El historiador y la historia

Uno de los aspectos que Andrew Pettegree intenta resaltar en sus escritos es la cultura de la persuasión que se produjo por medio de la Reforma Protestante.

30 DE OCTUBRE DE 2023 · 15:35

El profesor Andrew Pettegree. / The British Academy.,
El profesor Andrew Pettegree. / The British Academy.

¡Con qué claras manifestaciones su poder nos atrae a contemplarlo!”

Institución 1.5.6.


 

Andrew Pettegree (n.1957) es quizás uno de los historiadores de la Reforma Protestante más importantes de los últimos años. Su nombre quizás no resulte familiar en el mundo de habla hispana, esto se debe en parte a que ninguno de sus escritos se ha publicado en español. Pettegree es profesor en la Universidad de Saint Andrews, en Escocia. Fue el fundador del Instituto de Estudios de la Reforma Protestante en Saint Andrews, así como director del proyecto, Universal Short Title Catalog, cuya finalidad es el reunir información sobre todos los libros publicados en Europa desde la invención de la imprenta en 1440 hasta el fin del siglo XVI, todo con el fin de que los investigadores puedan estudiar la evolución del libro y la cultura de la imprenta.

La investigación de Pettegree se centra en dos cuestiones importantes: la Imprenta y la Reforma Protestante. Dentro de la primera categoría, Pettegree ha contribuido como uno de los editores en la serie, St. Andrews Studies in Reformation History, una serie que cuenta con más de ochenta títulos, los cuales pueden consultarse aquí.

Andrew Pettegree también ha contribuido con varios títulos relacionados con la historia de la imprenta y la evolución y recepción de los libros a través de los años. Entre los títulos más relevantes en este apartado se encuentran los siguientes: The Invention of News, The Book in the Renaissance, The Bookshop of the World, The Book at War.

Con respecto a la Reforma Protestante, los estudios de Pettegree se han centrado en la influencia de la Reforma en los Países Bajos, así como en el desarrollo de la cultura de la persuasión que se produjo a partir de la Reforma Protestante iniciada en Alemania en el siglo XVI. Dentro de los libros que se destacan en este apartado podemos nombrar los siguientes títulos: Brand Luther, Emden and the Dutch Revolt, The Reformation and the Culture of Persuasion

Uno de los aspectos que Pettegree intenta resaltar en sus escritos es la cultura de la persuasión que se produjo por medio de la Reforma Protestante. Esta cultura se desarrolló a través de las traducciones de la Biblia, sermones, himnos e himnarios, catecismos, una nueva solidaridad y una cultura de pertenencia. Pasaremos a resumir los puntos mencionados.

En el siglo XVI se observa un renacimiento en la filología. Erasmo de Rotterdam edita el Nuevo Testamento en griego en 1516, el cual será el texto utilizado por los protestantes para traducir el Nuevo testamento en las lenguas vernáculas europeas. Por otra parte, Daniel Bomberg publica la Biblia Rabínica en 1517. Este texto se denominará más tarde como la Biblia de Bomberg, y será la base para las traducciones protestantes del Antiguo Testamento.

La Reforma fue una vuelta a la Biblia como palabra de Dios. Al volver a estas fuentes, los reformadores llegan a la conclusión de que el hombre puede tener comunión directa con Dios sin intermediarios.

Martín Lutero ve la necesidad de volver a las fuentes; esto es, regresar al origen en los idiomas bíblicos: hebreo, arameo y griego. Para los reformadores Dios había hablado, y se había comunicado a través de los lenguajes bíblicos. La Reforma intenta volver a una restauración, no es una innovación. Para que esta reforma tuviera lugar era importante volver a la Palabra de Dios como base.

La Reforma fue una vuelta a la Biblia como palabra de Dios, en especial a las fuentes en que fue escrita: hebreo, arameo y griego. Al volver a estas fuentes, los reformadores llegan a la conclusión de que el hombre puede tener comunión directa con Dios sin intermediarios. La doctrina de la justificación por la fe da al hombre una razón por la cual puede tener seguridad sabiendo que la obra de Cristo es completa, y que los pecados del hombre han sido pagados en su totalidad. El hombre solo debe de creer y tener confianza en que Cristo ha logrado la salvación del hombre, esto debido a que “ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1).

La doctrina de la justificación por la fe fue un impulso que ayudó a que los reformadores tradujesen la Biblia en el idioma del pueblo. Esto trajo consigo un retorno a la enseñanza de los idiomas en que los textos de la Biblia habían sido escritos. El saber que Dios ha hablado, y que esas palabras pueden ser entendidas por el pueblo en su mismo idioma es lo que provocó en todo el siglo XVI se hiciesen traducciones de la Biblia en diferentes idiomas en Europa, lo cual ayudó a predicar el evangelio a toda nación, tribu, lengua y pueblo (Apocalipsis 14:6).

Tan pronto empiezan a circular las versiones de la Biblia en lenguas vernáculas, los reformadores empiezan a predicar en un idioma que el pueblo puede entender. Martín Lutero define la importancia de esto de la siguiente manera: “Las cosas complicadas debemos de discutirlas de forma privada con gente inteligente. Yo no tengo en mente a Bugenhagen ni a Melanchton, ni a Justus Jonas en mi sermón. Ellos saben mucho más de lo que sé yo. Yo no intento predicar para ellos. Yo solamente predico para Hansie o Betsy”. Para Lutero y el movimiento de la Reforma era importante predicar con simplicidad y claridad. 

La estructura que utilizaba Lutero en sus sermones era la de usar continuamente pares de cosas opuestas: Ley/evangelio, pecado/gracia, obras/fe. Es de esta forma que las personas podían entender el mensaje que se les predicaba, al asociar pares opuestos las personas pueden tener un mejor entendimiento del mensaje. Es importante mencionar que los reformadores retoman las ideas de Cicerón con respecto a la oratoria, en la cual se detallan en tres puntos principales, y a veces a manera de silogismo, una enseñanza básica y práctica.

La forma en la cual los reformadores van a predicar es siguiendo el patrón de sección por sección, y libro por libro en la Biblia; esto es, sermones expositivos en donde se comentará todo lo relacionado en los capítulos a tratar. Entre 1519 y 1522 Zwinglio, el reformador de Zurich, predicó una serie de sermones que cubrieron el evangelio de Mateo, el libro de Hechos y varias de las Epístolas de Pablo. El sucesor de Zwinglio, Heinrich Bullinger, predicaba 6 veces por semana. Se calcula que, en sus 44 años de ministerio, Bullinger llegó a predicar cerca de 7.000 sermones, cubriendo cada libro del Antiguo y Nuevo Testamento. Juan Calvino, por su parte, llegó a predicar 286 veces al año, lo que podría dar un total de cerca de 4.000 sermones en toda su vida como predicador.

A partir de que Lutero publica su sermón sobre las indulgencias en 1518, los sermones de los predicadores del movimiento de la Reforma serían publicados en diversas ediciones de imprenta; estos sermones, así como los comentarios que se publicarían de los libros de la Biblia serían una marca de la Reforma. Para citar dos ejemplos con respecto a esto: 1) la versión inglesa de las obras de Lutero consta de 55 volúmenes en donde se encuentran publicadas sus lecciones que impartió como profesor de universidad, comentarios a libros de la Biblia, sermones, escritos devocionales, cartas, liturgia e himnos, charlas de sobremesa; 2) por otra parte, la obra de Juan Calvino consta de 59 volúmenes la cual contiene comentarios bíblicos, sermones, apuntes de sus asignaturas impartidas, cartas personales, tratados teológicos, catecismos. 

La cultura de la persuasión se reflejó en los sermones, con los cuales los reformadores trataban de persuadir a su audiencia a vivir una vida en base al conocimiento de lo que Cristo había hecho en la cruz por el hombre. El saber que Cristo me amó, y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:20), fue un mensaje de consuelo que el pueblo necesitaba escuchar.

La cultura de la persuasión se reflejó en los sermones, con que los reformadores trataban de persuadir a su audiencia a vivir una vida en base al conocimiento de lo que Cristo había hecho en la cruz.

Así como la Reforma vuelve a la Biblia como fuente de todo, es de esta misma fuente de donde brotará la base para los himnarios que se publicarán. Los reformadores tomarán como base de esto los textos que aparecen en Efesios 5:19 y en Colosenses 3:16, en donde se menciona la importancia de que la Palabra de Cristo more en nosotros con Salmos, himnos y cánticos espirituales. Martín Lutero escribirá varios himnos, algunos de ellos basados en el libro de los Salmos. El himno, Castillo fuerte es nuestro Dios, tiene como base el Salmo 46, “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”. Otro himno compuesto por Lutero, aunque menos conocido, es el que tiene como base el Salmo 130, De lo profundo clamo a ti. Por su parte, Juan Calvino también ayudó en la composición de himnos. En 1545 compone el himno, ¡Salve, Jesús, mi eterno redentor!, teniendo como base el texto de Isaías 41:14.

Otro factor importante con el que contribuyó la Reforma fue con la educación cristiana del pueblo. Martín Lutero tomó una decisión radical y audaz, al empezar a predicar y a publicar en alemán, teniendo en mente no solo a teólogos sino también al público en general, lo cual fue un golpe duro para la Iglesia Católica Romana de la época, la cual solo tenía los sermones y publicaciones en latín. Uno de los recursos que empiezan a surgir en el ámbito de la Reforma protestante es el uso de los catecismos. Los catecismos son enseñanzas en las cosas fundamentales de la fe en la forma de preguntas y respuestas. 

El catecismo, al ser introducido en forma de diálogo, crea una situación pedagógica en la cual las lecciones pueden emerger a través de la enseñanza de pregunta y respuesta. Esta forma de enseñanza es la que los reformadores adoptarían en sus tratados polémicos, en donde el tratado toma forma de un diálogo entre al menos dos personas. Al formar un diálogo, el material del catecismo puede ser entendido de una forma más sencilla que la mera repetición de un texto extendido. Las intervenciones del profesor también proveían oportunidades para resumir el tema, o para reorientar al estudiante en un tema nuevo.

Los reformadores intentaron persuadir por medio de catecismos, con los cuales inculcaron enseñanzas elementales en la población sobre cuestiones de fe y práctica. Hubo un gran esfuerzo en poner las enseñanzas básicas de la fe protestante en forma de preguntas y respuestas, todo esto con el fin de enseñar que Jesucristo es el único consuelo tanto en la vida como en la muerte(Respuesta a la pregunta 1 del catecismo de Heidelberg).

Los reformadores también contribuyen a la formación teológica de los futuros ministros de culto del movimiento. Martín Lutero fue profesor de teología en la universidad de Wittenberg, el cual fue un semillero de teólogos alemanes en el siglo XVI. En Inglaterra, el arzobispo anglicano Thomas Cranmer procura llevar a teólogos reformados europeos a enseñar teología en las universidades de Oxford y Cambridge. Por su parte, en Ginebra se funda una academia en donde se forman futuros pastores y misioneros de diversas partes del mundo.

Las misiones protestantes empiezan a surgir dentro del territorio europeo. Varios teólogos alemanes irán a los países nórdicos a predicar las doctrinas de la justificación por la fe. En la ciudad de Ginebra recibirán enseñanza teológica personas que irán a sus países de origen a llevar las enseñanzas aprendidas. Uno de estos estudiantes de Ginebra fue Guido de Bres, el cual fue el redactor de la Confesión Belga de Fe, la cual sigue utilizándose como resumen de fe en diversas iglesias de tradición reformada en el mundo.

Fue tal el entusiasmo por las ideas de la Reforma, así como por fomentar una cultura de persuasión, la cual procura llevar a una transformación del hombre y la sociedad, que en 1557 se intenta llevar las doctrinas protestantes a lo que ahora se conoce como el país de Brasil. En ese año 14 personas de Ginebra zarpan para el Nuevo Mundo con la idea de evangelizar el país. A pesar de que no se obtuvo el resultado esperado, podemos ver el esfuerzo de llevar las enseñanzas protestantes más allá del continente europeo.

Otro medio de difusión que ayudó en la cultura de persuasión fue la distribución de pequeños tratados teológicos. Lutero se valió de la ayuda del artista Lucas Cranach, el cuál fue el encargado de ilustrar muchos de estos tratados con la finalidad de causar un impacto visual en los lectores. Lutero entendió que era importante poner palabras e ideas en forma de ilustración en la imprenta. Para Lutero era muy importante el elemento estético en el libro. Lutero apreciaba la calidad del diseño en el cual su mensaje tenía que ser presentado para mostrar veracidad y respetabilidad en lo que intentaba transmitir. Fue tal la ayuda de Cranach, así como de la imprenta, lo que contribuyó a una mayor difusión de las ideas de Lutero, y también a un mejor medio de comunicación con las iglesias que fueron emergiendo del movimiento protestante.

Uno de los aspectos menos mencionados respecto a la Reforma Protestante es la nueva solidaridad que se desarrolló en Europa. Este aspecto se puede ver en la ayuda mutua que se realizó a través de los movimientos migratorios a causa de la persecución religiosa, en donde ciudades como Ginebra, Emden y Londres llegaron a ser refugio para protestantes perseguidos.

La ciudad de Ginebra fue muy ponto un lugar a donde llegaron los protestantes franceses perseguidos. Juan Calvino fue un francés que encontró refugio en esta ciudad. Desde su llegada a Ginebra, Calvino puso énfasis en ayudar a otras personas que enfrentaban persecución. Una de estas personas fue John Knox, escocés que sería alumno suyo y el cual llevaría las ideas de Calvino a Escocia.

Por otra parte, Emden fue una ciudad de refugio para los neerlandeses. Desde esa ciudad se empezó la revuelta que traería la liberación de las provincias del norte de los Países Bajos, las cuales se declararían protestantes. Esta ciudad llegó a ser un centro del protestantismo reformado, produciendo la primera traducción completa de la Biblia al idioma neerlandés.

Londres llegó a ser refugio para los protestantes perseguidos durante los reinados de Eduardo VI (1547-1553) e Isabel I de Inglaterra (1558-1603). Es durante el reinado de Eduardo VI en donde empiezan a llegar a Inglaterra teólogos como Martin Bucero, Francisco de Enzinas, Pedro Mártir Vermigli, los cuales serían de gran ayuda en la formación de la teología de la iglesia de Inglaterra, tanto en la formación del libro de oración común como en lo que después llegarían a ser los 39 artículos de fe de la iglesia anglicana.

La Reforma trajo consigo movimientos nacionales, en donde de forma casi inmediata se fueron desarrollando identidades lingüísticas y culturales.

Un elemento más que podemos ver es el desarrollo de una cultura de pertenencia. Al comienzo del movimiento, estos elementos lingüísticos y culturales causaron tal impacto, que desembocaron en una pertenencia dentro de las diversas tradiciones que fueron emergiendo.

Esta cultura de pertenencia la podemos ver en el desarrollo litúrgico de las iglesias. El tener la Palabra de Dios en el idioma del pueblo, con comentarios de los libros de la Biblia accesibles, con un catecismo e himnos en el mismo idioma, ayudan a desarrollar una identidad. Esta identidad afirma a las personas a sentirse anglicanas, luteranas y reformadas. Y esto trajo consigo tradiciones dentro del mismo movimiento, como podemos ver en la liturgia del libro de oración común de la Iglesia de Inglaterra, en las enseñanzas en 52 semanas del catecismo de Heidelberg en las iglesias reformadas, o en la adoración en el culto luterano.

Lo que hemos mencionado forma parte del legado de Andrew Pettegree. Oremos para que el Señor siga levantando historiadores que nos puedan mostrar la historia y la importancia de la cultura de la persuasión que trajo consigo la Reforma Protestante.

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