El evangelio no se dice, se hace

¿Cómo abrir puertas en ambientes cerrados al evangelio o al ministerio? Definiré qué es el evangelio y cómo se ha dado a lo largo de la historia.

Colombia · 30 DE MAYO DE 2018 · 17:25

Photo by LUIS GONZALEZ on Unsplash,
Photo by LUIS GONZALEZ on Unsplash

La pregunta que intentaré responder en este escrito es: ¿Cómo abrir puertas en ambientes cerrados al evangelio o al ministerio? Es una pregunta complicada, ya que debo definir qué es el evangelio y cómo se ha dado a lo largo de la historia mundial.

Antes de intentar definir el concepto de evangelio[i], permítame hacer un breve recorrido de lo que fue el evangelio en la historia de la humanidad. Desde tiempos antiguos cuando el cristianismo se comenzó a institucionalizar, el concepto de evangelio/ministerio se iba relacionado a la conquista que debe tener el cristianismo sobre las demás religiones contrarias a la práctica que el cristianismo propone. San Agustín de Hipona, uno de los padres de la iglesia y, después de Pablo, el hombre más importante para la Iglesia -sea católica o protestante (incluso ortodoxa)-, en su libro de la Ciudad de Dios va a hacer un claro énfasis de que la iglesia con el evangelio de Cristo debe conquistar las demás ciudades o Ciudades Paganas, con el fin de estas sean evangelizadas. Este concepto de evangelio/ministerio/iglesia se ha venido dando a lo largo de la historia del cristianismo: todos quieren imponerse sobre otros, y quieren perseguir a otros. Juan Bosch plantea el resumen de cómo se ha practicado el evangelio en la Historia Humana:

“Para el pueblo de Israel, el naciente cristianismo presentaba todas las características de una secta judía más. Para la Iglesia indivisa, los grupos de cristianos que rechazaban los grandes concilios de Nicea o Calcedonia aparecen como herejes y cismáticos. La Iglesia católica, en su tiempo, rechaza como sectarias las comunidades de Lutero. A su vez, las Iglesias luteranas y calvinistas acusan de sectarismo a los anabaptistas y menonitas. Para la Iglesia de Inglaterra, los congregacionalistas, los cuáqueros, los metodistas de Wesley, fueron sectas en el sentido auténtico de la palabra. Grandes Iglesias de hoy —algunas de ellas tenidas en otro tiempo como verdaderas sectas, bautistas y metodistas, por ejemplo- consideran como sectas a los corpúsculos que añoran con cierta frecuencia en el mundo cristiano. ¿Serán éstos, mañana, Iglesia? Sólo podría contestarse afirmativamente si toda la cuestión residiera, como se ha sugerido con frecuencia, en el número de miembros. Como si el problema fuera de cantidad”[ii]

Como vemos, el cristianismo asociado con el evangelio de Cristo ha hecho mal en la sociedad. Muchos dirán que estos grupos han malinterpretado el concepto de evangelio, pero bien o mal, estos pensadores fundadores de estos grupos son antecesores de nuestro cristianismo actual. Si vemos la historia, la iglesia ha hecho muchos males bajo el concepto de esparcir el evangelio de Cristo a las demás naciones. Muchos dirán que la Iglesia Católica Apostólica y Romana fue la encargada de destruir la humanidad con el concepto de herejías y Santa Inquisición, pero también la historia relata que el protestantismo ha hecho también muchos males como la Iglesia Romana.

Después de la Reforma[iii] Protestante, países Protestantes hicieron de las suyas, conquistando tierras que no les pertenecían. Un claro ejemplo es el Reino Unido. Algunos británicos presbiterianos con tendencias al puritanismos y otras ideologías propias del protestantismo, perseguidos por la Iglesia Anglicana, emigraron a Norteamérica y comenzaron con la conquista de los pueblo aborígenes de la zona, tanto que exterminaron en su gran mayoría a estas tribus, y en la actualidad solo quedan unos pocos y relegados a ciertos sectores de este país, sin contar la esclavitud que los mismos colonos promovieron.

En los últimos quinientos años, estos países de tradición protestante hicieron desastres en otras partes del mundo, bajo el concepto del evangelio. Inglaterra, con sus colonias en algunos países del África y Asia y su eterna competencia con Francia por la administración de estas tierras, llevaron al caos y a la miseria a estas naciones. Otro caso es Alemania, de tradición luterana, donde se dio una de las más grandes masacres en la historia de la humanidad. Me refiero a la masacre nazi, siendo Lutero uno de los que motivó con sus escritos en contra de los judíos para que Hitler hiciera tantas barbaridades hacia los judíos. Y, por último, Estados Unidos de Norteamérica, un país de inclinación protestante, que ha llevado a muchos pueblos al exterminio y a la desmembración, y en este caso no simplemente con muertes, sino que también con la coartación del pensamiento de los países conquistados militar o ideológicamente. Estos países han sido también la desdicha para muchos pueblos bajo el concepto de llevar el evangelio de Cristo, autoproclamándose los llamados a llevar el evangelio cueste lo que cueste.

Ahora, haciendo un breve análisis de la historia de la Iglesia, más que todo de la Iglesia Protestante, es necesario replantear el concepto de evangelio. La idea es que no se repita la historia de un evangelio institucional y fundamentalista, que lo que ha hecho solo es daño en la historia de la humanidad. Tomando la referencia de Padilla: “El evangelio es el poder de Dios para salvación, pero esta salvación no tan solo se traduce a algo espiritualista sino también es la salvación social, económica, la salvación espiritual. En otras palabras, el evangelio es el poder de Dios para dar libertad al ser humano, respetando las concepciones religiosas de la persona/comunidad, pero planteando una alternativa de vivir el evangelio de Cristo para que exista la salvación integral de la persona”[iv].

Respondiendo a la pregunta, considero que el evangelio es la salvación integral del ser humano y no la imposición política, militar o ideológica a la persona. Reflexiono que el evangelio es importante para liberar a las personas que están en medio de este sistema de corrupción.

Un primer paso sería no hablar de Jesús, sino, demostrar que Jesús es acción y no palabras. No podemos decir que Jesús es el pan de vida sin llevar un plato de comida, no podemos decir que Jesús tiene mansiones para nosotros sin ayudar a que la persona viva en una casa digna, no podríamos hablar que Jesús es unión y familia cuando estamos peleados con algunas corrientes religiosas que no comparten nuestra doctrina o credo.

Por otro lado es conocer a la persona/comunidad antes de hablar. Hay que escuchar y analizar en qué se le puede ayudar y cómo se puede ayudar, para que las personas puedan liberarse.

Y por último, el evangelio debe ser impartido sin discriminar la esencia personal o religiosa de la persona o comunidad, mostrar que la persona no cambie de religión sino que el evangelio sea una alternativa de vida dentro de la religión que profesa, es necesario que el evangelio de libertad a las corrupciones que la persona/comunidad se encuentra, pero que no exista un distanciamiento de su humanidad o concepciones religiosas que se posee. Jesús nunca dejó de ser judío, simplemente hizo una alternativa de cómo vivir el judaísmo de acuerdo a las enseñanzas impartidas por él, sin dejar la esencia del judaísmo, y creo que como iglesia debemos entender y practicar.

Conclusión:

Es importante replantear bien el concepto de evangelio para que nuestra práctica pueda ayudar a las personas encontrar la salvación holística mediante el evangelio y no sea una religión más impositiva con dogmas que lo único que ha traído en el mundo desastres, pobreza y miseria.

 

Daniel Andrés Zambrano - Estudiante de Teoogía - Colombia


[i] Considero que el concepto de evangelio se ha hecho tan grande que es imposible englobar un concepto que involucre todas las respuestas que se han dado a lo largo de la historia cristiana sobre este tema, pero intentaré plantear un concepto objetivo para este escrito.

[ii] Las mil y una sectas, 1978:8

[iii] La autora, Martina Giacomo (La iglesia de Lutero en nuestros días, 1974), llamarán este suceso de la historia como: Cisma Protestante, ya que, los resultados de Lutero y otros reformadores hicieron que la Iglesia Romana tuviera una gran división. Referente a este tema, queda aclarar que Lutero en un principio no quiso dividir la Iglesia Romana, pero al final terminó en desafiliarse de esta Iglesia y formar un grupo aparte (Gonzalez, 2010)

[iv] El Evangelio Hoy, 1975

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - DANIEL ANDRÉS ZAMBRANO - El evangelio no se dice, se hace