La vigorexia, obsesión peligrosa por el deporte

La vigorexia puede convertirse en un problema físico y mental a largo plazo. El 80% de quienes la padecen son hombres de 15 a 45 años. Es el fenómeno inverso a la anorexia.

MADRID · 14 DE JUNIO DE 2014 · 22:00

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La vigorexia es un trastorno basado en la obsesión por el deporte. El objetivo de las personas que padecen este problema es conseguir una imagen fuerte con la que ser reconocidos por el resto y, en consecuencia, alcanzar el éxito a nivel social. Sin embargo, el exceso de actividad física sin límites puede acarrear serios problemas de salud a largo plazo. Descubre, en estos sencillos cinco puntos, los síntomas más frecuentes e importantes que suele presentar una persona que está afectada por la vigorexia y que ayudan a detectarla. 1 ¿Qué es la vigorexia? La vigorexia se define como un trastorno dismórfico muscular. Este problema genera un auténtico "miedo a parecer débil y pequeño". Con el objetivo de conseguir un cuerpo fuerte y musculado, las personas vigoréxicas tienden a obsesionarse con el deporte. El llamado 'bodychecking' es uno de los síntomas de este trastorno, es decir, la continua comprobación de la imagen física ante un espejo. En cierto sentido se produce el fenómeno inverso a la anorexia. En el caso de la vigorexia las personas se ven más delgadas de lo que realmente son, mientras que las personas con anorexia se sienten con un peso superior al debido aunque no estén gruesas. 2 Más común en hombres que en mujeres. Se estima que 1 de cada 2.000 españoles padecen vigorexia. De ellos, el 80% son hombres. La pregunta es, ¿por qué es un problema más frecuente en varones? El Instituto Tomás Pascual Sanz apunta al exceso de la presencia de torsos masculinos modelados en la televisión y en los carteles publicitarios. "Suele admirarse al cachas sin pensar que tras esa imagen podría subyacer un trastorno serio". 3 ¿Sentimientos de inferioridad? Poderío, fuerza, éxito, reconocimiento... son algunas de las metas que sobrevuelan en la mente de las personas con vigorexia. "Suelen tener un fuerte sentimiento de inferioridad y priman la buena imagen como forma de ocultar sus debilidades", manifiesta el doctor Fernando Sarrais del Departamento de Psicología Médica de la Clínica Universidad de Navarra. "Las personas con vigorexia tratan de mostrar que pueden hacer cosas que son imposibles para la mayoría", argumenta el médico. El gran problema de este trastorno no es solo el exceso de ejercicio físico, sino también las consecuencias psicológicas derivadas. "Si no tienen el cuerpo que consideran ideal se sienten mal y pueden llegar a padecer depresión", apostilla Sarrais. 4 Los límites del deporte saludable. El ejercicio físico es recomendado por toda la comunidad médica, sin embargo, toda actividad debe tener sus límites. ¿Dónde está la barrera que no se debe pasar? El psicólogo de la Clínica Universidad de Navarra pone el acento en la libertad. "Hay personas que se sienten atrapadas y no pueden dejar el deporte porque se sienten mal", explica. En este sentido, en líneas generales, se considera que una hora y media de ejercicio más de seis días a la semana es un muy posible síntoma de esta obsesión. El exceso de deporte genera, a la larga, problemas en el cuerpo. "El debilitamiento de las estructuras óseas es una consecuencia a largo plazo" afirma el doctor Fernando Sarrais. Según comenta, problemas de columna vertebral, rodillas o cadera son muy usuales entre los 40 y 50 años de edad en quienes han dedicado su vida al deporte de alto rendimiento. 5 El consumo de anabolizantes y/o la dieta, un gran problema. Los anabolizantes son sustancias químicas que ayudan a incrementar el volumen de masa corporal. Estos fármacos necesitan de receta médica para ser administrados, sin embargo, el mercado negro ha llevado estos productos a muchas más personas de las debidas. Las personas buscan conseguir resultados del ejercicio en poco tiempo y lo consiguen gracias a los anabolizantes. Desde el Instituto Tomás Pascual Sanz advierten de los peligros de estos productos: hipertensión arterial, aumento del riesgo de infarto, acné, cese precoz del crecimiento en adolescentes, esterilidad, aumento del riesgo a padecer cáncer de próstata -en varones- etc. Además, los especialistas subrayan los déficits alimenticios de las personas con vigorexia. "Suelen llevar dietas con cálculos minuciosos de los nutrientes con comidas que buscan potenciar la musculatura y reducir la grasa corporal". Estos controles derivan en dietas excesivas en la cantidad y reducidas en diversidad. ¿Y si alguien tiene vigorexia, qué hacer?: acudir a un psiquiatra para poner fin al problema. Tratar la vigorexia no es sencillo. "En general necesitan el apoyo de la familia y amigos para darse cuenta del problema", comenta el doctor Fernando Sarrais. El tratamiento en cada caso es distinto pues depende de las circunstancias de cada paciente. Lo ideal es acudir a un psicoterapeuta y un psiquiatra. El primero podrá descubrir el problema que subyace en esa obsesión por el deporte, para ayudarte a superarla. El segundo podría, en caso de ser necesario, recetar algún medicamento para controlar posibles depresiones derivadas de la dependencia del ejercicio físico. "Con voluntad y ganas, se puede salir de cualquier problema", concluye el doctor.

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