Si el médico autoriza, una menor podrá abortar sin saberlo sus padres

Las menores españolas de 16 y 17 años que argumenten violencia familiar podrán abortar sin informar a sus padres, según el borrador del desarrollo reglamentario de la nueva Ley, que, asimismo, permite a los médicos pedir un informe a un psicólogo o trabajador social que certifique la versión de la joven.

MADRID · 31 DE MAYO DE 2010 · 22:00

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La semana pasada se han dado a conocer detalles del borrador del desarrollo reglamentario de la nueva Ley del Aborto que se presentó en el Consejo Interterritorial de Salud ayer lunes, para pasar después por el Consejo de Estado, y ser aprobado finalmente en el Consejo de Ministros, como Real Decreto, antes del 5 de julio. Las nuevas disposiciones ayudarían al facultativo a decidir si autoriza el aborto sin el conocimiento de los padres de la menor, lo que, para la Organización Médico Colegial (OMC) podría generar "inseguridad jurídica" al colectivo que será "responsable" último de la decisión. La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, ha informado de que las jóvenes que decidan poner fin a su gestación acudirán al centro sanitario, por "regla general", acompañadas de sus padres o tutores legales. En el caso de que esto no ocurra, y la menor afirme que tiene "miedo o temor a sufrir violencia familiar, coacciones o algún tipo de presión que pueda torcer su voluntad", será el médico quien autorice la interrupción del embarazo sin que lo sepan sus padres. ¿QUIÉN DECIDE? "El médico tiene que evaluar las circunstancias que la joven le está planteando", ha comentado Jiménez, quien ha dicho que si éste tiene dudas puede solicitar "el informe de un psicólogo o a un trabajador social que certifique que ese miedo puede existir sobre la menor". La ministra ha considerado que con esta medida "se mantiene el espíritu" de lo aprobado en la Ley, cuyo texto sostiene que las jóvenes serán quienes tomen la decisión pero informando a los padres salvo en casos excepcionales de posible maltrato o coacción. Otra novedad anunciada por la ministra es que serán los profesionales sanitarios de la Enfermería los que impartan la educación sexual en los centros educativos, como plantea la Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva. El objetivo de este proyecto es que disminuyan los embarazos no deseados y que se reduzca así el número de abortos, que en 2008 ascendieron a 115.812. La OMC, para la que esta nueva ley es innecesaria, ha criticado que "cuando una menor diga que informar a sus padres podría causarle problemas, la responsabilidad de aceptar o no el aborto será del médico, y eso no debería ser así", porque la función de los médicos debería ser la de "mediar" entre los padres y la afectada. PILDORA DEL DIA DESPUÉS El Gobierno autorizó hace ahora un año la venta libre en farmacias del antigestante levonorgestrel, la píldora del día siguiente, que en Catalunya ya ofrecían gratuitamente desde hace cinco años los hospitales y centros de asistencia primaria públicos. Curiosamente, en el último año ha descendido un 30% la demanda de esta píldora en las dependencias públicas de esa Comunidad, y se ha incrementado “por tres o por cuatro”, según indicaron ayer algunos farmacéuticos, la compra de la pastilla en la farmacia, donde cuesta 20 euros. El posible motivo de esa reacción, inesperada para los médicos, es el intento de las usuarias de evitar el consejo que suele acompañar a la entrega del fármaco, y eludir el leve control sanitario que permite la red asistencial pública. Cuando la píldora se entrega a una joven, el médico o la enfermera que la atiende suele recordarle que la sustancia no debe ser tomada como un anticonceptivo de uso frecuente, ya que su contenido hormonal así lo desaconseja. “A nosotros los farmacéuticos, el Ministerio de Sanidad no nos autorizó a dar consejos sobre la píldora, y, por tanto, la vendemos sin más”, explicó Francesc Pla. “Lo que hemos constatado es que más de una usuaria nos pidela píldora cada semana”, añadió. La venta libre en farmacia de la píldora del día siguiente pretendía, fundamentalmente, facilitar que las mujeres que viven en comunidades cuyos gobiernos rechazan el fármaco por considerarlo abortivo –Navarra entre ellas– pudieran obtenerlo en la botica. Levonorgestrel no es un abortivo, sino un antigestante o un anticonceptivo de emergencia, explican los ginecólogos. El efecto preciso de la sustancia, no obstante, está en discusión.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Opinion - Si el médico autoriza, una menor podrá abortar sin saberlo sus padres