Reino Unido debate Ley de suicidio asistido

Si se aprueba, enfermos de menos de seis meses de esperanza de vida podrían recibir una dosis mortal de fármacos. La mayoría de líderes religiosos, en contra.

Evangelical Focus, ProtestanteDigital, AFP · LONDRES · 07 DE SEPTIEMBRE DE 2015 · 21:00

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El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, cabeza de la Iglesia anglicana, y los dirigentes de otros grupos religiosos de Gran Bretaña advierten que se cruzará “un Rubicón ético” si el Parlamento llega a aceptar una propuesta de ley sobre el derecho a morir para los enfermos en fase terminal.

En una misiva a todos los diputados de la Cámara de los Comunes, el arzobispo de Canterbury y los representantes de las comunidades evangélica, católica, ortodoxa, judía, musulmana y sij de Gran Bretaña instan a los legisladores a rechazar el proyecto de ley sobre muerte asistida que será debatido el 11 de septiembre en el Parlamento británico.

Esta propuesta de ley contempla que enfermos que se considere que tienen una expectativa menor a seis meses de esperanza de vida puedan recibir una dosis mortal de medicamentos.

 

LAS OBJECIONES ÉTICAS Y MORALES

Según los líderes religiosos, en el documento que se hizo llegar ayer a los diferentes políticos, este proyecto de ley a favor del suicidio asistido puede socavar, si se lleva a la práctica, el respeto de la ética y de la vida humana, que son la base del código moral y del sistema legal británico.

Refiriéndose a personas con enfermedades graves, el comunicado dice: “Ser visto como una carga o una sangría económica es una terrible sufrimiento que soportar, que puede llevar e muchos casos a la pasividad, la depresión o la autoinculpación".

El deseo de alguien de terminar su vida, añade, "puede ser provocado por una depresión o por presiones externas. Así que cualquier presunción que diga que una decisión así es ‘racional’ no hace justicia a los hechos”. Los líderes firmantes se sienten preocupados ante una sociedad “en la que la vida es entendida primordialmente en términos de utilidad, y las personas son evaluadas según ello”. El avance hacia la eutanasia legalizada tendría un “serio efecto nocivo” sobre la sociedad en su conjunto, concluye el texto.

 

CRISTIANOS PROTESTANTES, LA MAYORÍA CONTRA LA LEY

Entre los cristianos protestantes, una mayoría casi absoluta de opiniones se han mostrado contra la propuesta. El arzobispo de Canterbury, el evangélico Justin Welby, opinaba hace días de su propia experiencia como padre: “He estado sentado al lado de la cama de uno de mis propios hijos, teniendo que aceptar que se terminara su tratamiento. Aun en medio de una agonía así, haría una súplica a que las profundas peticiones personales en una situación así no nos cieguen a las necesidades más amplias que tienen otros”.

También el obispo anglicano de Worchester, John Inge, hablaba de su experiencia personal, tras perder este año a su esposa de 51 años por cáncer. Explicaba que no basaba su posición contra la eutanasia en argumentos religiosos, sino en el peligro de poner presión sobre “los más débiles y vulnerables de nuestra sociedad”. Inge explicaba que si la ley ya hubiera sido aprobada entonces, habría sido una tentación muy grande “poner punto y final a todo”, pero que le habría robado “los preciosos meses juntos al final de su vida, cuando los efectos más debilitadores del proceso desaparecieron”.

El suicidio asistido es ya legal en Suiza, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y en los estados norteamericanos de Vermont, Oregón y Washington.

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