(Terrassa, 1971) Soy pedagogo, periodista y escritor. Y todo, en este mismo desorden, ya que he pasado de un lado a otro con total impunidad. He trabajado y colaborado en varios periódicos (<i>Expansión, Sport, El 9 Nou, El Punt, Avui, El País</i>), y a pesar de haberlo hecho en secciones como Política o Economía, suelo presumir de haber entrevistado a Bonnie Tyler o a los Scorpions (en ambos casos hablamos de sus melenas) en revistas musicales como <i>Tierra, Popular 1 y Ruta 66</i>. Adicto a la escritura, he publicado las novelas <i>Suena Kowalski</i> (Maikalili, 2005), <i>Malas noticias</i> (Noufront-Tyndale, 2009) y <i>Pistolas al amanecer</i> (Noufront-Tyndale, 2009, coescrita junto a Daniel Jándula); he participado en el libro colectivo <i>Relatos en cadena</i> (Alfaguara, 2008) de la Cadena SER; junto a la doctora Isabel Paula, he coescrito el libro de relatos <i>El niño con autismo</i> (Milenio, 2010), y con Jordi Urbea y Moisés Martínez, <i>Recrear </i>(Plataforma, 2014). He hecho algunos pinitos televisivos (colaborando en un reportaje para TV3 y conduciendo una sección con pretensiones de tertulia humorística en el magazín Som Aquí de Canal Terrassa Vallès) y un día conseguí salir de un Ikea en menos de veinte minutos. <p></p> Soy miembro de la iglesia bautista Unida de Terrassa; colaboro con medios de comunicación cristianos como <i>Protestante Digital, Suburbios, Entrelíneas, El Eco Bautista o Presència Evangèlica</i>; con mi esposa Lydia llevo casi dos décadas involucrado en el ministerio Mefi-Boset (que trabaja con personas con discapacidad intelectual), y he coordinado varios cursos de formación de profesorado en las escuelas de la Misión Bautista en Guinea Ecuatorial (www.cronicasguineanas.blogspot.com), un trabajo que recojo en una exposición fotográfica que se dedica a recorrer el mundo. Y tenemos un hijo, Nil, un verdadero regalo que llegó el último día de Navidad del siglo XX. <p></p> Todavía escucho vinilos, colecciono dispensadores de caramelos Pez, álbumes de cromos y autógrafos de gente tan dispar como Joaquín Reyes o Quim Monzó, y estoy convencido de que algún día conoceré en persona a la escritora Amélie Nothomb, aunque no sabré qué decirle.