Kim Phuc, galardonada con el Premio Dresden de la Paz

La activista vietnamita, conocida por la fotografía en la que huye de un ataque con napalm, recibe la condecoración por su labor en la creación de colegios, orfanatos y dispensarios médicos. Tras hacerse cristiana, transmite un mensaje de perdón.

Redacción PD

DRESDEN · 22 DE FEBRERO DE 2019 · 16:00

Kim Phuc recibiendo el Premio Dresden de la Paz este febrero. / Dresden Preis,
Kim Phuc recibiendo el Premio Dresden de la Paz este febrero. / Dresden Preis

Este 2019 se cumplen 47 años de la publicación de la reconocida fotografía de Nick Ut en la que aparece una niña desnuda que huye llorando de un bombardeo estadounidense durante la Guerra de Vietnam. La foto tiene una protagonista con una historia concreta. 

Kim Phuc Phan Thi tenía entonces nueve años y sufrió graves quemaduras por napalm, el compuesto químico incendiario que lo norteamericanos utilizaron durante el conflicto en el país del sureste asiático. Ahora, ha sido galardonada con el Premio Dresden de la Paz, en reconocimiento a su labor realizada para abrir colegios, orfanatos y consultas médicas en diferentes países en los que hay conflicto a través de su fundación. 

 

En la fotografía de Nick Ut, Phuc corre desnuda y llorando en el centro de la fotografía, después de un bombardeo en su pueblo.

“Gracias a Dios sigo viva, pero no vivo con tristeza, ni con amargura ni odio, sino con el amor de las personas que me rodean”, ha asegurado Phuc en una entrevista al medio Deutsche Welle. “Si todos pueden aprender a perdonar, a vivir con amor y esperanza, no necesitamos la guerra en absoluto. Si la niña de esa foto puede hacerlo, todos pueden hacerlo”, ha añadido. 

 

DE VÍCTIMA A ACTIVISTA: EL TRANSCURSO DE UNA TRANSFORMACIÓN

¿Cómo se sobrepone una víctima a su imagen, estandarizada con el paso de los años? El camino de Kim Phuc tiene un valor añadido. “El napalm es lo peor que puedan imaginar. Es quemarte con gasolina por debajo de la piel. Me desmayaba cada vez que las enfermeras me metían en la tina y cortaban la piel muerta. Pero no morí. Dentro de mí había una niña pequeña y fuerte, que quería vivir”, recordaba en una entrevista concedida a El País

Mientras estudiaba medicina, Phuc dio con un Nuevo Testamento y acabó convirtiéndose en cristiana diez años después del incidente. “No podemos cambiar el pasado, pero con amor podemos redimir el futuro”, ha manifestado en repetidas ocasiones. 

Además del mensaje de esperanza del evangelio, Phuc también ubica en el nacimiento de su primer hijo el momento del inicio de su activismo a favor de los derechos de los niños y niñas que sufren en situaciones de conflicto. “Tuve a mi bebé, lo sostuve, miré esa foto y dije: ¿Cómo pueden dejar que los niños sufran así? Y no solo mi bebé, sino los niños de todo el mundo. No quiero que jamás los niños sufran como esa niña. Así que, a partir de ese momento, realmente me conmovió. Esa imagen se volvió tan poderosa para mí”, remarca. 

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