La soledad de la nueva «generación @»

Hoy se abre paso una nueva generación que crece más sola que nunca en el camino de la vida. Se siente profundamente insegura y desconfiada. Son chicos y chicas de entre 12 y 18 años con una tremenda necesidad afectiva por ser amados y escuchados. Jóvenes que se enfrentan a un futuro incierto: un mercado de trabajo en el que hay empleo, pero precario, y viviendas inalcanzables.

Madrid · 28 DE NOVIEMBRE DE 2005 · 23:00

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Dicen los expertos que nunca existió una adolescencia en la que se disfrutara de tantas comodidades. Se han hecho dueños de la revolución tecnológica: internet, DVD, móviles y videojuegos conforman un universo para su distracción. Nunca gozaron de tantas posibilidades para viajar y relacionarse con otros. Pero según explica el catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, nunca han crecido tan solos, con tan poca atención personalizada y directa. ANHELAN LA AMISTAD VERDADERA Por eso buscan compartir sus carencias y preocupaciones. En su tiempo libre construyen espacios distintos: la fiesta ligada al alcohol y al consumo de drogas; pero a la vez, y por otra parte, necesitan «encuentros íntimos -matiza Elzo-, conversar, intercambiar puntos de vista... Incluso en sus relaciones sexuales quieren más ternura y cariño». De ahí que, aunque los adolescentes españoles tengan en alta estima a la familia, los amigos son otra condición indispensable para alcanzar la felicidad. A la familia prodigan fuertes ataduras, entre otros motivos, porque viven demasiados años con ella, sin la responsabilidad de dar cuenta de lo que hacen. Son motivos suficientes para que en edades más adultas aparezcan serios problemas. Según Conde, ha aumentado el número de jóvenes que a partir de 20 años acude a su centro de salud con cuadros de ansiedad, estrés y depresión por sus inseguridades, porque no ven futuro en el trabajo o porque siguen viviendo en casa de sus padres. FELICES PERO CON BAJA AUTOESTIMA En opinión de Conde, les hemos enseñado que ser joven significa consumir, gastar, disfrutar y no molestar a los adultos. La sociedad adulta no les pide nada pero tampoco les exige. Nunca en la historia existió una generación tan preparada y con tantas oportunidades, tan diversa, pero siempre conscientes de un futuro incierto.

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