Beach 2015: vidas cambiadas por Jesús

Del 10 al 16 de agosto se celebró el Festival Estruendo Beach 2015, que por tercer año consecutivo convocó a dos centenares de jóvenes y familias que disfrutaron de un programa con exposiciones bíblicas, devocionales, música y deporte.

Finalizada la tercera edición de Beach en Ribeira (La Coruña) toca, sobre todo, cuidar los frutos obtenidos. Tras una semana intensa de festival con más de 200 participantes y una programación que integraba actividades devocionales y recreativas sólo podemos decir que Beach 2015 ha supuesto una enorme experiencia para todos los asistentes. Una experiencia de compañerismo, una experiencia de crecimiento espiritual y una experiencia evangelística para muchos de los presentes, para los siete equipos del pueblo que participaron en nuestro torneo de fútbol e incluso y para los empleados del camping y vecinos del lugar que presenciaban admirados las reuniones y asistían a nuestros conciertos.

Desde la mañana hasta la noche el Espíritu de Dios no dejó de obrar de forma profunda entre los presentes, y hasta el día de hoy (una semana después del evento) nos siguen llegando testimonios de personas interesadas en bautizarse, en iniciar discipulados, en volver a los caminos del Señor o de iniciarse en ellos. Testimonios como el de Juan, un joven que trabajaba en el camping y que decidió acercarse a una de las reuniones matutinas, al terminar entregó su vida a Cristo y ya nos acompañó hasta el final del evento.

Como éste podríamos enumerar muchos más casos por los que sólo podemos glorificar al Señor y disponernos para cuidar de los frutos que Él nos ha entregado.

Como siempre agradecemos a todos los que han hecho posible esta edición, a artistas como 24/7 (Aitor de la Cámara), Kike Pavón, Marcos Cruz, Marcos Martins y Praxiz. A los conferenciantes Itiel Arroyo, Helder Favarin y Andrés Pérez. A los ministerios que han apoyado como el MEM, la UBNO y IBN. A los técnicos como Julian Candón, Daniel Laborda y todo el equipo de Sonoros. A todos los asistentes, a los colaboradores y a la organización de Estruendo. A todos muchas gracias y a nuestro Señor toda la gloria.

David Conde