Decir «adiós» vía internet

Un servicio de vídeo streaming (retransmisión en directo) permite asistir al funeral desde la distancia, con la intermediación de un ordenador. Las fronteras entre privado y público se han difuminado, los actos sociales no sólo ocurren en el espacio, sino también en la red, y ahora también el último adiós a un ser querido se ofrece a través de Internet. Es un servicio en crecimiento en las funerarias de Estados Unidos, que comprueban su éxito en un país donde las distancias no siempre permiten estar presente para dar el último adiós. La novedad está en que el funeral se retransmita en directo para los más allegados, que de forma privada pueden acceder a esta transmisión desde sus ordenadores. No se trata de hacer del funeral un espectáculoal estilo del de Michael Jackson, que todavía puede verse en Internet por cualquier usuario. Es, más bien, llevar este momento importante a aquellos que no pueden asistir al funeral. Según una funeraria de New York, el servicio de retransmisión «streaming» está creciendo enormemente en los últimos meses, gracias a que no supone un coste inaccesible (unos 30 euros aproximadamente) y son muchas las personas que lo solicitan. Por supuesto, ya hay empresas especializadas en esta actividad, que contactan con las funerarias para poder hacerse cargo de esta retransmisión. El modelo cuenta además con otro aspecto favorable. La familia del fallecido no solicita el servicio sólo para suplir a aquellos que no pueden ir al funeral por la distancia, sino también para que el acto del funeral pueda celebrarse en un entorno más íntimo. De este modo, aquellos conocidos o amigos lejanos pueden ver el funeral sin producir aglomeraciones de gente que muchas veces resulta incómoda para los familiares más cercanos. Entre otros servicios online que ofrecen estas empresas especializadas, está la posibilidad de crear una web en recuerdo de la persona, donde se pueden dejar mensajes de recuerdo o de ánimo para los familiares, y donde puede colgarse el vídeo del funeral durante un tiempo. Un paso más en esta sociedad digitalizada en la que la muerte también forma parte de la Red.