Un tesoro líquido salpicado de injusticias

Aún queda mucho por hacer para que toda la humanidad tenga acceso a agua potable. La educación es clave para aprender a valorar y usar sabiamente este recurso.

ESPAÑA · 21 DE MARZO DE 2013 · 23:00

,
Tal vez el hecho de haber nacido en un lugar donde siempre que abres el grifo sale agua nos ha insensibilizado ante uno de los principales problemas para gran parte de la población mundial: el acceso al agua potable. El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, un día en el que desde diversas organizaciones y entidades sirve para poner de manifiesto la necesidad de cuidar de este bien común que resulta fundamental para la vida y la salud del ser humano. Desde Protestante Digital preguntamos a Miguel Wickham, autor del libro 'Ecología y Cristianismo: una reflexión cristiana', varias cuestiones con referencia a este día. Nos cuenta una historia reciente muy reveladora. Hace unos días 13.000 cerdos fueron echados al río que abastece el 22% del agua potable de Shanghai (casi 25 millones de personas). La alarma social que provocó este hecho “muestra la importancia que tiene este recurso, por el cual varios países en oriente medio y en África central y oriental están al borde del conflicto armado”, dice Wickham, que considera que “lo que ha ocurrido en China también muestra la actitud imperante, irresponsable y poco solidaria del hombre que ve un río como un basurero, al igual que el mar”. OBJETIVO DEL MILENIO EN CUMPLIMIENTO En la Asamblea de las Naciones Unidas del 2000 se redactaron los Objetivos del Milenio, que las 189 naciones que forman la ONU se comprometieron a cumplir, poniendo como fecha límite el aó 2015. Uno de los Objetivos cumplidos es el 7C: reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento, que según la ONU se cumplió el año pasado. Sin embargo aun queda mucho por hacer. “Se está avanzado, mediante acuerdos, cambio de prioridades y un gran esfuerzo por parte de algunos países y organizaciones”, valora Miguel Wickham. “Pero estos avances siguen sin afectar a grandes áreas de planeta donde el agua potable sigue siendo un bien escaso o muy difícil de obtener, especialmente en zonas rurales en países pobres. El agua potable es un recurso valioso, y cuando las prioridades son marcadas por el más fuerte, que ocurre cuando hay una ausencia de autoridad que busca el bien de todos, no llega a los mas desfavorecidos. El problema sigue siendo la pobreza y la falta de solidaridad”, explica. EL AGUA, ARMA POLÍTICA Tal vez en España no somos tan conscientes del problema del acceso al agua potable, pero sí que contamos con la experiencia de luchas políticas en las que el agua se ha utilizado como “arma arrojadiza”. En un asunto como el agua, tan prioritario y básico para la vida, la agricultura, etc. ¿no sería deseable una lucha por el bien común? Wickham opina que el agua “es un tema político porque los intereses personales e ideológicos y los beneficios económicos a corto plazo siguen siendo marcando las actuaciones. El agua potable en España es un bien escaso y la distribución geográfica de las lluvias es desigual”. El problema está en que “falta primero una visión geográfica de la distribución y no política: los bordes de las cuencas hidrográficas no coinciden con las fronteras de las regiones autonómicas. Por lo tanto es necesario una política de consenso entre comunidades con una planificación hidrológica centralizada en el tema del agua, que incluye políticas de ahorro y uso racional del recurso”. Esta unidad sería fundamental para dar paso a un segundo punto. “Habría que buscar un objetivo común a largo plazo que se centre en la sostenibilidad. Pensar primero en nuestros nietos y su futuro”, ya que como todos los recursos del planeta, el agua también debe ser valorada como algo que debemos cuidar y saber gestionar. Una solución, considera Wickham, sería desarrollar un plan hidrológico nacional a gran escala en el que se proveyese de agua al sur de España procedente de las grandes cantidades que hay en el norte. “Se podría intercambiar agua (mediante trasvases) por productos del sur – donde se cultiva mejor por el sol - más baratos, como frutas y verduras, aceite, incluyendo vacaciones, mediante un sistema de impuestos o tasas. Ideas creativas, que sean producto del diálogo y el consenso”. “BUENOS” ADMINISTRADORES Si queremos un cambio en la política hacia el agua, también debemos primero cambiar los ciudadanos. La educación tiene mucho que ver en la forma en la que un pueblo gestiona sus recursos, por eso Wickham insiste en que “hace falta ver el agua potable como un recurso valioso, que cuesta dinero producir, y que debemos usar con sentido común. A nivel individual no derrochar el agua; buscar formas de reutilizarlo y reciclarlo”. Tal vez no somos conscientes de que 15 segundos con el grifo del lavabo abierto son de 2 a 4 litros. Cada litro puede costar 0,0016 euros. “Parece poco, pero el uso domestico es una pequeña parte del consumo del agua. La industria y la agricultura consume mucha agua: cada rollo de papel higiénico usa aproximadamente 100 litros de agua para su fabricación”, explica. Pero, ¿qué cosas podemos hacer para mejorar en la gestión diaria del agua? Miguel Wickham nos da algunos consejos sencillos: - cierra el grifo cuando no lo usas, por ejemplo mientras usas el cepillo de dientes. - usa el inodoro racionalmente: la mayoría de los nuevos en España tienen dos botones, uno de 6 y otro de 12 litros. - asegúrate de que no haya fugas en los grifos o el sistema. - educa a tus hijos a usar el agua responsablemente. - piensa en como puedes ahorrar con la lavadora y el fregaplatos, si tienes uno. La forma en la que usamos el agua, como cualquier otro recurso, es un testimonio de cómo administramos la creación de Dios. “Debo reflejar el hecho de que soy un privilegiado en poder acceder a agua potable fácilmente. Debo siempre recordar que en muchos países el acceso al agua potable es un verdadero problema, y debo luchar para que este acceso mejore”, se reta Wickham. “Al final, debo recordar lo que el Señor dijo: A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aun más (Lucas 12:48)”. Unas palabras que nos desafían a ser agradecidos por el agua y a pensar en cómo honrar a Dios con su uso. Existen varias webs especializadas en prácticas y consejos para reducir el consumo de agua, pueden visitar una de ellas aquí.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Opinion - Un tesoro líquido salpicado de injusticias