La Dama de la Lámpara: Florence Nightingale y el legado de la familia Fliedner
La Fundación Fliedner cumple 150 años, un aniversario que coincide con el bicentenario de la alumna más célebre de Theodor Fliedner.
13 DE MAYO DE 2020 · 20:07
La actividad pastoral consta de facetas muy variadas, entre ellas el cuidado de los enfermos, y si algo ha demostrado la pandemia del coronavirus es la labor sacrificada del personal sanitario cuya valentía ha asombrado al resto de la sociedad. Muchos de ellos han enfermado o perdido la vida, pero esto no ha impedido que miles de hombres y mujeres en todo el mundo se hayan ofrecido como voluntarios para sustituirlos.
Este año se conmemora el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale (1820-1910), una figura pionera en la enfermería cuyo visionario empeño en favor de la higiene y de otras mejoras sanitarias afectó enormemente a las políticas de los siglos XIX y XX en el ámbito de la atención médica. Su nombre es conocido en todo el mundo. Lo que se conoce menos es el vínculo que la une con España.
Florence Nightingale nació en Florencia, Italia, (de ahí su nombre), la menor de dos hijos. Su acaudalada familia pertenecía a círculos sociales de élite. El padre de Florence, William Nightingale, era un rico terrateniente que proporcionó a su hija una educación clásica, incluyendo estudios en alemán, francés e italiano. Su madre, Frances, provenía de una familia de prósperos comerciantes y se enorgullecía de su relación con gente de posición social prominente.
Desde muy joven, Florence sintió preocupación por los enfermos y pobres en el pueblo vecino a la finca de su familia en Inglaterra. A los 16 años, ya tenía claro cuál era su vocación, y, muy en contra de la voluntad de sus padres, decidió dedicarse a la enfermería, una profesión considerada servil a la sazón.
Cuando Florence tenía 17 años, rechazó una propuesta de matrimonio de un caballero muy «apropiado», y decidió seguir su vocación a pesar de las objeciones de sus padres. En 1841 Florence visitó el Hospital Luterano del Pastor Theodor Fliedner en Kaiserswerth, Alemania. En 1850 pasó una temporada allí como estudiante de enfermería.
Siguiendo el modelo de diaconado de la Iglesia cristiana primitiva, Theodor Fliedner desarrolló un plan para que mujeres jóvenes cuidasen de enfermos necesitados. Para ello, creó en 1836 Kaiserswerther Diakonie, un instituto en el que las mujeres pudieran aprender tanto teología como enfermería. El rigor y la disciplina y, sobre todo, el espíritu cristiano y alta exigencia ética y moral del centro, impresionaron a Florence, y la experiencia marcó el resto de su vida.
El legado educativo de Theodor Fliedner llegó a España cuando su hijo Fritz (conocido como Federico Fliedner) se estableció en Madrid en noviembre de 1870. Federico Fliedner (1845–1901) fue teólogo, pastor, misionero, filántropo, educador y maestro, periodista, editor, escritor y poeta evangélico. Después de sus estudios teológicos (se doctoró en Tubinga en 1867) ejerció como maestro rural en una escuela en Hilden en 1868.
Federico Fliedner vino a España en marzo de 1869 al promulgarse la libertad de cultos. Al año siguiente fue ordenado pastor y enviado como «agente» de los Comités Alemanes de Ayuda al Evangelio en España. Se estableció en Madrid el 9 de noviembre de 1870 y fue nombrado capellán de la legación del Imperio Germano en Madrid. Al terminar el bachillerato estudió medicina en la Universidad Central. Asistió a la iglesia de Jesús, en la calle Calatrava de Madrid, donde colaboró en la tarea pastoral.
En 1880 adquirió una casa en ruinas en El Escorial donde se había alojado Felipe II y la reconstruyó instalando un hospicio para huérfanos y una escuela, la ‘Casa de Paz’. Viajó incansablemente para ayudar a grupos evangélicos de provincias, y fundó una escuela en cada congregación para elevar el nivel cultural de las iglesias.
En 1873 Federico Fliedner fundó la Librería Nacional y Extranjera, una editorial de amplio fondo con obras literarias, libros de texto y publicaciones periódicas, que llegaría a ser la Librería Calatrava. Entre estas destacan El Amigo de la Infancia, conocido por Miguel de Unamuno, que se publicó de 1874 a 1939, y la ‘Revista Cristiana’, un periódico científico y religioso. Escribió biografías de David Livingstone y Martín Lutero entre otros, y adaptó la letra de una treintena de himnos, algunos muy conocidos como ‘Cabeza ensangrentada’, ‘Alma, bendice al Señor’, ‘Noche de paz’, y ‘Oíd un son en alta esfera.’
Al llegar a Madrid, Federico Fliedner había recibido instrucciones muy claras:
Ayudar a las iglesias evangélicas de España surgidas durante la segunda mitad del siglo XIX, a crecer de modo orgánico, proporcionándoles sólida educación y mejorando su capacidad organizativa alentando la colaboración de todos los evangélicos.
Fruto de esta misión, Federico Fliedner inauguró, junto con su esposa, la escocesa Juana Brown, el Colegio El Porvenir, en Madrid, el 31 de octubre de 1897, día de la Reforma.
Para llevar a cabo su visión Federico Fliedner adquirió terrenos en el barrio de Chamberí. Aunque ningún arquitecto español quiso hacerse cargo del proyecto, un prestigioso arquitecto alsaciano, Joachim Kramer, aceptó la construcción de El Porvenir (1892-1897). El mismo arquitecto trabajó en los edificios de la Institución Libre de Enseñanza. Pese a las reticencias de la sociedad, y múltiples problemas en la ejecución del proyecto, Federico Fliedner logró sacarlo adelante con el apoyo personal y político del Primer Ministro, Cánovas del Castillo, y del Alcalde de Madrid, el Conde de Romanones.
La Fundación Fliedner cumple 150 años, un aniversario que coincide con el bicentenario de la alumna más célebre de Theodor Fliedner. Una feliz coincidencia, digna de celebración.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Actualidad - La Dama de la Lámpara: Florence Nightingale y el legado de la familia Fliedner