¡Ateos en la práctica!

Hay una gran diferencia entre estar convencido de ser un cristiano y realmente estar convertido a Cristo.

Argentina · 11 DE NOVIEMBRE DE 2019 · 18:12

Imagen de ericbarns en Pixabay ,
Imagen de ericbarns en Pixabay

“Solo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno!” (Salmos 14:1)

La  palabra ateo tiene su origen en el latín ateus (athĕus), y en el griego atheos (ἄθεος), formado por el prefijo sin- y theos que significa “Dios”. Por lo tanto la palabra ateo significa “sin Dios” y se aplica a las personas que niegan la existencia de Dios, que tienen la convicción de que Dios no existe.

Si bien el porcentaje de personas que dicen ser ateas va en aumento, las cifras aún son pequeñas. El gran porcentaje de nuestra sociedad se identifica con el cristianismo, y dice creer en la existencia de Dios. Pero si salimos a la calle y hacemos encuestas preguntándoles a hombres y a mujeres con que regularidad leen y estudian la Biblia, oran al Señor o se congregan en una iglesia cristiana, nos encontraríamos con afirmaciones tales como: “No leo la Biblia”, “Oro en determinadas ocasiones”, “No necesito ir a la iglesia, son todos hipócritas”, “Yo soy una buena persona, no le hago mal a nadie”, “Yo creo en Dios a mi manera”…

Quien no lee y estudia la Biblia, quien no ora al Señor y no se congrega, muy difícilmente es un cristiano: es un verdadero ateo en la práctica, por más que diga teóricamente creer en Dios. Creer en Dios a nuestra manera y a nuestro antojo es crear un dios falso en nuestra mente, y es idolatría.

Quienes a pesar de leer la Biblia y de congregarse en una iglesia viven el día a día como si Dios no existiera, desobedeciéndolo abierta y continuamente, también son ateos en su diario vivir, por su forma de pensar y actuar. De este grupo advirtió Jesús cuando dijo: “No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre, expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. Pero yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios.” (Mateo 7:21-23)

Quizás tendrías que preguntarte si en la práctica, a través de tus acciones sos un verdadero ateo o un cristiano verdadero que hace la voluntad de Dios, obedeciéndolo en todo, y dando evidencias de buenos frutos en la vida diaria. Dijo Jesús “…de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones.” (Mateo 7:15-20)

¡Hay una gran diferencia entre “estar convencido de ser un cristiano” y “realmente estar convertido a Cristo”! Esperamos que puedas reflexionar en tu accionar.

Es nuestro deseo que seas un verdadero discípulo de Jesucristo, y no solamente alguien que se identifica superficial y culturalmente con el cristianismo.

¡Dios te bendiga!

 

Yésica y Emanuel Plem - Ig. Ev. Bautista de Crespo - Entre Ríos, Argentina

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - YÉSICA y EMANUEL PLEM - ¡Ateos en la práctica!