Cuando denunciar el abuso sexual cuesta una iglesia

La ex-gimnasta estadounidense, Rachael Denhollander, ha sido la primera víctima en denunciar al médico Larry Nassar por agresión sexual. En su declaración ante el tribunal aseguró que hacer público su caso le había costado su iglesia y sus amigos más cercanos.

Jonatán Soriano

BARCELONA · 21 DE FEBRERO DE 2018 · 13:28

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El de Larry Nassar es uno de los casos de abusos sexuales de mayor impacto en los Estados Unidos del siglo XXI. El ex-doctor del equipo de gimnasia nacional de los Estados Unidos está acusado de haber abusado sexualmente de más de 150 personas durante las últimas dos décadas y ha sido sentenciado a 175 años de prisión.

 

El ex-médico del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos, Larry Nassar. / AFP

La primera víctima en denunciar públicamente a Nassar, considerado una prominencia en la facultad de la Universidad del Estado de Michigan, ha sido Rachael Denhollander. Esta “evangélica conservadora”, como se define a sí misma, aseguró durante su declaración ante el tribunal que ha juzgado el caso que su decisión le había costado su iglesia y sus amigos más cercanos. “La razón por la que he perdido mi iglesia no ha sido específicamente por hacer público mi caso”, explica Denhollander en una entrevista reciente al medio norteamericano Christianity Today. “Fue porque estábamos abogando por otras víctimas de agresión sexual dentro de la comunidad evangélica, crímenes que habían sido perpetrados por personas en la iglesia y cuyos abusos habían sido habilitados, muy claramente, por líderes prominentes en la comunidad evangélica. Este no es un mensaje que los líderes evangélicos quieran oír porque supondría hablar sobre la comunidad”, remarca.

El testimonio de Denhollander en el caso de Nassar ha vuelto a poner encima de la mesa el debate sobre la actitud de las iglesias ante esta realidad. “No me sorprende la afirmación de esta persona, teniendo en cuenta que los evangélicos no nos caracterizamos por ser buenos acompañantes en el dolor y mucho menos por saber encajar bien determinado tipo de denuncias o sufrimientos”, defiende la psicóloga Lidia Martín.

 

Rachael Denhollander durante su comparecencia. / Brendan McDermid (Reuters)

EL PODER EN LA IGLESIA, PRINCIPAL OBSTÁCULO

Denhollander ha manifestado que “si en lugar de hablar del equipo nacional de gimnasia hubiese hablado de los Ministerios de Gracia Soberana”, (SGM, por sus siglas en inglés, que se trata de una organización de iglesias en Estados Unidos acusada y consentencia de encubrir casos de abusos sexuales a menores en 2012), “no solamente no tendría apoyo evangélico sino que sería vilipendiada por cada líder evangélico”. Por su parte, en un comunicado respondiendo a las declaraciones de la ex-gimnasta, los líderes de SGM niegan haber protegido a abusadores.

El tratamiento del abuso, en este caso de tipo sexual, en la iglesia suele estar relacionado con la idea a partir de la que se estructura cada congregación. “Para una comunidad no sana es más fácil ignorar o expulsar al miembro débil que enfrentar al poderoso”, asegura el responsable del área de Infancia de la Alianza Evangélica Española, Javier Martín. “Las iglesias, en general, están fallando en no tomar medidas preventivas frente a esa lacra que son los distintos tipos de abuso contra la infancia. Se desconoce o se trivializa este riesgo real y no se desarrollan protocolos de protección y prevención”.

La igualdad en las relaciones entre personas es uno de los mayores retos que la iglesia afronta a día de hoy. En este sentido, y preguntada simbólicamente sobre qué opina del valor de una niña pequeña, Rachael Denhollander manifiesta que, teniendo en cuenta que “desde una cosmovisión cristiana ella está hecha a la imagen de Dios y tiene un valor eterno e inconmensurable, la justicia aquí en la tierra siempre estará incompleta, porque no hay manera de traer justicia plena aquí en la tierra”.

 

EVANGELIO Y ABUSO

“Muchas publicaciones cristianas han destacado únicamente que mi declaración estaba enfocada en el perdón, en cambio, muy pocas han reconocido que también incluía una rápida e intencional búsqueda de la justicia de Dios, porque ambos son conceptos bíblicos y ambos representan a Cristo”, reitera durante la entrevista Denhollander, que confiesa que el de Juan 6:67-68 ha sido uno de los versículos que más le han influido durante los 16 años que ha cargado con su abuso en silencio. Un silencio parcial, y es que Rachael afirma haber sido expulsada, junto a su marido, por los ancianos de una iglesia a la que asistían en Louisville (Kentucky).

La importancia de la interpretación que se hace del texto bíblico ante casos así genera consenso en las opiniones de los expertos. “No creo que la poca atención a esta situación se deba a una falta de casuística bíblica. Más bien lo achacaría a una falta de rigor en la interpretación y la aplicación de los principios bíblicos relacionados con la infancia y la responsabilidad pastoral de la comunidad entera”, señala Javier. Por su parte, la psicóloga Lidia Martín lamenta que “sigamos sintiéndonos demasiado cómodos en el literalismo” y se pregunta “cuántas veces se estará usando como excusa para no elegir ser responsables y actuar según esa responsabilidad”.

Preguntados acerca de soluciones, ambos coinciden en la “necesidad de exigirnos un alto grado de sensibilidad” y el hecho de que “desde una perspectiva social, la iglesia debería estar a la vanguardia de la prevención, protección y defensa en este tema”. En la misma  línea, Denhollander defiende que “Jesús no necesita tu protección sino tu obediencia, que significa perseguir la justicia, estar al lado de los oprimidos, al lado de las víctimas y decir la verdad acerca de la maldad del abuso sexual y su encubrimiento”.

Aparte del caso de Larry Nassar, el abuso sexual también ha golpeado recientemente a la gran industria cinematográfica, a partir del testimonio de diferentes actrices que han asegurado haber sido agredidas por parte de algunos productores o compañeros de profesión. El fenómeno se ha hecho viral en las redes sociales a través del movimiento-hashtag #Metoo (Yo también).

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