¿Salvados por la tecnología?

Para muchos, las Nuevas Tecnologías toman el lugar de Dios como realidad suprema y su uso se convierte en la senda hacia lo divino.

Francisco Sánchez

26 DE AGOSTO DE 2015 · 13:35

Tecnología al alcance.,teclado
Tecnología al alcance.

¿Podrían las nuevas tecnologías transformar la naturaleza humana y crear un nuevo ser humano mejor que el que hay ahora? ¿Pueden crear un paraíso terrenal en donde no exista el mal?

Los que piensan que la tecnología es nuestro camino de redención en el siglo XXI no “están de brazos cruzados”. Buscan maneras de modelar al actual ser humano a través de los distintos ámbitos que presentan la vida familiar y la laboral (empresas, negocios, escuelas, universidades…).

¿Debemos preparar a los niños para que caminen en ese nuevo mundo? ¿Cuáles son los nuevos valores que ofrece? ¿Siguen siendo útiles los valores tradicionales? ¿Cuál es la élite científica que habla de las nuevas tecnologías como el medio para transformar la naturaleza humana con el fin de dirigirla hacia una sociedad ideal?

Stephen Hawking en su obra "Breve historia del tiempo" advierte que el ser humano no está evolucionando con la misma rapidez con la que destruye el planeta en que vive. Nuestra extinción está mas que asegurada, a no ser, según el científico, que encontremos una civilización de extraterrestres que hayan logrado evolucionar a una fase más avanzada desde la que puedan ayudarnos.

El 21 de julio de 2015, el periódico El País anunciaba, en su sección “astrobiología”, que “el hombre que ocupa el puesto 557 en la lista de personas más ricas del mundo, el ruso Yuri Milner, destinará 100 millones de dólares (92 millones de euros) a la búsqueda de vida inteligente extraterrestre”.

Sin embargo, no hace falta viajar al espacio para traspasar los límites humanos. Internet se erige en nuestro planeta como la tecnología que mas fronteras ha superado. La Red de redes cuenta ya con más de 3500 millones de usuarios, la mitad de los habitantes de la Tierra. Consciente de ello, Wael Ghonim afirma: “si quieres liberar a una sociedad, simplemente, dales internet”.

Tenemos un situación en el mundo en donde, cada vez mas, internet media en la relación entre ciudadanos y gobiernos. Las conexiones que ofrecen las redes sociales se han convertido no solo en una importante fuente de información sino también en una plataforma desde la cual el pueblo habla y el gobierno escucha y toma nota.

¿Cómo evolucionará internet en los próximos años? ¿Estará al servicio de los ciudadanos o del gobierno? Si el objetivo de este último es servir a los primeros, entonces podemos estar tranquilos. Sin embargo, la experta en comunicación, Rebecca Mackinnon, también directiva en el Comité para la Protección de los Periodistas, advierte que aunque la tecnología creada por compañías innovadoras nos hará libres, debemos ser conscientes del peligro que existe en que las empresas privadas apliquen normas de censura a menudo bastante arbitrarias. El único objetivo legítimo de la tecnología debiera ser mejorar nuestras vidas, no manipularnos ni esclavizarnos.

¿Cómo podemos encontrar el balance, el equilibrio entre seguridad y aplicación de la ley por un lado y la protección de las libertades civiles y la libertad de expresión por el otro en nuestras redes digitales? Parece que no todo es “color de rosa” en el ámbito tecnológico.

Clay Shirky, experto en redes sociales e internet, asegura que “vivimos un momento en donde se da el mayor incremento de la capacidad expresiva en la historia de la humanidad.

¿Por qué internet somete al resto de los medios de comunicación? No solo porque da soporte innato para grupos o permite varias conversaciones al mismo tiempo. Una de sus fortalezas es que hace que el consumidor se convierta en productor. Pero no se queda ahí sino que la gran revolución es que conecta a unos productores con otros. Estos productores no están desconectados sino que actúan en grupo y debido al tamaño de la red, la complejidad de esta interacción es proporcional al número de participantes.

Entramos en una nueva era en la que los contenidos ya no son producidos por profesionales sino por consumidores que se han convertido en productores que ofrecen libre y gratuitamente lo que han hecho.

¿Es posible un mundo mejor si cada individuo comparte lo mejor de sí mismo con el resto en la red? El sociólogo y médico Nicholas A. Christakis, estudia la importancia de las conexiones en las redes sociales. Afirma que “nuestra manera de conectar puede hacer que el todo sea mayor que la suma de sus partes”.

Si todos conectamos, formaremos un Gran Organismo en donde los beneficios serán superiores a los costos. Pero para esto es necesario no dar información errónea, ni transmitir emociones negativas. Al fin y al cabo, si cuando te conectas conmigo, te pones triste, terminarás cortando los lazos de conexión que nos unen. Por el contrario, la propagación de cosas buenas y valiosas es necesaria para sostener y nutrir las redes sociales.

No siempre es fácil transmitir emociones positivas y menos cuando el límite entre la esfera privada y la pública desaparece. Stefana Broadbent, experta en antropología digital, ha estudiado cómo hace 20 años atrás uno desconectaba de la esfera privada cuando salía de casa para ir a su trabajo. Sin embargo, en la actualidad podemos estar conectados con la esfera privada las 24 h del día. ¿Qué cambios implica esto en el trabajo o la escuela? ¿Y en la familia? Porque también la vida pública se entromete en la privada. ¿Quién controla a quién? ¿Somos nosotros los que dominamos y usamos la tecnología para gozar de una mayor libertad? O, por el contrario, ¿es la tecnología la que nos dice “sin mí no puedes vivir”?

¿Podemos elevarnos por esfuerzo propio y crear una nueva forma de sociedad donde el uso de las tecnologías combinadas con el cuerpo y la mente humanas se conviertan en una nueva religión, sin la necesidad de un dios porque usted y yo, y todos los miles de millones que podríamos interactuar con preocupación el uno por el otro somos el único dios que necesitamos?

¿Somos esencialmente buenos y podemos elevarnos a un mundo mejor a través de la liberación de las tecnologías? Permíteme que te revele una mentira: “la expresión y comunicación tecnológica libre es el medio para tener una vida plena y sana”.

La realidad es que mayor y mejor tecnología simplemente nos dará mayores y mejores medios para realizar acciones buenas o malas.

Lo que determina cómo usaremos las máquinas es el corazón humano. La realidad es que la liberación del uso de las nuevas tecnologías no es ni será un camino de salvación para el ser humano. Hace falta mucha fe para creer que el ser humano se puede salvar a sí mismo; y aun teniendo toda esa gran cantidad de fe, estaremos ante fe, sí, pero “ciega”, porque niega la capacidad que tiene el ser humano para la barbarie.

Si la Tecnología nos hubiera creado podría explicar de dónde venimos, para qué existimos y hacia dónde vamos. Incluso podría explicar el problema del mal en el mundo. Charles Colson afirma que “todos basamos nuestra vida en una visión de realidad absoluta que da sentido a nuestra existencia individual, si rechazamos a Dios, pondremos algo en su lugar; habremos de hacer absoluta alguna parte de la creación”. No es la Razón, ni la Ciencia, ni la Experiencia, ni la Tecnología quienes pueden traer el cielo a la tierra.

Para muchos, las Nuevas Tecnologías toman el lugar de Dios como realidad suprema y su uso se convierte en la senda hacia lo divino. Esta misma ciencia que critica la Redención se erige a sí misma como la alternativa verdadera. Al fin y al cabo, fe (errónea).

Los cristianos entendemos que nuestro absoluto es Dios. Él es el que da sentido a nuestra existencia porque Él es el creador de todo lo que existe, incluido el ser humano. Él es el que nos creó y se limitó al mismo tiempo, no quiso crear máquinas clonadas que funcionasen automáticamente. Él no se nos presenta como El Gran Tecnólogo sino como “Padre nuestro”, el Padre de sus criaturas.

Nosotros tenemos capacidad de elección gracias a Él, porque sin libertad no existe el verdadero amor, aquel que todo lo puede y todo lo espera. Pero elegimos mal en el Edén y pecamos. “Caída” es el término teológico que usamos para explicar nuestra desobediencia en el Paraíso. Desde entonces, el corazón humano vaga con una mochila a cuestas llamada “pecado” (un concepto casi olvidado y nada popular) en un mundo caído. La buena noticia es que Jesús se hizo cargo de esa mochila, de ese peso innecesario. El Hijo de Dios arregló lo que nuestros padres estropearon. Ahora, gracias a Él, podemos disfrutar de la vida no solo terrenal sino también eterna. Y para ello, no necesitamos invertir grandes cantidades de dinero en tecnología ni vivir cada día afanados por el uso de la misma. Al fin y al cabo, no nos debemos a ella.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Opinion - ¿Salvados por la tecnología?