Apunte sobre el dolor

ESPAÑA · 06 DE AGOSTO DE 2015 · 07:10

Foto Víctor Núñez,
Foto Víctor Núñez

 

“Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora” (Jn 12:27)

Jesús tenía claro cuál era su propósito. Sabía lo que llegaba, conocía lo necesario que era ese momento, ese dolor. Era consciente que iba a ser insoportable pero que, en Dios, lo soportaría.

Llegan a nuestra vida problemas, dificultades... y dolor. No entendemos, no sabemos por qué Dios lo permite, si nos ama -pensamos-, ¿por qué?

Precisamente porque nos ama no permite en nosotros nada que Él no haya soportado antes. Siendo Dios se puso en medio de nosotros y, entre insultos, azotes y finalmente su muerte, nos dijo: “Si yo puedo, vosotros podréis”.

Pero todo ello no es para nada, no es un acto egoísta de parte de Dios para que nos acerquemos a Él. Nuestra cercanía y descanso en sus brazos son tan sólo una consecuencia. Hay un verdadero propósito para el dolor. La pregunta nunca es por qué, es para qué.

En los momentos de éxito no hay tiempo para la reflexión ni para el crecimiento. En ese momento has batallado tanto que cuando llegas sólo quieres disfrutar y descansar. Y estás en tu derecho. Es en el dolor, en el fuego, donde somos probados, donde nos encontramos a nosotros mismos y vemos qué tenemos y qué nos falta. Solo así podemos crecer. Porque sino crecemos, no avanzamos; y si no avanzamos, el propósito de nuestra vida se deshace.

Cuando has sufrido, cuando tu corazón está lleno de cicatrices, de esas heridas ya sanadas, es cuando tu vida, tu experiencia y tu dolor, sirven de aliento para otros. Los que ahora sufren tienen esperanza gracias a que pueden ver en ti que el fuego pasa, y que todo aquello que en su momento te parecía lo peor, resultó ayudarte para bien. Te fortaleció, te enseñó y ahora eres alimento para otros.

Así que, el dolor, no es por ti, es por los demás. Tu crecimiento no es por ti, es por los demás; tu vida no es para ti, es para los demás. Ese es el verdadero propósito de un cristiano, no ser bendecido, sino ser bendición. Cuando entendemos eso, el fuego del dolor se hace soportable por medio de Él.

 

Lorena Castanera Caballero – Psicóloga – Sant Boi, España

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - LORENA CASTANERA CABALLERO - Apunte sobre el dolor