Cada vez más personas quieren eliminar sus tatuajes

Duendes, hadas, letras chinas, motivos tribales o el clásico lema amor de madre. Los tatuajes se han convertido en una moda cada vez con mayores adeptos y ninguna parte del cuerpo es demasiado recóndita para tenerlos. El problema llega cuando su portador, decide eliminarlo de la piel.

MADRID · 20 DE AGOSTO DE 2007 · 22:00

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Son varios los métodos que se utilizan para lograrlo, aunque destaca sobre los demás el uso del láser a pesar de su elevado coste: entre 2.000 y 3.000 euros. Este técnica con láser consiste en la fragmentación de las partículas pigmentadas en la piel mediante un impacto cuyo efecto es fotoacústico. Para la eliminación completa el tratamiento debe ser continuado, con varias sesiones separadas. La duración puede oscilar entre dos y tres años. Otros métodos menos efectivos son la dermoabrasión, que consiste en el empleo de un rodillo que, como si fuera una lima, retira el grabado de modo traumático y deja una cicatriz, además de pigmentaciones blancas o los injertos de piel. La efectividad del láser depende del tamaño del dibujo, de los colores empleados, el tiempo que el tatuaje lleve en la piel y el tono de la misma. CAPRICHO CARO Duele más que la depilación con el mismo método, aunque siempre dependerá de la sensibilidad de la persona. Se puede paliar el sufrimiento con la aplicación de una crema anestésica unas horas antes de la sesión. Según el doctor Buendía, las infiltraciones de sedantes locales bajo el tatuaje son otra práctica habitual. En cualquier caso, siempre se notará la intervención en mayor o menor medida. ¿QUEDARÁ MARCA DESPUÉS? Aparecen unas leves marcas de hipopigmentación, más claras que el color natural de la epidermis, pero al final se van por sí solas. Entre el 80 y el 90% de los casos, el dibujo se elimina del todo, sin cicatrices ni secuelas para la piel. Con un cuidado metódico se consigue un resultado óptimo a lo largo del tiempo. No en pocas ocasiones la decisión de tatuarse responde a un momento de emoción. Y acabada esa emoción, se decide finiquitar con ese pasado que no se quiere recordar. El más práctico, un paciente que tenía tatuada la cara de una novia anterior y se hizo borrar los ojos y la nariz para cambiarlos por los de la novia actual.

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