El pesebre original está en obras

La Basílica de la Natividad en Belén, donde según la tradición cristiana nació Jesús, está rodeada de andamios en la fecha que más visitas recibe.

BELÉN · 14 DE DICIEMBRE DE 2013 · 23:00

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La Basílica de la Natividad, en Belén.

El relato bíblico cuenta que José y María se alojaron en un pesebre al llegar a Belén, porque no había lugar en el mesón. En ese lugar se construyó siglos después la Basílica de la Natividad, un lugar que curiosamente ahora también presenta un ambiente inhóspito y húmedo. De hecho, la Basílica se encuentra rodeada de andamios y con obras de renovación, posiblemente las más grandes en 600 años. Entre otros problemas, el agua de lluvia se está filtrando del techo y amenaza con dañar gravemente los mosaicos y otros objetos de valor incalculable. El director del proyecto, Afif Tweme, dijo que la primera etapa del proyecto se inició en septiembre y se enfoca en los problemas más urgentes: la azotea y las ventanas. “El agua también tiene un efecto negativo en las superficies de yeso, en los mosaicos, en los pisos y en los frescos. Podría dañar cualquier, cualquier elemento histórico dentro de la iglesia”, dijo Tweme, quien trabaja para una empresa palestina consultora de ingeniería. Las empresas que realizan las obras están obligadas a reducir al mínimo las interrupciones a los visitantes y asegurarse de que los peregrinos puedan “pasar libremente dentro de la iglesia y con seguridad”, añadió. La iglesia -construida sobre la gruta donde, según la tradición, nació Jesús- atrajo a más de dos millones de visitantes el año pasado, pero el templo, con restos de hasta 1.500 años de antigüedad, ha sido descuidada durante décadas. PATRIMONIO EN RIESGO Un estudio de alta tecnología efectuado en 2011 por un consorcio de expertos italianos concluyó que el templo necesitaba reparaciones urgentes. Tres ramas cristianas comparten la propiedad de la iglesia: católicos, ortodoxos griegos y armenios. La ciudad de Belén está situada en una parte de Cisjordania donde los palestinos tienen autogobierno. Más allá del proceso laborioso de preservar un sitio sagrado delicado, los trabajos se han complicado por las relaciones delicadas entre las tres confesiones cristianas que comparten la propiedad de la iglesia: católicos, ortodoxos griegos y armenios. Esas tres iglesias tradicionalmente se han visto mutuamente con cierta sospecha. Administran la Basílica de la Natividad con base en un códice del siglo XIX conocido como el Statu Quo, que les asigna responsabilidades para el mantenimiento y que cada denominación custodia celosamente. Las relaciones entre las tres confesiones llegan a intensificarse tanto que han llegado a peleas entre clérigos. La primera fase, que se espera dure un año, está siendo realizada por la empresa italiana Piacenti, especializada en la renovación de sitios históricos. Una por una, los expertos repararán los cientos de vigas de madera del techo. La iglesia fue construida en el siglo IV por Santa Elena, sobre una cueva en la que se dice que la virgen María dio a luz. Lo que los peregrinos ven hoy en día en su mayoría es la basílica construida por el emperador bizantino Justiniano I, que gobernó en 527-565 d.C. La construcción no incluye el área que es el foco principal de los peregrinos: el lugar situado bajo la cripta del altar que alberga la estrella de plata de 14 puntas que marca el lugar donde, según la tradición cristiana, nació Jesús.

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