Psiquiatra francesa denuncia que la maldad crece en el mundo

La psiquiatra Marie–France Hirigoyen considera que cada vez hay más 'personas perversas' y analiza en su último libro los motivos del abuso de los débiles.

PARÍS · 06 DE OCTUBRE DE 2012 · 22:00

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En el mundo actual van en alza los agravios cometidos contra los que están en situación de debilidad o que se sienten débiles aún sin serlo y que acaban permitiendo que personas sin escrúpulos los utilicen y se aprovechen de ellos con total impunidad. Así lo afirma la psiquiatra, psicoanalista y psicoterapeuta de familia Marie–France Hirigoyen en el libro El abuso de debilidad, publicado recientemente. Según la autora, los estados deberían proteger a los ciudadanos más vulnerables al abuso. “Las personas que yo trato y que han sido víctimas de acoso o de violencia psicológica se quejan de que, a pesar de que en Francia existe una ley que lo regula, es difícil aportar pruebas porque hubo ´consentimiento´”, afirma. La psiquiatra ha escrito también El acoso moral, Las nuevas soledades, Mujeres maltratadas y El acoso moral en el trabajo. Sobre el primer libro, el del acoso moral, hubo objeciones al considerarse que no existen tantos comportamientos perversos en la sociedad, “pero ahora es algo indiscutible: cada vez hay más personas perversas en el mundo”, señala la autora. Su actitud de denuncia social nace de la observación de que “en nuestra época los criterios para tener éxito profesional o político son exactamente los mismos que utilizan los perversos oradores o manipuladores, casi psicópatas, que describo en el libro”. El objetivo de su obra es llevar a los lectores a que se interroguen y que a través de estos casos, que pueden parecer anecdóticos, se pregunten qué pasa con la sociedad y con los límites que “nos concedemos sobre comportamientos que pueden ser aceptables o no”. CAMBIOS EN LA SOCIEDAD En cuanto a los factores que influyen para los cambios operados en la sociedad, considera que éstos se han producido bajo la influencia de los actuales métodos de gestión y de los nuevos medios de comunicación. “Las cosas van muy deprisa y todo parece posible instantáneamente. Por ejemplo, en el mundo laboral se utiliza a las personas como si fueran piezas de ajedrez, se les promete muchas cosas maravillosas sobre su futuro profesional y después se las desecha cuando no se las necesita. Hay una especie de cinismo generalizado y el motor esencial de nuestra sociedad es el poder y el dinero”, dice la autora. Sus palabras son aplicables a los grandes escándalos internacionales ocurridos recientemente de banqueros, políticos y dirigentes que han hecho trampas, han mentido y no les ha pasado nada. “Nuestros hijos aprenden que hay que seducir, hacer trampas y mentir para tener éxito. Esto es grave. Los casos de manipulación que trato son una especie de alegoría de lo que sucede en el mundo”, puntualiza la autora. LA POBLACIÓN DE LOS DÉBILES SOMOS TODOS El abuso de debilidad es, desde un punto de vista jurídico, el uso excesivo de un derecho que va en contra del derecho de otra persona. En Francia, según la ley, las personas vulnerables son la gente mayor, los discapacitados y los niños. También se refiere a las personas que están sometidas económicamente, bajo el poder de otras. “El 95% de los casos que se juzgan en Francia están más relacionados con gente mayor que ha sido manipulada por personas que en principio las tenía que ayudar y que se han aprovechado para ocupar un espacio y excluir a la familia, que han conseguido que las pusieran en el testamento. La rivalidad por la herencia también puede darse dentro del entorno familiar, pero lo que es nuevo y se está extendiendo por toda Europa es el poder de las sectas sobre la gente mayor”, señala la autora. Otras víctimas potenciales de este tipo de abusos son las personas fragilizadas por una enfermedad, por un duelo o una separación, que necesitan amor y ser reconfortadas. “Un manipulador puede aprovechar la situación para acercarse y colmar las lagunas afectivas de estas personas, que no se protegerán suficientemente porque estarán muy confiadas”, afirma la psiquiatra. Como posible solución, la psicoterapeuta propone “concienciar a la gente de que todo no es posible y que hay que poner límites para protegernos, pero también poner límites a nuestro comportamiento respecto a los demás para evitar convertirnos en abusadores”. VÍCTIMAS QUE NO SON DÉBILES La autora considera que los padres han perdido los marcos de la educación, no ponen límites y les cuesta hacerse respetar. “Esas barreras que eran antes demasiado fuertes, ahora han desaparecido y esto puede poner algunas veces a los jóvenes en peligro”, afirma. Pero no todas las víctimas de abuso de debilidad son débiles. La psicoterapeuta cita el caso de un amigo suyo que fue víctima de un estafador y luego dijo: "No es un abuso de debilidad porque yo no era débil cuando encontré a ese hombre, pero es un abuso de simpatía, conocí a alguien tan seductor, agradable, inteligente y culto que no desconfié suficientemente hasta que me enteré que era un timador buscado por la policía”. Para no ser tan fácilmente manipulables, Marie – France Hirigoyen aconseja “desarrollar el espíritu crítico y escuchar un poco más nuestros sentimientos, no reaccionar a la rapidez de los intercambios, darse un tiempo de reflexión, preguntarse: ¿esta situación me conviene o no?”. Por último señala que “cuando estamos inmersos en una situación de manipulación, hay un momento en que no se entiende nada, entonces, hay que hablar con otra persona, distanciarse un poco para intentar ver las cosas de otra manera”.

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