¡No me des la espalda!

Sara Rivas

29 DE OCTUBRE DE 2012 · 23:00

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Sobre Amanda Todd y el bullyingNo tengo a nadie, necesito a alguien. Soy Amanda Todd “. Fueron sus últimas palabras después de haber explicado su desafortunada historia de cómo un error en manos de la persona equivocada hizo de su vida un infierno. Sola, sin nadie, siempre escuchando a sus espaldas y delante de su cara, por las redes sociales, en todas partes que ella no importaba a nadie, que no era nadie, que nunca iba a tener a nadie, que era una fracasada. Las palabras tienen poder de vida y de muerte, y en su caso hicieron un efecto literal. Muchos de nosotros habremos visto en nuestras escuelas e institutos situaciones parecidas con alguien de nuestra clase; el típico del que todos se ríen, el típico del que todos se aprovechan o abusan verbal o físicamente. ¿Cuántas veces hemos sido parte de eso? Seguramente diremos que nunca, pero cuando las personas no son parte de la solución son parte del problema. ¿Cuántas veces hemos salido a defender? ¿Cuántas nos hemos acercado a la víctima? ¿Cuántas veces hemos hablado por ella? Amanda nunca tuvo a nadie que la defendiera, y mucho menos que se le acercara. ¿A nosotros qué nos cuesta? Quizá sea el precio de salvar una vida. Somos llamados a hablar por aquellos que no pueden y defender al indefenso; a declarar y vivir justicia en nuestros entornos. El bullying es cosa seria. No dejemos que la vergüenza o el qué dirán determinen nuestras acciones, porque Dios no nos ha dado un espíritu de timidez o cobardía, sino de poder y de amor (2 Timoteo 1:7). Si Amanda Todd hubiera tenido tan sólo una persona que se preocupara por ella, una sola, eso hubiera marcado la diferencia. Si ella hubiera estado en tu instituto, ¿hubieras contestado a su grito de desesperación ‘’no tengo a nadie, necesito a alguien”? ¿Hay alguien como Amanda en tu clase? Contra el bullying, tolerancia cero. ¿Vas a quedarte parad@?

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