poner el dinero. La iglesia, en general, debe invertir en proyectos como este porque de una forma muy natural alcanzamos a la sociedad. La gente viene, recibe mensajes y actitudes que tienen que ver con el evangelio y nadie se siente agredido. Está penetrando en nuestra ciudad.

Hoy somos conocidos como la iglesia que tiene un restaurante o el restaurante que está en una iglesia. Al principio la gente hablaba de una iglesia que debajo tenía un restaurante y ahora es al revés. Dicen: “Sí, ahí está el restaurante, pero eso es una iglesia”. Ayudan y nos vienen a ofrecer proyectos. Es una sinergia muy bonita. La iglesia tiene que tener la visión de apoyar y poner dinero en la misión, porque los proyectos cuestan dinero.

“Me encantaría que otros ‘Imperfect’ salieran en España”

P: Durante los primeros meses de pandemia se vivió una situación especialmente difícil para el negocio de la hostelería. Recuerdo que desde 'Imperfect' iniciasteis una campaña para apoyar al restaurante en el confinamiento. ¿Cómo salisteis de todo aquello?

R: Fue muy duro porque todos los restaurantes tuvimos que cerrar. Una de nuestras principales fuentes de ingresos se cortó. Además, el Ayuntamiento dijo que como todo estaba cerrado y nosotros no teníamos a gente a la que ayudar, nos cortó también su ayuda. Castelldefels es una ciudad en la que mucha gente vive en habitaciones. Así que tuvimos que demostrarles que muchos, cuando salían de sus pisos, venían aquí a por comida porque no podían cocinar en sus casas. La gente venía aquí, cortaba el césped, hacía cualquier trabajo en nuestro edificio durante sus ratos libres, y luego comían. Nuestra media de consumo fue más elevada de lo habitual, mientras que nuestros ingresos bajaban. Fue ahí cuando lanzamos la campaña para que quienes quisieran, pudieran ayudar pagando menús.

 

P: ¿Cómo es la interacción de ‘Imperfect’ con el resto de la ciudad?

R: El restaurante es un espacio bonito, tanto físicamente como en el sentido de lo que hay detrás. Aunque no estamos en el centro del pueblo, la gente quiere venir. Se ha convertido en un lugar en el que saben que pueden comer bien, y que también cuenta con una acción social importante.Así que nos comparten proyectos y usan el espacio como sala de reuniones para compartir proyectos sociales.

Ahora estamos en un momento en el que nos llueven propuestas de proyectos a los que sumarnos. La iglesia entiende eso como un regalo de cómo, a pesar del tiempo, el testimonio y el buen hacer del proyecto está calando en la ciudad.

“Me encantaría que otros ‘Imperfect’ salieran en España”

P: ¿Cómo pueden colaborar con Imperfect los empresarios que leen esta entrevista?

R: Una o dos veces al año hacemos una cena de empresarios y hace poco tuvimos una. Les trasladaba que este proyecto se sostiene por tres grandes ejes. El primero es que la gente lo apoya y tiene un beneficio fiscal. Apoyar a entidades de utilidad pública, como la Asociación Con Pasión, en cuyo paraguas está ‘Imperfect’, ayuda fiscalmente. Cualquier donativo es bienvenido. Esta debe ser la forma de colaboración más fácil para un empresario.

Pero también se puede colaborar contratando a alguien. Tenemos proyectos de acompañar al empresario en el proceso de hacer los papeles a personas, y no solo en el mundo de la hostelería. Aquí nos vienen abogados, financieros y otro tipo de profesionales que lo están pasando mal por diferentes situaciones en su vida y utilizan el medio del restaurante para salir adelante. No es algo fácil, pero hay que ser paciente y hay que animar al gestor. Hacerle entender que esa persona es única, válida y que necesita una oportunidad. Así que acompañamos a los empresarios y les damos los recursos de orientación para que puedan hacerlo con el objetivo de darle una oportunidad a la persona.

Por último, pueden venir a comer. Leía hace poco que en los próximos diez años ninguna empresa se podrá mantener a no ser que ayude a nivel social. Es una buena marca poder decir que se está apoyando un proyecto social y promocionarlo. Entonces, apoya a ‘Imperfect’. Es una buena forma de poder enseñar a tus trabajadores y a las personas a tu cargo que apoyas un proyecto social y que no solo te enfocas en ganar dinero. Y la propuesta es venir a comer aquí porque así podemos compartir el proyecto y explicarlo a los trabajadores para que vean lo que se hace.

Últimamente nos ha pasado que algún empresario ha enviado a sus trabajadores para que sirvan un día en el restaurante y vean las dificultades que pasan otras personas.

“Me encantaría que otros ‘Imperfect’ salieran en España”

P: ¿Hacia dónde quiere avanzar ‘Imperfect’?

R: Como pastor, tengo carga por mi ciudad y hay varios proyectos de involucramiento en Castelldefels que me apasionan. Si salen adelante será un regalo para la iglesia el poder invertir ahí.

También, aunque no puedo ofrecer muchos detalles, me encantaría que otros ‘Imperfect’ salieran en España. Ahora hay una posibilidad en Madrid, y hubo una cerca de nosotros que finalmente no salió. Estamos en un momento de escuchar a Dios a ver qué quiere hacer con el proyecto. Principalmente pensamos en nuestra ciudad, pero estamos abiertos al resto de España o fuera del país.

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