Estrés y suicidio: el desafío de las heridas invisibles del soldado

Más allá de la estadística más recurrida, la de las víctimas mortales, hay otra realidad en la guerra. Estrés, síndrome post-traumático, cifras récord de suicidios. Los veteranos de Irak y Afganistán sufren traumas que el Pentágono se esfuerza en detectar, a pesar del tabú que nubla todo lo vinculado al desamparo mental.

WASHINGTON · 08 DE MARZO DE 2009 · 23:00

,
En el hospital militar Walter Reed, en Washington, la ayuda psicológica forma parte integral de los cuidados prodigados a los heridos que vuelven de las zonas de combate, explica el jefe del departamento psiquiátrico, el coronel John Bradley. “No esperamos que se declaren los desórdenes emocionales. A la llegada de los pacientes, buscamos signos precoces de síndromes post-traumáticos, lesiones cerebrales, depresión o dificultades para aceptar sus heridas”, afirma Bradley. Las consecuencias más corrientes del síndrome post-traumático de los soldados son desórdenes del sueño, violentas pesadillas, fuerte agitación y persistencia del estado de alerta que se requiere en combate, describió. “Cuando entré, al principio, tenía sueños de los que no me acordaba, cosas así... Se ven cosas muy repugnantes”, explica el sargento Michael Downing, amputado de las dos piernas en Afganistán. RÉCORD DE SUICIDIOS EN EL EJÉRCITO, EN 2008 Según Bradley, del 10% al 15% de los veteranos heridos en el hospital Walter Reed sufren de síndrome post-traumático. Pero reconoce que si se mira al conjunto de los veteranos de Irak y Afganistán, la mayoría no se benefician de la prevención y de los cuidados prodigados en un contexto médico. Es decir, el promedio probablemente sea mayor entre los veteranos no ingresados en un hospital militar. Los datos hablan precisamente de que los suicidios en el Ejército alcanzaron una cifra récord en 2008, mientras que los despliegues en combate persisten desde hace siete años. El año pasado, se quitaron la vida 128 soldados estadounidenses, mientras que fueron 115 en 2007. Es una tasa de suicidios de 20,2 por 100.000 y superior al índice nacional récord de 19,5 por 100.000, registrado en Estados Unidos en 2005. DEPRESIONES DIFÍCILES DE DETECTAR Según un sondeo publicado en 2008 por la asociación psiquiátrica estadounidense (APA, por sus siglas en inglés), el 61% de los militares interrogados creen que pedir apoyo por problemas psicológicos tendría un impacto negativo en sus carreras y el 53% cree que esto los volvería despreciables a los ojos de sus colegas. “Existe una cultura según la cual el que necesita ayuda, muestra debilidad. Debemos vencer eso”, admite el general Carter Ham, comandante del ejército estadounidense en Europa. Frente a estas alarmantes estadísticas, el Pentágono lanzó programas de prevención y acentuó esfuerzos de detección de problemas psicológicos. En el Walter Reed, el personal médico ofrece también apoyo a las familias de los veteranos, debilitadas por las prolongadas ausencias de los militares y las heridas que sufrieron en combate. “Surgen toda clase de inquietudes: el soldado podrá jugar con su hijo, qué responsabilidades tendrá la esposa, cómo arreglárselas financieramente en caso de un retiro forzado”, comenta Bradley. La batalla para estos soldados está lejos de su fin. El presidente estadounidense, Barack Obama, acaba de anunciar la retirada militar de Irak para 2011, autorizando el envío de 17.000 soldados adicionales a Afganistán.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Opinion - Estrés y suicidio: el desafío de las heridas invisibles del soldado