Valores, padres y maestros hoy

¿Por qué habrían de escoger los jóvenes el esfuerzo y el trabajo, si la holganza y lo prohibido llevan a la acumulación de dinero rápido y a las satisfacciones publicitarias promovidas en los medios?

México · 24 DE MARZO DE 2016 · 08:09

,

Al salir del ámbito filosofal, el tema de la ética convirtió en producto –comercial, de rating o electoral: valores como la honestidad, la valentía, el patriotismo, la rectitud, la paz, la responsabilidad o el servicio.

Primero las empresas y luego la sociedad en su conjunto, degradaron al renglón de cualidades para los mejores Recursos Humanos, o señalamientos para el competidor –comercial, político- cuando se supone la ausencia de estos.

El Instituto Para La Ética Global, con actividades en Europa, propugna por cambios en la sociedad a partir de su visión de que “las naciones del mundo no sobrevivirán en el siglo XXI con la ética del siglo XX” que, según ellos, dejó sin vigencia valores tradicionales como Patriotismo, Cooperación, Comunicación, Honestidad, Responsabilidad.

¿Será por ello que los corruptos son un referente sobre todo para las generaciones jóvenes? ¿Quiénes, además de los multimillonarios o archipoderosos -aun cuando sean capos-, podrían ser los ejemplos a seguir? ¿Por qué habrían de escoger el esfuerzo y el trabajo, si la holganza y lo prohibido llevan a la acumulación de dinero rápido y a satisfactores publicitarios promovidos en los medios?

Sin embargo, frente a esta corriente que desde mediados del siglo pasado ha luchado por la desvaloración de casi todo –familia, matrimonio, instituciones, religiones, espiritualidad, respeto por la intimidad, etc.-, la preocupación social gira en derredor de la inclinación al consumo de drogas, la violencia extrema y la delincuencia a muy tempana edad, tomando conciencia de que el ejemplo negativo es un estímulo para estos antivalores entre los jóvenes.

¿Qué pueden hacer padres que se mantuvieron pasivos ante sus propias crisis? ¿Cómo pueden orientar a sus hijos frente a su incapacidad de lidiar con las diferencias de sus parejas, hermanos, tíos o padres?

El menor de los daños producidos por la ausencia de valores es una vida sin horizonte.

El horizonte no es algo magno y lejano, es el que se conforma cada día cuando al salir a la colonia o en una carretera lo que se mira son montones de basura; es el que se oscurece con la ausencia del maestro en el aula o con el bulling de los compañeros en el patio de recreo. Un horizonte gris es el que, por la contaminación, enferma los pulmones y los riñones de miles de personas; es aquel lleno de malos olores, polvo y bacterias volando debido a la carencia de agua; es, en suma, el que nos llega a través de una pantalla incapaz de mostrar otras imágenes que no sean la tragedia, la agresión, la descalificación constante de todo y por todos.

¿Por qué no convertirse en irresponsable e inescrupuloso si eso te da fama?

Difícil es ocuparse cuando estamos confundidos ¿De qué sirve que las universidades intenten incorporar la ética en sus aulas si ahí mismo hay personajes que venden droga, comercian piratería y agreden como lo hicieron en la UNAM el mes pasado? ¿Alguien puede creer en la  intención de no pasar de la conciencia crítica o ética y llegar a la inclinación partidaria cuando se generan movimientos de “protesta”, si hasta el más inocente infante conoce quienes son los interesados en tales manifestaciones[i]?

Desde hace varios meses se avisó que personas incapaces de cumplir las reglas básicas de la enseñanza no tendrían por qué contar con una plaza en la SEP y todas las prestaciones que corresponden al maestro. Al cumplirse el término, la respuesta es amenaza de más paros y movilizaciones. ¿Cómo esperar que los alumnos de estos “educadores” luchen por sus sueños, si ellos mismos parecen carecer de ideales? ¿Puede crearse algo en un aula sin valores? ¿Es solo la instrucción o también el ejemplo el que educa?

Faltan algunos meses para recordar y festejar a los maestros; yo desde ahora reconozco que el 80% de lo que he sido lo debo a quienes fueron mis maestros desde el sexto de primaria hasta el fin de mi carrera universitaria. Tuve la fortuna de contar con ejemplos de personas creativas, responsables y dispuestas a ayudarme, no solo con instrucción sino con valores. Por supuesto esta mi regla tuvo excepciones en uno que otro maestro hostil, severo y desproporcionadamente exigente de lo formal y no del fondo; pero la mayoría de ellos demostraban que aun cuando no fuera significativo lo que recibían por ocho horas de trabajo diario, su mayor remuneración era el compromiso que lograban de sus alumnos para la superación y la continuidad de su carrera.

Es una pena que millones de niños y jóvenes abandonen la escuela en el mundo[ii]. ¿Disminuiría esa cifra en la misma proporción en que disminuyéramos nuestra inflexibilidad en educación? ¿Cuántos alumnos se quedarían si se incentivara su curiosidad y, además de impulsarlos a investigar, se los animara a ser autónomos? ¿Por qué habría que pagar diplomados para el emprendimiento si desde la educación media se les animara a llevar adelante proyectos creativos y viables? Si acaso, en la escuela no hay toda la tolerancia deseable.

¿Y qué pasaría si en familia y a partir de acciones conjuntas, en equipo, trabajáramos con responsabilidad y entusiasmo, empezando por mantener el entono hogareño como un espacio limpio y ordenado? La honestidad de hacer lo que me toca y no tratar de cargarle la mano al otro puede generar que el valor de la transparencia sea cultivada por las hoy generaciones jóvenes.

 

Lilia Cisneros Luján – Abogada - México

 

[i] Por igual el #yosoy132, que el que ataca al impresentable gobernador de Veracruz

[ii] UNESCO: 31 millones durante el año 2011

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - LILIA ANA CISNEROS LUJÁN - Valores, padres y maestros hoy