El asesino de Connecticut era más inteligente que Einstein

Adam Lanza, de Newtown, era un joven retraído con excelentes notas, hijo de padres divorciados que con 20 años vivía con su madre.

EE.UU. · 14 DE DICIEMBRE DE 2012 · 23:00

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	Adam Lanza</p>
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Adam Lanza

La madre no era una profesora titular del colegio Sandy Hooky solo realizaba sustituciones. Comenzó Adam su jornada del viernes disparando a bocajarro a su madre Nancy, que murió al instante. Cogió el coche y vestido con ropa de camuflaje condujo hasta la escuela elemental Sandy Hook armado con dos pistolas y un rifle semiautomático. Allí, antes de suicidarse, mató a 20 niños de entre 5 y 10 años. Seis adultos también murieron en el tiroteo. Tres de las profesoras fallecidas, según relato de los niños supervivientes, murieron tratando de proteger a sus alumnos. Los expertos del FBI dicen ahora, que esto estaba planificado que una persona no se levanta por la mañana y decide actuar violentamente. Requiere planificación y estrategia. En este mismo sentido les llama la atención que el tirador ha actuado con dramática precisión. En este tipo de episodios, desgraciadamente frecuentes en Estados Unidos, suelen contarse muchos heridos, explicable por el caos de una escena como esta. Adam Lanza, en cambio, solo dejó uno. El pistolero había sido certero, casi infalible, como si se hubiera entrenado durante mucho tiempo para esta ocasión. PADRES DIVORCIADOS El padre de Adam Lanza, a quien muchos medios también dieron por muerto a manos de su hijo, es un importante ejecutivo que vive en el Norte de Nueva Jersey como vicepresidente de 'GE Capital' y socio de la compañía 'Ernst & Young'. El hermano mayor de Adam, Ryan Lanza de 24, a quien identificaron erróneamente como autor de la masacre, porque su hermano le había sustraído una de sus identificaciones y la portaba cuando fue identificado por la policía, también trabaja en 'Ernst & Young' en el departamento de impuesto y fue conducido por el FBI a un recinto para tomarle declaración junto a su padre, y puestos en libertad posteriormente. Ryan tuvo que enviar varios mensajes por Facebook y twitter diciendo que él no era el autor de la masacre. Ninguno de los hermanos tiene ningún antecedente criminal. MÁS COEFICIENTE INTELECTUAL QUE EINSTEIN Adam Lanza según sus vecinos era un chaval retraído, obviamente con problemas, y al que se veía que no estaba bien. No conectaba con otros niños, estaba como reprimido y se le veía claramente diferente. Lo cierto es que Adam Lanza tiene un impecable expediente académico, con menciones honoríficas por sus buenos resultados, y según datos sin confirmar, estaría siendo medicado por trastorno de personalidad. En los archivos académicos de su época escolar, aparecen varias pruebas de cociente intelectual, y los resultados es que superaba los 165 puntos (recordamos que Albert Einstein tenía 160). A pesar de su carácter retraído,Marsha Moskowitz, conductora jubilada del autobús que los hermanos Lanza tomaban para ir al instituto, recuerda al asesino como “un chico tranquilo, muy educado y que vestía de manera más formal que sus compañeros”. “Siempre decía buenos días”, asegura Moskowitz, La conductora vive cerca del barrio de los Lanza y conocía a la madre del autor de la masacre. “Hablé con ella el fin de semana pasado en el supermercado. Es horrible. Adam podía parecer un poco hosco, pero es imposible imaginar que pudiera perpetrar algo semejante”, dice compungida. Las armas utilizadas fueron una Sig Sauer manual, una Glock handgun con casquillos 223 y un rifle semiautomático. Todas ellas encontradas en el lugar de los hechos. La madre tenía más de cinco armas registradas a su nombre. SUPERVIVIENTES Y HÉROES Algunos profesores hicieron frente al criminal sin más armas que su valor. Uno de ellos ha contado que una de sus compañeras trató de contener la puerta con su propio cuerpo para impedir el avance del intruso, que la mató. El relato de los niños supervivientes dentro de su inocencia, son también muy reveladores de la actitud heroica de varios profesores. Un niño de siete años llamado Matthew decía: "Yo estaba en el pasillo y veía como las balas pasaban por encima. Una puerta se abrió y una profesora me agarró y me metió dentro de un empujón. Luego me puso debajo de otros niños y ella intentaba protegernos a todos". Es una de las mayores tragedias en la historia de Estados Unidos y el debate sobre la libertad en el uso de las armas vuelve a ser recurrente. Los grandes lobbies de presión, como la Asociación Nacional del Rifle Americana se niegan a recortar esa opción que recoge la segunda enmienda de la constitución de Estados Unidos.

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