Vacaciones en Irlanda

Josep Rivas Jordá

25 DE AGOSTO DE 2011 · 22:00

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	Irlanda</p>
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Irlanda

Este verano he hecho unas últimas vacaciones en familia, no porque yo vaya a irme, sino porque mis dos hermanas se casan pronto. Han sido en un país extranjero fuera de la península, porque ya habíamos estado en Portugal y en Andorra. ¡Esta vez fuimos a Irlanda! Era la primera ocasión que salíamos a un país como éste, y al principio uno se asusta un poco pensando: “Este país es diferente, entre la cultura, el horario para hacer las cosas (comer a las 12 del mediodía, ¿a quién se le ocurre?), el tipo de comida...”. Uno se vuelve loco. Bueno sigamos. Al llegar ya a la capital, Dublín, nos perdimos desde el principio, y nos sorprendió que, estando en el coche, un conductor, extranjero para mí (porque la verdad es que los irlandeses tienen una pinta de extranjeros que no se pueden quitar de encima), nos preguntó si nos habíamos perdido… Rebobinemos: ¿Que un señor nos pregunte si nos habíamos perdido? Pues sí, eso nos preguntó. Quedamos sorprendidos, ya que esto, en España, sólo nos ha pasado un par de veces en toda una vida. Este señor nos dijo que le siguiéramos con el coche. Por cierto, me he olvidado decir que tienen el volante en el otro lado, otra locura de aquella gente. Mientras el conductor iba tan tranquilo por la cuidad, mi padre estaba totalmente alerta a cualquier movimiento porque, además de lo del volante que acabo de mencionar, no conformes con eso, encima conducen por el carril izquierdo. Bueno, sigo porque veo que me estoy yendo por los cerros de Úbeda. Aquel señor nos guió hasta donde pudo, ya que su ruta era otra. Le dimos las gracias y nos dio unas cuantas indicaciones más. Al minuto ya nos habíamos vuelto a perder, como era de esperar, pero nos volvió a sorprender que, mientras estábamos parados mirando el mapa, un peatón de unos treinta y pocos años también se parara para indicarnos el camino hasta nuestro destino. Nos pidió un papel o algo donde escribir. Le dimos lo que pedía y empezó a dibujar. Nos dibujó un pequeño croquis del itinerario y nos dio muchas explicaciones. Le dimos también las gracias y seguimos con nuestra aventura. La cuestión es que no debimos seguir del todo correctamente las indicaciones, pero en vez de perdernos otra vez, sólo nos pasamos un poco y pudimos encontrar nuestro destino. Como os habréis dado cuenta, lo que más me ha llamado la atención ha sido la actitud de estos dos hombres. Quiero decir que estaría bien que fuésemos un poco más como ellos en esta disposición de ayuda a los demás, incluso siendo perfectos desconocidos. Espero que los que leáis esta corta reflexión os animéis a hacer lo que estos dos hombres por mi familia. Ésta es mi humilde sugerencia.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Magacin - <em>Vacaciones en Irlanda</em>