El Premio Nobel de la Paz se enfoca en la lucha contra la violencia sexual

La activista y superviviente de esclavitud sexual a manos de Estado Islámico, Nadia Murad, y el ginecólogo de República Democrática del Congo, Denis Mukwege, han sido premiados con el galardón.

Redacción PD

OSLO · 05 DE OCTUBRE DE 2018 · 12:00

Nadia Murad y Denis Mukwege, Nobel de La Paz de 2018. / Wikimedia Commons,
Nadia Murad y Denis Mukwege, Nobel de La Paz de 2018. / Wikimedia Commons

La lucha contra la violencia sexual es el hilo conductor que ha caracterizado la edición de este 2018 del Premio Nobel de la Paz. De entre las 331 candidaturas que se habían presentado, la segunda mayor cifra de la historia del premio, el Comité Noruego del Nobel ha decidido otorgar el galardón a Nadia Murad y a Denis Mukwege, dos figuras que ya han sido reconocidas por su labor contra las violaciones de mujeres en contextos de conflicto armado. “Personas que han puesto en riesgo su seguridad personal para combatir con coraje la violencia sexual como crimen de guerra”, se ha destacado desde la organización del premio. 

“Ambos laureados han hecho una contribución crucial para concentrar la atención en combatir estos crímenes de guerra”, ha remarcado el Comité Noruego del Nobel durante el acto de presentación del premio.

Entre los nombres que habían sonado previamente para ser galardonados figuraban los del papa Francisco, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los presidentes de Corea del Norte y de Corea del Sur, Kim Jong-un y Moon Jae-in, y el expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, entre otros. Entre los grupos y colectivos también se encontraban los cristianos coptos de Egipto.

 

NADIA MURAD, EL TESTIMONIO DE LA VIOLENCIA SEXUAL EN EL ESTADO ISLÁMICO

En 2014 las tropas del autodenominado Estado Islámico llegaron al pueblo en el que vivía Nadia Murad con su familia, en el Kurdistán iraquí. Murad, yazidí, fue vendida como esclava sexual, violada y amenazada de muerte si no se convertía al islam. Después de escapar, comenzó a dedicarse a denunciar los crímenes sexuales que se estaban produciendo en el marco de la guerra.

“Murad es un testigo que ha explicado los abusos perpetrados contra ella misma y otras. Cada una de ellas, en su propia dirección, ha ayudado a dar mayor visibilidad a la violencia sexual en tiempos de guerra, de tal manera que los perpetradores puedan ser acusados de sus acciones”, ha manifestado la organización del Nobel.

Después de haber sido nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU para la dignidad de los supervivientes de tráfico de personas en 2016, y de haber sido reconocida con el Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia otorgado por el Parlamento Europeo en el mismo año, Murad recibe ahora el galardón noruego.

 

DENIS MUKWEGE, EN DEFENSA DE LAS MUJERES EN LA GUERRA CONGOLEÑA

Desde 2008 el hospital del doctor Denis Mukwege en Bukavu, en la República Democrática del Congo, ha atendido a miles de mujeres víctimas de violaciones y abusos sexuales en el marco de la guerra civil que vive el país. “Mukwege ha dedicado gran parte de su vida adulta a ayudar a las víctimas de la violencia sexual en la República Democrática del Congo. Es el símbolo principal a nivel nacional e internacional de la lucha para poner fin a la violencia sexual en la guerra y los conflictos armados”, ha señalado la organización del galardón.

Declarado cristiano y con un perfil más político, realizando declaraciones contra las autoridades nacionales e internacionales, Mukwege también recogió el Premio Sájarov en 2014 y ya había figura entre los candidatos al premio en ediciones anteriores. “Mucha gente cree que no debería meterse en política y dedicarse sólo al trabajo de salvar a mujeres. Está amenazado de muerte por varias declaraciones que ha hecho sobre la inacción y la complicidad del gobierno en los conflictos al este del país”, explica una fuente de República Democrática del Congo consultada por Protestante Digital.

Murad y Mukwege suceden como ganadores del galardón a la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares, ICAN, que obtuvo el reconocimiento en 2017. 

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