Más de 24.000 familias se han declarado ya objetoras de EpC

Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, denominación completa de la asignatura que más conflictos ha suscitado desde antes incluso de su aprobación dentro de la Ley Orgánica de Educación (LOE), vuelve a ser protagonista.

MADRID · 10 DE MARZO DE 2008 · 23:00

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ste curso ha comenzado a impartirse en 3º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de siete comunidades autónomas: Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Cataluña, Extremadura y Navarra. El próximo año escolar debería implantarse en las once restantes, que han previsto hacerlo en 2º de la ESO. Además, entrarán en vigor las nuevas enseñanzas de 4º de este nivel, que incluye Educación ético-cívica. Asimismo, entrará en vigor en 1º de Bachillerato, lo que encierra la posibilidad de incluir Filosofía y Ciudadanía. En el curso 2009-10, está fijada su aplicación en Primaria. Sin embargo, todo depende del resultado de las elecciones de 9-M, ya que el PP está decidido a suprimir Educación para la Ciudadanía, aunque no ha especificado cómo lo hará. En cualquier caso, y según manifestó ayer el portavoz de Educación del PP, Eugenio Nasarre, "la asignatura está muerta". El primer año de su implantación ha sido movido y crece el número de padres que deciden oponerse a Ciudadanía, recurriendo a la objeción de conciencia. Según los grupos contrarios a la asignatura, que han promovido diferentes acciones para impedir que sus hijos la cursen, se han registrado ya 24.000 objeciones, a pesar de las dificultades que encuentran para detectarlas por falta de información de las propias consejerías de Educación. Entre las comunidades con mayor número de objetores destacan Castilla-La Mancha y Madrid, donde en algunos colegios se han producido más de 800 objeciones, y Andalucía, que ha registrado también objeciones masivas. La aprobación de los contenidos así como la publicación de los textos ha suscitado también numerosas protestas. Algunos de los manuales utilizados para impartir la asignatura encierran contenidos que invaden descaradamente el ámbito de la conciencia personal y ofrecen visiones sectarias y hasta amorales de diferentes situaciones personales o familiares, y una imagen deformada de las instituciones. Los opositores a la asignatura entienden que nunca debió ser obligatoria.

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