Kort, Latzel y Räsänen: vencer las acusaciones de homofobia en Europa

Tres cristianos en tres países europeos han sido absueltos de las acusaciones de incitación al odio contra los homosexuales. En estos casos hay similitudes de interés. Por Addy de Jong.

01 DE JUNIO DE 2022 · 20:27

El reverendo A. Kort (Países Bajos), el pastor O. Latzel (Alemania) y la parlamentaria P. Räsänen (Finlandia). / Fotos: H. P. Dekker RD / EKD Hannover / M. Korhonen.,
El reverendo A. Kort (Países Bajos), el pastor O. Latzel (Alemania) y la parlamentaria P. Räsänen (Finlandia). / Fotos: H. P. Dekker RD / EKD Hannover / M. Korhonen.

Los expertos judiciales siempre dirán a los legos: no comparen un caso con otro demasiado rápido. Cada proceso es diferente. Casi siempre, el contexto difiere. Los detalles o pequeñas diferencias en los matices pueden llevar una vez a un veredicto de culpabilidad y en otra ocasión a una absolución. Además, los sistemas judiciales también difieren según el país, también dentro de Europa.

Por ello, los cargos contra el reverendo A. Kort (Países Bajos) y el desarrollo de su caso no son una copia del caso contra el pastor Olaf Latzel (Alemania). Y que el caso contra la política finlandesa Päivi Räsänen terminara en absolución del cargo de incitación de odio a los homosexuales no garantiza que el caso similar contra el pastor de Bremen termine igual. Las cosas no son tan fáciles.

Con razón, Gerrit van den Brink, un experto judicial, advierte en el diario holandés Reformatorisch Dagblad de no sacar demasiadas conclusiones de una o unas pocas audiencias judiciales. Señala que las audiencias son siempre sobre “una declaración específica en un contexto específico por parte de una persona específica”. El caso contra el pastor Latzel podría haber tenido un final diferente si lo hubiera examinado otro juez. E incluso si Räsänen hubiera sido condenada, no podríamos haber concluido que los finlandeses no podrían hacer declaraciones sobre la homosexualidad basadas en la Biblia, dice Van den Brink.

Sin embargo, dicho todo esto, nadie puede haber pasado por alto que los tres casos mencionados anteriormente, en los Países Bajos, Alemania y Finlandia, muestran notables similitudes. Y los tres terminaron de la misma manera, es decir, en absolución o abstención de procesamiento. A continuación señalo cuatro puntos de inconfundible similitud:

 

1. Tres cristianos ortodoxos

Sí, si te fijas bien, verás que los tres difieren mucho entre sí. Dos son pastores y una es política (aunque se casó con un pastor luterano). Los miembros de la denominación de Reverendo Kort tendrían problemas con una mujer que sigue una carrera intensiva en política como lo hizo Päivi Räsänen. La madre de cinco hijos y diez nietos no solo fue líder de los demócratas finlandeses (de 2004 a 2015) sino también ministra de Interior (de 2011 a 2015) y actualmente es líder de la fracción de los demócrata cristianos en el parlamento finlandés.

Además, los contextos religiosos de los tres acusados ​​también difieren. Un clip de YouTube de un sermón del pastor Latzel el 18 de febrero en la congregación menonita de Irlich termina con un llamado a pasar al frente después del sermón si uno quiere entregar su corazón a Jesús. Al escuchar tales palabras, los miembros de la congregación reformada del reverendo Kort no se sentirían muy a gusto.

Pero quien lo mira desde una perspectiva más amplia puede apreciar a tres cristianos que, desde la fe personal, quieren tomar en serio la Biblia como Palabra del Dios vivo, también en el ámbito de las relaciones y de la sexualidad; cristianos que leen las Escrituras sobre estos temas de la misma manera que la iglesia cristiana lo ha hecho durante siglos.

Son cristianos que, independientemente de su oficio o posición, experimentan un fuerte llamado a expresar públicamente su visión sobre este tema, incluida la homosexualidad. Porque comparten la opinión de que esta visión no solo es importante para ellos sino para el bien de toda la sociedad, y los tres han sido criticados por sus declaraciones.

 

2. Tres acusaciones similares

Es cierto que el tono y el vocabulario de las tres personas difieren. Sin duda, el pastor Latzel usó las palabras más fuertes. En su seminario sobre matrimonio en 2019, clasificó las expresiones de homosexualidad como “formas degenerativas de la sociedad”, habló sobre el “lobby homosexual diabólico” y llamó a la ideología de género (dependiendo de cómo se traduzca el término alemán) "estiércol", “basura”, o “inmundicia”.

Al igual que el pastor de Bremen, el reverendo Kort se refirió al orden de la creación pero fue más cuidadoso con sus palabras. En una carta al ayuntamiento de su ciudad natal, Krimpen aan den IJssel, escribió sobre “denunciar los pecados” que deben ser “prohibidos”.

Räsänen le preguntó a la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia en Twitter en 2019 si apoyar financieramente la Semana del Orgullo LGBTI era lo correcto. “¿Cómo puede conciliarse el fundamento doctrinal de la iglesia, la Biblia, con promover el pecado y la vergüenza como motivo de orgullo?”, tuiteó mientras agregaba una imagen de Romanos 1, 24-17.

Pero a pesar de las diferencias de tono, los tres casos trataban de lo mismo. Los tres criticaron la visión dominante sobre la sexualidad con la Biblia en sus manos. Eso fue etiquetado por parte de diversos actores como discriminación, demonización de homosexuales y LGTBI e incitación al odio. Y las mismas declaraciones los llevaron a acusaciones oficiales.

A estas acusaciones se añadieron causas que añadió la fiscalía, como lo hizo la fiscal en el caso Latzel. Según ella, el pastor “negaba a los homosexuales el derecho a participar por igual en la vida pública”, “incitó al odio contra los homosexuales”, e incluso violó su "dignidad humana”.

 

3. El mismo acusador en los tres casos

No, la denominación reformada no acusó al reverendo Kort de su carta al consejo de la ciudad. En ese sentido, la situación difería del pastor alemán Latzel y de la finlandesa Räsänen. El pastor de Bremen fue acusado por su iglesia, la Iglesia protestante de Alemania (EKD). Además, Räsänen se enfrentó a su denominación, la Iglesia Evangélica Luterana, a la que había criticado en su polémico tuit. Uno de sus acusadores era un teólogo luterano.

Sin embargo, una similitud entre los tres casos ha sido el hecho de que el lobby gay se presentó como la parte insultada y denunciante. En Bremen, uno de los organizadores del orgullo gay anual, a menudo llamado “Christopher Street Day” (referencia a Christopher Street en Manhattan, donde muchos homosexuales protestaron contra las acciones policiales). En Finlandia, también una de las acusaciones provino de este bloque. En los Países Bajos, el activista gay Leon Houtzager quería procesar al reverendo Kort. Houtzager es un ex miembro del consejo civil del partido liberal VVD en Krimpen aan den IJssel y miembro de la junta de la organización holandesa COC que propaga los derechos LGBT en su ciudad natal, Schiedam. El activista gay contó con el apoyo de Tim Hofman, un conocido periodista en los Países Bajos.

Y no se debe subestimar el papel del famoso abogado Gerard Spong en el caso holandés. Spong se identifica como bisexual y cohabita con un hombre. Apoyó con dedicación a Houtzager cuando el activista presentó una denuncia ante el fiscal holandés, porque el fiscal no quería iniciar un caso contra el pastor reformado.

 

4. Protegidos por la Constitución

Hay algunas diferencias menores con respecto al proceso judicial. Los querellantes en el caso de Reverendo Kort fueron los que menos llegaron. El fiscal calificó de inmediato las declaraciones del ministro como parte de su libertad de religión y de expresión. Por lo tanto, el fiscal se negó a procesarlo. Houtzager activó entonces un procedimiento especial para apelar la decisión del fiscal. Pero también, ese intento fue en vano. Por lo tanto, no ha habido una audiencia judicial real en el caso de Kort.

El lobby gay en Finlandia tuvo más éxito. Pudieron iniciar una audiencia judicial oficial contra Païvï Räsänen. Sin embargo, fue absuelta, también por motivos de libertad religiosa y libertad de expresión.

El lobby homosexual en Alemania fue el que más logró. El pastor Latzel fue inicialmente condenado por incitación al odio por el Amtsgericht Bremen, que lo condenó a una multa de 8.100 euros. Sin embargo, el Landgericht Bremen deshizo esa sentencia. Este tribunal superior dijo que las declaraciones del pastor están clasificadas bajo la libertad de expresión y religión.

¿Cuál es la situación actual? El caso del reverendo Kort parece estar definitivamente cerrado. Ese caso ha terminado. En el caso de Räsänen, el fiscal interpuso recurso de apelación. Ese proceso tiene que empezar todavía. Asimismo, en Bremen, la oposición solicitó un recurso. Por lo tanto, dos de los tres casos aún tienen recorrido.

 

“La justicia no quiere silenciar el debate público”

Hasta el momento, en tres casos diferentes en tres países diferentes de Europa occidental, el poder judicial no ha condenado a cristianos que, basados ​​en la Biblia, se mostraron críticos con la homosexualidad. A Kort, Latzel y Räsänen se les ha permitido decir lo que decían. En cada uno de estos casos, el derecho constitucional fue decisivo: a pesar de la prohibición de la discriminación, los derechos de libertad de expresión y religión fueron cruciales.

“Eso es gratificante”, dice el doctor Matthijs de Blois. Hasta 2017, De Blois fue letrado en la Universidad de Utrecht. “El juez ha resistido la tentación de silenciar el debate social sobre temas sensibles con el derecho penal. Creo que es una buena decisión. Ahora, el debate social puede continuar sin la amenaza de un proceso penal”.

El profesor Paul van Sasse van IJsselt comparte esa opinión sobre estos casos. “Parece que los jueces no tienen ganas de aplicar el código penal con demasiada precipitación en este tipo de casos”, dice el experto en justicia y religión. “Creo que los tres casos muestran la visión general del poder judicial sobre su papel. En el caso de Latzel o Räsänen, los jueces no dicen que todo lo que dijeron está bien. Sin embargo, no sienten la necesidad de sancionar estas declaraciones con multas o incluso con penas de prisión. Estoy de acuerdo con ese enfoque. Un debate social abierto es oxígeno para nuestra democracia”.

Sin embargo, el experto quiere añadir un contrapeso: “A mi modo de ver, este enfoque significa que, si la libertad de expresión dentro del debate social se mantiene como hasta ahora, también debería permitirse decir muchas cosas sobre la fe y los creyentes, aunque estas expresiones también pueden experimentarse como hirientes”. Esto último no significa que “las personas de ambos lados estén exentas de su responsabilidad de pensar cuidadosamente sus palabras. Ofender no es una virtud”.

Algunos dicen que el derecho constitucional de la libertad de religión da a los creyentes más libertad para decir cosas que a los no creyentes. Sin embargo, a ambos expertos no les impresiona esa afirmación. De Blois: “Sí, la libertad de religión es, en principio, sólo para los creyentes. Pero un no creyente puede convertirse en creyente”. Paul Van Sasse van IJsselt añade que “quien no va a las manifestaciones no hace uso de su derecho a protestar. Pero eso no significa que este derecho sea sólo un privilegio para un determinado grupo de ciudadanos”.

A pesar de la presión que pueda despertarse por lo tanto en contra de la libertad de religión en el marco de las constituciones, estos expertos no creen que se pueda llegar a una situación de presión contraria a este derecho.

De Blois cree que “hay muy buenos argumentos para afirmar que la libertad de religión es un valor independiente, que la combinación de algunos otros derechos no puede reemplazar. El derecho a la libertad de religión tiene su propio dominio, incluidos temas como la circuncisión masculina o el sacrificio ritual”.

Para Van Sasse van IJsselt “la libertad de religión es en realidad la madre de todos los demás derechos y libertades. Este derecho constitucional ha sido parte de muchos acuerdos internacionales a los que los Países Bajos y otros países europeos han estado obligados en un sentido práctico y judicial, por lo que sería muy difícil borrar o limitar el derecho”.

 

Addy de Jong es periodista del medio neerlandés Reformatorisch Dagblatt.

Este artículo apareció por primera vez en inglés en el medio de noticias Christian Network Europe y se ha traducido y publicado con permiso.

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