“En la vida habrá más derrotas que victorias, qué bueno es mirar a Jesús”

Tim Stewart ha sido el guía del atleta paralímpico Martín Parejo en Rio 2016. Nos explica cómo su fe le ayudó a superar la decepción de no alcanzar los resultados soñados.

Joel Forster

BARCELONA · 08 DE OCTUBRE DE 2016 · 17:43

Tim Stewart junto a Martín Parejo, en su participación en los JJPP de Rio 2016. ,martín parejo, tim stewart
Tim Stewart junto a Martín Parejo, en su participación en los JJPP de Rio 2016.

Brasil despidió hace 3 semanas los Juegos Paralímpicos. Hemos visto hazañas deportivas impresionantes e imágenes que resumen la esencia del espíritu olímpico. Junto a uno de los atletas españoles, Martín Parejo, viajó a Rio Tim Stewart, un joven profesor de Educación Física.

“A Martín lo conocía porque estuvimos coincidiendo en algunas clases en el bachillerato. Él necesitaba un guía y al escuchar mi forma de correr, pensó que encajaríamos. Esto fue hace 4 años y ha sido un tiempo de mucho entrenamiento”, explica.

Tim es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por el INEFC y trabaja ahora como profesor de Educación Física con estudiantes de Primaria y Secundaria en un colegio bilingüe.

Hace tan solo unos días, Tim se casó con su prometida, Loida. En medio de tantas experiencias, ha explicado a Protestante Digital cómo su fe en Dios ha marcado lo vivido en los últimos meses.

 

Pregunta. ¿Cómo surge la oportunidad de ir a Río a los Juegos Paralímpicos?

Respuesta. La oportunidad de estar en los Juegos Paralímpicos de Río llegó mucho antes de conocer el mundo del deporte para discapacitados. Todo comenzó cuando después de los Juegos de Londres 2012, Martín Parejo, un atleta discapacitado visual, me propuso que fuera su guía.

Sobre todo al principio me costaba coordinarme con Martín, pero los meses fueron pasando y pude empezar a mecanizar cada acción, de manera que ya no tenía que pensar en llevar el brazo a cierta altura, en apoyar en el suelo al mismo tiempo o en recortar mi zancada.

Nuestro primer mundial fue en Lyon (Francia), al año siguiente competimos en el europeo de Swansea (Gales), el año pasado participamos en el mundial de Doha (Qatar) y hace un mes estábamos a punto de correr en Río.

Durante esos cuatro años de sacrificio y esfuerzo habíamos mejorado mucho. Habíamos llegado a quedar sextos en el 100m en el Mundial de Doha. Las expectativas eran altas para las Paralimpiadas.

 

TIm describe su experiencia en RIo.

P. ¿Cómo es estar participando en unos Juegos?

A. La experiencia de estar en unos Juegos Paralímpicos ha sido espectacular. Fuera de lo que es el deporte, es exagerada la inversión que hay en este evento. Las instalaciones son impresionantes y como deportistas tenemos todas las facilidades que podemos imaginar. La inauguración fue asombrosa, estaba todo perfectamente diseñado para hacer de esa noche algo inolvidable.

Pero personalmente, creo que lo que realmente destaco de mi experiencia en los JJPP es el hecho de poder competir, de pisar el tartán, sabiendo que son cuatro años de inversión, y que en 11 segundos nos lo jugamos todo.

 

Tim Stewart y Martín Parejo saludan antes de competir en Rio 2016. / Captura TVE

P. ¿Cómo os fue a nivel deportivo, en qué competiciones participasteis?

A. La primera participación de Martín en los JJPP fue en el salto de longitud. En esta prueba, como guía sólo tengo que llevarle al sitio donde debe empezar a saltar y colocarlo, el entrenador se encarga de llamarlo desde el foso y él se dirige hacia la voz a toda velocidad. Esta primera prueba no salió como se esperaba. Martín había estado saltando lo suficiente como para quedar entre los cinco primeros puestos pero aunque intentó dar el máximo, sus saltos no fueron como se esperaban y se quedó fuera de la mejora.

Dos días después competimos en el 100 metros lisos, que a pesar de tener la mejor salida de la serie, nos quedamos fuera en la eliminatoria, de nuevo no salió lo que se esperaba.

Por último competimos en el relevo 4x100, y teníamos esperanzas incluso de obtener una medalla. Nosotros hacíamos la primera posta y pasamos el testigo sin problemas, todo iba bien hasta que nuestros compañeros, los que corrían en la tercera posta, se cayeron al intentar recibir el testigo. Lo cierto es que Martín y yo estábamos bastante decepcionados.

 

P. Tras esta sensación de no haber alcanzado lo soñado en lo deportivo, ¿cómo te sentiste?

R. Incluso llegué a preguntarme por qué Dios me había llevado a los JJPP. Habían sido 4 años de sacrificio, y aún más, había dejado a mi prometida en España durante tres semanas, con quien me iba a casar una semana después de estar de vuelta.

 

Practicando para la competición.

P. Aun así, ¿crees que Dios estuve presente en todo lo vivido junto a Martín en Rio?

R. Creo que entendí, algo más, que Dios tiene Sus intenciones, y cuando las cosas no salen como se esperan o se desea, nuestra respuesta debe ser poner los ojos en Jesús y confiar en que Él tiene Su propósito.

Quizás no había ganado ninguna medalla, pero ¿y si Dios no quería que ganara? ¿Y si Dios quería que aprendiera a perder?

Reflexionando sobre esto me di cuenta que en nuestra vida nos vamos a llevar muchas más derrotas que victorias. Qué bueno es aprender a saber levantar la cabeza cuando uno falla, cuando no se llega, cuando no se logran los objetivos, y mirar a Jesús. Qué bueno es saber que nuestras fuerzas están en el Señor. Quizás con esto Él me estaba capacitando.

Aun así no me sentía realizado, pero después de días empecé a darme cuenta que había cumplido con mi trabajo. No había ganado, pero tampoco había perdido. Había podido dar testimonio a Martín y a varios atletas de la federación durante 4 años.

Había guiado a mi atleta, había dado mi 100% y había corrido la carrera. Con cumplir con el propósito que tenía Dios para mí, me tenía que sentir no sólo satisfecho sino privilegiado.

Tras volver a casa y casarse, Tim comparte este texto de la Biblia: “El Señor cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Señor, es para siempre; No desampares la obra de tus manos”. Salmos 138:8

 

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